¡El agua
sí cuesta!
Por Luis Corvera Gálvez
El reciente paro de los agricultores no sólo generó muertes
innecesarias, sino que no contribuyó a resolver las diferencias entre el
Gobierno y los productores del campo, sobre todo en el referente a una ley de
aguas. Es más, entre las cesiones hechas por el Gobierno para detener el paro
estuvo que el Ejecutivo no envíe su proyecto al Congreso, uno que, asegura el
primer ministro, Jorge del Castillo, está listo, pero que nadie entiende por
qué, entonces, sigue sin ser enviado al Parlamento.
¿Pero por qué los agricultores pedían que el Ejecutivo
detuviese dicha propuesta? Entre otras cosas, comenta Enrique Málaga,
presidente de
Según el estudio de tarifas por los especialistas en temas
agrarios Eduardo Zegarra y Boris Quezada para el
Ministerio de Economía en mayo del 2006, la tarifa promedio del 2005 era S/.
0,01, por lo que es poco probable que hoy se mantenga igual, pero tampoco
podría haberse incrementado 17 veces en solo dos ajustes. En todo caso, Luis Zúñiga, presidente de Conveagro,
apoya a málaga de forma incondicional.
Juez y Parte
En la actualidad, la tarifa por el uso del agua en el país
se fija para cada distrito de riego (una muy compleja red de 114 en todo el
país, ver mapa adjunto9, a través de una simple división aritmética de los
gastos requeridos para financiar la administración y el mantenimiento de las
instalaciones de riego entre el volumen de agua demandado por cada distrito.
Para contabilizar la demanda, se suman los requerimiento de agua de las
mineras, eléctricas y agricultores.
“Todos pagan la misma cantidad por metro cúbico y logramos una
eficiencia en el cobro de 98%. <el que no paga, no
accede al servicio”, afirma Málaga orgulloso.
En ese contexto, la propuesta del Ejecutivo de reemplazar a
los agricultores en el directorio de las administradoras técnicas por un
representante del Ministerio de Agricultura, no les parece una buena opción a
los primeros, sobre todo si es que se tiene en cuenta que el Gobiero ha sido muy claro al afirmar que las r¡tarifas tienen que subir.
“Dudamos de que el Ministerio de Agricultura pueda
representarnos bien”, asegura Málaga. Y eso que esta propuesta es menos
agresiva que la que se usó en Chile, país en el que se entregó la
administración de buena parte de sus cuencas al sector privado y en donde no
sólo se asignan los derechos de uso, sino que se permite la libre transferencia
de los mismo, con lo cual existe un mercado secundario de compara-venta de
agua.
Distorsiones
“Es curioso que los agricultores digan que el agua no se
privatiza, cuando en la práctica ya lo está. Todos la distribuyen y la usan, pero
nadie se preocupa por el manejo adecuado de la cuenca”, comenta Antonio Brack, presidente de la comisión que está encargada de de elaborar la propuesta para la
creación de un ministerio del medio ambiente en el país.
¿A qué se refiere? “Nadie se está preocupando por la calidad
del agua, a la cual todos echan basura, ni por la sostenibilidad de la
cantidad, un tema muy álgido en la costa. Todos quieren agua, pero depredan los
bosques y reducen las zonas de afianzamiento de las cuencas”, sostiene Brack.
Cada vez hay una mayor demanda por el recurso y ante la
escasez de este, por el cambio climático y la reducción de las reservas de
agua, surgen conflictos. “Esto ya se puede ver en Tacna, Arequipa, Moquegua, Ica y Piura”, añade el especialista. Y se acentúa en el
caso de las regiones que tienen cuencas compartidas, como Piura con Cajamarca o
Ica con Huancavelica y Ayacucho. Es más, añade Brack, “el Gobierno impulsa grandes proyectos de irrigación
como Jequetepeque –Zaña,
pero los bosques están siendo depredados y el recurso se va a reducir”.
En ese sentido, explica Brack, “es
inconcebible que un metro cúbico de agua tratada y entubada hasta la casa de
una persona en la costa cueste solo S/. 2, mientras que una cerveza (de tan
solo 620 ml) cueste el doble. Es claro que las
tarifas no reflejen el costo del agua y, por tanto, no se hace un uso eficiente
del recurso”. En zonas como Pachacútec, en Ventanilla
donde se dispone aún de agua potable, los pobladores pueden pagar al camión
cisterna hasta S/. 15 por m3 de agua.
Málaga está de acuerdo con que hay que sincerar las tarifas,
pero sin subirlas a todos de forma indiscriminada, sino a través del pago según
la rentabilidad del producto que se genere con el agua y según la ubicación del
usuario.
Y es que, sustenta el dirigente agrario, “no es lo mismo en
términos de rentabilidad sembrar productos de agroexportación
que de subsistencia. Y mucho menos pagar S/. 0.06 por m3 de agua para cobrar
S/. 4 por litro de cerveza”.
Para Brack, sin embargo, si bien
es posible establecer tarifas por sectores, las tarifas de los agricultores
también deben incrementarse, pues la ineficiencia del riego es generalizada.
“Hoy solo las grandes empresas usan riego por goteo o por presión, y gracias a
ello, por ejemplo, se logra que una hectárea de caña de azúcar utilice solo
En promedio, reconoce Málaga, hoy los agricultores consumen
En todo caso, según Zegarra,
existiría una diferencia de 60% entre las tarifas actuales que pagan los
agricultores y las que deberían pagar, asumiendo que operasen como las juntas modelo de la región.
Evidentemente, resalta el investigador, para conocer en detalle el desfase, se
tendría que realizar un estudio más profundo.
Es más, el recomienda que cada junta de usuarios elabore un
plan maestro a cinco años, que incluya no solo los gastos operativos y de
mantenimiento de los actuales sistemas de riesgo, si no obras futuras para
mejorar la calidad del producto y garantizar el flujo constante de agua, así
como inversiones de prevención. Un plan que debería ser aprobado por alguna
autoridad técnica y sobre el cual se puedan estimar
las tarifas requeridas, así como los incrementos futuros.
Mayor Tecnología
Málaga es consciente de que hoy no se planifican las
inversiones. Es más, cuando ocurren desastres y se dañan los canales, las
juntas no pueden financiar las reparaciones, por lo que el Ministerio de Agricultura
es el que cubre los gastos.
Pero él también es consciente de que se debería incentivar
el uso de sistemas de riego tecnificado para aprovechar mejor el uso del agua,
aunque argumenta que ello no se podrá dar sin el apoyo del Estado, pues los agricultores,
en su mayoría de bajos recursos, no están en capacidad de de financiar este
tipo de inversiones.
En eso coincide con Brack, quien
argumenta que debe ser prioridad para el Estado dar tecnología y capacitación
al agro, pues ello sería la mejor herramienta para combatir la pobreza en el
país y resolver los problemas de seguridad alimentaria.
“Es falso que no haya dinero, hoy se habla de darle S/. 420
millones a los programas sociales. Con ese dinero se puede financiar muchos
cambios en los sistemas de riego y conseguir mejores resultados en lucha contra
la pobreza”, sostiene.
“Con un mejor sistema de riego no solo se incrementa la
producción, sino también la productividad del cultivo, lo que permite a los
agricultores conseguir mayores márgenes”, añade Brack.
En Cajamarca, por ejemplo, existe un piloto de reservorios
comunales en los que se almacena el agua que luego se uso para el riego por
goteo. Ello ha permitido que las familias que usan este sistema produzcan hasta
cinco veces más que sus vecinos que no están asociados. Además, en el caso de Chavimochic, por ejemplo, se logra una productividad hasta
10 veces superior a la de las zonas que usan riego por inundación.
“Nosotros queremos apoyo técnico. Es más, hemos pedido al
Gobierno que haga uso de un crédito del Fondo de Apoyo para el Desarrollo para
el Desarrollo del Gobierno Español por US$ 200
millones para el cambio de sistemas de riego. Se trata de un crédito a 30 años,
con 10 de gracia y una tasa de interés de entre 1% y 2% al año. Y si se logra
demostrar que el crédito logra un impacto social elevado, este se transforma en
una donación. Sólo falta el aval del Gobierno para usarlo”, explica Málaga.
El Ministerio de Economía, a pesar de tales facilidades, se
niega a dar un aval, sobre todo a un sector que enfrenta serias críticas por no
ser puntual en los pagos. La quiebra del Banco Agrario en le primer gobierno de
García es un mal precedente. Sin embargo, Málaga asegura que su sector no es “perromuertero”.
“Sería bueno que se investigue quienes deben, pues fueron
grandes créditos los que hicieron quebrar al banco, y los pequeños agricultores
nunca han accedido a grandes líneas de financiamiento”.
¿Hasta cuándo?
Si todos están de acuerdo en que es necesario proteger las
cuencas, ¿por qué no se hace nada hasta ahora por promover la ley de aguas? El
proyecto de ley que tiene
En tanto, la propuesta del Ejecutivo fue trabajada por el
Ministerio de Agricultura y por el de Vivienda al año pasado, pero nunca se
presentó al Congreso. Es más, en el Ministerio de Agricultora no tenían idea de
quién podría ser la persona adecuada para dar una entrevista sobre este tema.
“La discusión se ha politizado y ya no está siendo evaluada
de manera técnica, por lo que hasta que la crisis del agua no se agudice y nos
estalle en la cara, no habrá una solución técnica”, comenta con molestia Brack. Y eso que hasta ahora solo se habla de ajustar
tarifas para cubrir inversiones, pero no de pretejer el ambiente.
Anticiparnos
a solucionar las tensiones para evitar las guerras por el agua
Por Mikhail Gorbachev y Jean-Michel Severino*
Esta repentina escasez de un elemento cuya importancia
simbólica y espiritual solo se compara con su centralidad para la vida humana
causará tenciones y exacerbará los conflictos en todo el mundo. África, Oriente
Próximo y Asia Central serán las primeras regiones en estar expuestas a esto.
Sin embargo, las repercusiones serán globales.
No obstante, esta sombría perspectiva no es una excusa para
la apatía ni para el pesimismo. Puede que los conflictos sean inevitables; las
guerras no lo son. Nuestra capacidad para prevenir las “guerras por el agua”
dependerá de nuestra capacidad colectiva de anticiparnos a las tensiones y
encontrar soluciones técnicas e institucionales para manejar conflictos
emergentes. La buena noticia es que estas soluciones existen y están
encontrando su eficiencia cada día.
Las represas – siempre y cuando tengan un diseño y tamaño
adecuados – pueden contribuir al desarrollo humano ayudando a enfrentar el
cambio climático y regulando el agua disponible. No obstante, en un nuevo
contexto de escasez, los proyectos de infraestructura en el curso superior de
los ríos internacionales pueden tener efectos sobre la calidad o disponibilidad
de agua en los estados vecinos, causando tensiones.
Propiedad Común
Las organizaciones que giran en torno a la cuenca de un río,
como las creadas para los ríos Nilo, Níger o Senegal
ayudan a facilitar el diálogo entre estados que comparte recursos hidráulicos.
Al realizar una visión conjunta del desarrollo de las vías fluviales, estas
iniciativas de cooperación regional trabajan tendiendo a una propiedad común
del recurso, para reducir de este modo el riesgo de que las disputas acerca del
agua deriven en violencia.
La mayoría de las vías fluviales internacionales tienen este
tipo de marcos para el diálogo, si bien en diferentes niveles de desarrollo y
logros. Si vamos a tomarnos en serio las proyecciones sobre el cambio
climático, la comunidad internacional debería fortalecer estas iniciativas. En
las áreas donde no existen, se deberían crear con la participación de todos los
países involucrados.
La ayuda oficial para el desarrollo puede crear incentivos
para cooperar mediante el financiamiento de la recolección de información, la
entrega de conocimientos técnicos o, de hecho, condicionando los préstamos a
que se llegue a negociaciones constructivas.
Sin embargo los conflictos internacionales acerca del agua
son sólo una cara de la moneda. Las más violentas guerras sobre los recursos
hídricos ocurren hoy en día dentro de estados más que entre ellos. La escasez
de agua genera conflictos étnicos, ya que las comunidades comienzan a temer por
su supervivencia e intentan apropiarse del recurso. En Darfur,
las sequías recurrentes han envenenado las relaciones entre los granjeros y los
pastores nómades, y la guerra de la que hoy somos testigos impotentes ocurre
tras años de conflicto en escalada. Chad corre el riesgo de caer presa del
mismo ciclo de violencia.
Revisar Políticas
En consecuencia, es urgente satisfacer las necesidades humanas
más básicas de las poblaciones a través de iniciativas de desarrollo local. Los
proyectos hidráulicos rurales, que aseguran el acceso al agua a estas
poblaciones a lo largo de largas franjas de tierra, pueden demostrar ser
eficaces herramientas de prevención de
conflictos. Con la ayuda de técnicas de imágenes por satélite se están creando
corredores de pastoreo seguros para orientar a los nómades y sus rebaños a
áreas adecuadas.
Estas iniciativas ofrecen oportunidades muy valiosas de
diálogo y colaboración entre comunidades rivales. La clave es anticiparse a la
necesidad de entrar en acción antes de que las tensiones se acrecienten hasta
llegar a un punto irreversible.
También es necesario abordar el consumo de agua. El 70% del
uso de agua del mundo se destina a la agricultura. La investigación y las
innovaciones técnicas en el ámbito de la agronomía son cruciales para maximizar
el uso eficiente del agua en este sector, y se deben llevar más allá. Sin
embargo, enfrentar la escasez inevitablemente implicará revisar las prácticas y
políticas agrícolas en todo el mundo para asegurar su sustentabilidad.
El reto para el desarrollo ya no consiste únicamente en
llevar agua para usos agrícolas a áreas de escasez. Como lo ilustra la
dramática reducción del Mar de Aral, el Lago Chad y
el Mar Muerto, hoy se requiere preservar los recursos naturales escasos y
asegurar su distribución equitativa entre necesidades contrapuestas. En Africa
Occidental o el Oriente Próximo, Asia Central o
Tres cualidades
Dada la escala sin precedentes, no es una opción el seguir
haciendo las cosas como hasta ahora.
La humanidad debe comenzar a solucionar este dilema del
agua. Esperar no es parte de la solución.
*M. Gorbachev es Presidente del Consejo de