Annobón, el paraíso olvidado
Por Samuel Mba Mombe
Como ciudadano guineoecuatoriano y profesional de la Medicina, quisiera retomar
la palabra en el debate sobre el tema del almacenamiento de residuos tóxicos y
de basura atómica en la Isla de Annobón.
El Profesor de Historia del Pensamiento Político de la Universidad Complutense
de Madrid (España) y Presidente de Solidarios para el Desarrollo, José Carlos
García Fajardo, con valentía y coraje, características de una persona de gran
peso intelectual y social, ha remembrado a la opinión pública nacional e
internacional en su artículo en el Diario 16 del 4 de Noviembre así como en sus
declaraciones en Radio Exterior de España en su Emisión para Guinea Ecuatorial,
un asunto que parecía haber sido enterrado en el baúl de los recuerdos.
Las noticias sobre el maquiavélico plan del dictador Teodoro Obiang Nguema de
convertir a la preciosa Isla de Annobón en un cementerio de residuos tóxicos y
de basura atómica, salen a la luz el mes de junio de 1988, cuando la Revista
Londinense West Africa del 20 de junio del mismo año, bajo el título "Toxic
terrorism", hizo pública la noticia de que Guinea Ecuatorial habia firmado un
contrato por 10 años con la compañía británica UK Buckinghamshire por valor de 1
millón 600.000 $ USA. La compañía en referencia obtenía a cambio, una licencia
para el almacenamiento de 10 millones de bidones de esos residuos tóxicos.
En aquel entonces, en mi calidad de Secretario General de la Alianza Nacional
para la Restauración Democrática (ANRD), me reuní con los médicos
guineoecuatorianos en Alemania para analizar esta situación y llegamos a la
conclusión unánime de enviar misivas de protesta a los gobiernos de Santo Tomé y
Príncipe, Camerún, Gabón, y Nigeria a través de sus Embajadores acreditados en
Bonn, para atraer su atención sobre el peligro y las consecuencias irreparables
que dicho almacenamiento podría suponer para los países de la zona. La misiva en
referencia también fue enviada a los medios de comunicación y sólo la Revista
New African de Enero de 1989, la hizo pública.
El 22 de septiembre de 1988, EL PAIS también hacía eco sobre el particular. Con
el título: "Annobón, un paraíso para el vertido de tóxicos", el diario español
mencionaba el acuerdo por diez años que el presidente Teodoro Obiang había
firmado con una empresa norteamericana para hacerse cargo de 7 millones de
toneladas de residuos nucleares por un valor de 186 millones de pesetas que el
presidente Obiang habría percibido. El acuerdo preveía que cada año los envíos
alcanzasen un total de 720.000 toneladas.
La prensa suiza tampoco se quedó al margen del tema. Así, el periódico DIE
WELTWOCHE, No.32 del 11 de agosto de 1994, publicaba un artículo de Willy
Lützenkirchen titulado: "Das tödliche Geschäft wird von Genf aus gesteuert",
traducido en español: "El mortal negocio se maneja desde Ginebra". Según dicho
periódico, el negocio con la basura industrial altamente contaminada, así como
los residuos tóxicos radiactivos, aportan al régimen de Guinea Ecuatorial, unos
200 millones de $ USA anuales. Motivo suficiente-según el periódico- para que un
Presidente sin escrúpulos pueda vender la fértil isla tropical de Annobón con
sus 2000 habitantes y una rica flora y fauna para su total exterminio.
Otros datos muy relevantes sobre la situación general en la isla de Annobón, y
relacionados con este tema, los daba a conocer la científica holandesa de la
Universidad de Ámsterdam, Dr. Marike Post. La lingüista fue testigo ocular del
drama en la isla de Annobón antes de que los militares cortaran cualquier
comunicación con el mundo exterior. La investigadora pasó tres meses en Guinea
Ecuatorial. En Annobón, 670 Kms, al sur de Malabo, quería investigar las lenguas
creolias de los habitantes de la isla. Pues, los militares no quieren ni
soportan a testigos oculares. Tras constantes amenazas de los soldados, espías y
polizontes, la Dra. Post tuvo que interrumpir el proyecto y abandonar la isla.
Sus observaciones confirman la fatal sospecha de que el régimen planea desalojar
a los habitantes de la isla. Acusa al régimen de haber convertido el Paraíso en
un Infierno. La gente están encerradas en la isla como presos en un campo de
concentración, hambrientos y obligados a la mudanza. Sin embargo, no quieren
abandonar su casa. De ahí que se les quieren aniquilar a través de una "blocada
de hambre".
Según la valoración de la científica, la isla se encuentra al borde de un
"desastre ecológico", que destroza la naturaleza y obliga a la gente a
retirarse. Los daños del medio ambiente han tomado ahora una amenazante
dimensión, informa Dr. Post: "Los cambios en la naturaleza mantienen a la gente
en el miedo. Desde hace unos años muchos árboles y plantas se ponen cada vez
enfermos. Todo empezó con las palmeras, que de repente dejaron de dar frutos y
comenzaron a secarse. Una gran reserva de palmeras fue atacada por un moho
blanco y pereció. Las enfermedades de las plantas también invaden a las bananas,
plátanos, avocados, papayas, mangos, etc. Todos los árboles casi no llevan
frutas, son invadidos por el moho. Las nuevas plantas casi no crecen. Las
plantas jóvenes de bananas con 1 metro y medio de altura nó alcanzan la tercera
parte de sus tamaños anteriores. La yuca y el pescado, alimentos básicos en la
isla, muestran peores alteraciones de crecimiento. Ellos alcanzan sólo la quinta
parte de su tamaño y peso que anteriormente se esperaba".
Un alemán, experto agrónomo que trabajó en Guinea Ecuatorial para la Sociedad de
la Cooperación Técnica Mutua (GTZ) comentaba así la situación en la isla de
Annobón: "Es casi increíble cómo el "régimen de tortura militar" ha destruido la
hermosa isla con su pacífico pueblo pescador. Desde hace más de tres años los
militares tienen encerrada y aterrorizada a la isla de Annobón. Los soldados han
devorado todos los gatos. Con ello las ratas pueden reproducirse horriblemente y
convertirse en una plaga. El régimen con sangre fría, ha rehusado todos los
programas de ayuda para la isla y para el combate de las ratas. Nadie debe
descubrir los planes del régimen. Lo que es cierto es que la basura química se
ha llevado a la isla y con ello el régimen ha hecho buen dinero. Los daños en el
medio ambiente aún son incalculables".
La gente ha sido entregada a la invasión de ratas, temen por sus últimas
existencias. Las escenas son tan graves que la Dra. Marike no puede olvidar: la
gente mal nutrida, débil e indefensas. Las ratas por todas partes, también en
pleno día dev
Samuel Mba Mombe
oran todo lo que encuentran en las chozas. Las ratas atacan a los viejos y a los
niños pequeños durante la noche y muerden sus dedos en trozos. Algo semejante no
lo podía haber imaginado hasta que yo misma pude ver las mutilaciones. En las
plantas y en los jardines, las ratas roedoras, según la Dra. Post, devoran toda
la cosecha, excavan los tubérculos de la tierra, saquean las frutas de las
plantas. La manada de ratas golosas devoran todo lo que encuentran en su camino.
Es así como se destruye también el mundo animal de la isla: murciélagos,
lagartos, tortugas, serpientes, aves del mar, escorpiones y enormes ciempiés.
Las observaciones de la científica de Ámsterdam fueron confirmadas por un equipo
de médicos españoles de ayuda para el desarrollo (Cooperación Española) en un
informe confidencial de investigación. Antes del bloqueo de la isla por parte de
los militares los médicos pudieron llevar a cabo una serie de investigaciones a
305 niños para obtener una vista general del estado de salud de la población.
Sus diagnósticos son alarmantes y muestran una espantosa dimensión de hambre y
enfermedades. Los resultados se diferencian claramente de todos los datos de
investigación llevados acabo en otras partes del país.
Por consiguiente, 43% de niños menores de
cinco años en Annobón sufren la falta de peso. La mortalidad infantil subió en
dos años de 13,8% a 17%. 41% de niños sufren diarreas y parásitos intestinales.
29% padecen anemias, 41% paludismo, 25% enfermedades de la piel, 13% sarnas y
abscesos, 8% tienen ulceras estomacales.
67% de los niños tienen tumefacciones del bazo una muestra clara de paludismo.
Entre los niños se empieza a notar casos de leucemia, pero los militares los
tienen aislados. Llamativo es el alto nivel de las enfermedades de la piel que
es doble alto que el de los niños de otras partes de Guinea Ecuatorial. Lo mismo
se nota en los casos de paludismo, ulceras estomacales y tumefacciones del bazo.
La cuota de niños asmáticos es incluso tres veces muy alta.
Las causas de la ruina de la salud de los habitantes de la isla de Annobón, de
la muerte lenta de los bosques, la alteración en el crecimiento de la vegetación
y la mala cosecha, son para los expertos algo muy claro. La isla de Annobón se
ha convertido desde hace años en un almacén secreto de basura industrial
altamente contaminada. La ingeniera alemana de Agronomía Hildegard Keck que
trabajó para una institución de ayuda de la Iglesia Católica en Guinea
Ecuatorial durante 4 años: "Hay indicios de almacenamiento de material
radioactivo en la costa de Annobón. La isla está protegida por los militares,
todas las comunicaciones están cortadas. Es necesaria una investigación urgente
de la sustancia nociva y de los daños del medio ambiente".
La Dra. Post llama a Annobón "la bomba de relojería" que puede explotar en
cualquier momento. Tampoco tiene duda de que la isla se ha convertido en
escenario de un monstruoso crimen al Medio Ambiente.
El régimen de Guinea Ecuatorial ha firmado contratos a largo plazo con compañías
americanas para el almacenamiento de vertidos tóxicos. La pesadilla de Annobón
comenzó en 1988 según los expertos como : "Africa Analysis", la Oposición
guineana y la prensa española.
En aquel entonces, el presidente Obiang habría firmado un contrato hasta 1997
con la compañía británica Emvatrex y la americana Axim Consortium Group de Nueva
York. El contrato permite a las empresas el almacenamiento de 2 millones de
bidones de residuos tóxicos en la isla de Annobón. Para ello las empresas
pagaron personalmente al presidente Obiang Nguema 1,6 millones de $ USA. Según
datos de un experto de la Sociedad de Cooperación Técnica Mutua (GTZ),
responsable en el proyecto de agricultura del régimen, también admitió contratos
de residuos tóxicos con una empresa polaca-suiza. Por encargo de las compañías
americanas, un abogado español negoció con el régimen de Malabo el depósito
definitivo de miles de toneladas de suelo contaminado con radón (una sustancia
radioactiva). Los expertos del Medio Ambiente sospechan que sobre todo restos de
pesticidas PCB-restos, como dioxina, formaldehídos, escorias de metales pesados,
concentrados de productos para el blanqueo de papel y defensa de madera, cianuro
y clorido de fenol puedan estar almacenados en la isla.
El último paraíso se aruina: Annobón, una isla sin coches y carreteras, sin
electricidad, sin agua corriente, sin televisión y neveras, sin hoteles y sin
ruidos de motores, está amenazada a convertirse en un cementerio. La gente sin
sal, sin lámparas de aceite, medicamentos, leche, ropa y cerillas.
Las tiendas están vacías, la escuela y la clínica saqueadas y cerradas. Muchas
chozas quemadas, para todo los habitantes la isla se ha convertido en un campo
de concentración.
Los pocos pescadores sólo con el permiso de los militares pueden salir al mar.
Lo sorprendente es que muchos barcos llegan a la isla. "Barcos de la muerte" así
los llaman los habitantes de la isla con mal pensamiento. Ellos descargan su
mercancía de la muerte delante de los arrecifes y las rocas de la costa de
Annobón. El Gobernador asegura a la población que se trata de "barcos pesqueros
de Corea" que pescaban ilegal en la isla. La Dra. Marike Post de la Universidad
de Amsterdam intentó mobilizar a la ONU, el Parlamento Europeo y Organizaciones
Humanitarias, Greenpeace, Médicos sin Fronteras y las Iglesias contra la
contaminación ambiental de Annobón: "No puedo olvidar nunca a los niños
hambrientos, a los viejos flacos. Lo único que me preocupa es la pregunta:
¿Quién puede poner fin a este crimen?
¿Quién puede ayudar a la gente olvidada en dicha isla?"
Rememorar estos hechos, no obedece a un morbo anecdotario o distracción
calculada. Ocurre que el régimen dictatorial del Teniente General Teodoro Obiang
Nguema es el principal problema de Guinea Ecuatorial. Hay que conocer su origen,
cotejar su arraigo, sus efectos y darle una salida política efectiva y urgente.
No vale seguir escabullendo el tema. Hoy, con la perspectiva del tiempo y la
evolución posterior de los hechos, debemos denunciar una vez más el
maquiavelismo del régimen dictatorial de Obiang Nguema y su familia. El tiempo
ha desenmascarado el verdadero rostro dictatorial de Obiang Nguema.