El cambio climático y la copa de vino
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Por Martha Meier Miró Quesada
Periodista especializada en temas ambientales. Editora “El Dominical”.
El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas Ban Ki-Moon
advirtió, recientemente, que “el Ártico se esta calentando mas rápido que
cualquier otro lugar de la Tierra y podría quedarse sin hielo para el 2030”.
Aunque no asociemos el gélido Polo Norte con las parras ni a las uvas con los
osos polares, el “derretimiento” es una señal. El calentamiento global afectara
todos los ámbitos de la vida, incluida la industria vitivinícola, el “mapa del
vino” y el sabor de las uvas, convirtiendo a zonas tan inesperadas como Escocia,
por ejemplo, en un nuevo Napa Valley. Así de raras las cosas.
¿Qué esta pasando?
“Con el vino podemos saborear el cambio climático”, sostiene Gregory V. Jones,
de la Universidad del Sur de Obregón, pionero del floreciente campo de los
estudios de clima en zonas de viñedos. Se puede ver ya un “avance” de lo que se
trae esa película de suspenso llamada calentamiento global: el cambio el patrón
de maduración de las uvas.
Enólogos de la Bodega Miguel Torres, España, refieren “un desfase entre la
maduración del contenido en azucares, mas temprana, y la maduración de aromas y
polifenoles, que es mas tardía”. Esto deriva en vinos menos equilibrados que
requieren de la fermentación de mostos con alta concentración de azúcar,
resultando una bebida pesada, con más porcentaje de alcohol y mas sensible a la
oxidación. Amantes del vino, preocupaos.
El critico de vinos Jancis Robinson afirma que hoy el sabor del calentamiento
puede degustarse: “Los vinos secos alemanes son, ahora, seriamente deliciosos.
Los ingleses y canadienses se han beneficiado”. Mientras tanto los sabores de
los originados en regiones más tórridas, como Australia o España, empiezan a
afectarse.
El proyecto Demeter
En España, 25 empresas vitivinícolas, 31 grupos de investigadores –de 17 centros
públicos y 5 centros tecnológicos-, desarrollan el “Proyecto Demeter”. Se
destinaran 27 millones de euros para saber como son y como serán las condiciones
climáticas de los viñedos. La idea es conocer a que se enfrentaran las uvas para
protegerlas y determinar el mejor momento de su vendimia. Por lo pronto, en el
último año, debido al calentamiento, la cosecha en el país ibérico se adelanto
un mes (de la última semana de setiembre a la última de agosto).
Adiós California wines
Un estudio de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos sostiene
que, a fines del siglo XXI, las áreas para viñedos en California podrían
reducirse hasta en 81% derrumbando una industria de miles de millones de dólares
y generando oleadas de desempleo. Las uvas serán cada vez mas acidas y los
terrenos aptos para su cultivo se ubicaran hacia el norte, en zonas costeras
frías y a mayor altitud, (un estudio francés revelo que por cada grado mas habrá
que migrar 200 kilómetros rumbo norte –o sur-, dependiendo del hemisferio en que
nos encontremos). James A. Kennedy, catedrático de la Universidad del Estado de
Oregón, indico a la cadena televisiva CBS, estar “estupefacto” por el reporte.
No es casualidad que el año pasado The Wine Academy (Academia del Vino)
desarrollarse un seminario sobre el tema, en Sonoma, California. Quienes
trabajan con la uva perciben, hace buen tiempo que algo extraño ocurre.
Cambia, todo cambia
La Madre Patria fue de las primeras naciones del vino que noto “algo”, por ello
el 2006 se convoco, en Barcelona, la Primera Reunión Mundial sobre Calentamiento
Global y Vinos. El año pasado la Academia del Vino de España organizo el segundo
congreso mundial. Climatólogos de distintos países desarrollan modelos de los
cambios del “mapa del vino” y que pasara en el próximo medio siglo. Un ejemplo:
Suecia y Dinamarca podrían ser centros del mejor Riesling e Inglaterra de
espumantes superiores a los de la región de Champagne, Francia. “Ya no se puede
tomar una decisión sobre un viñedo basándose en información histórica. Ahora hay
que considerar el factor del cambio climático”, sostiene David Graves,
inversionista y copropietario de los vinos Saintsbury del Valle de Napa,
California. Así andan las cosas por el calentamiento global.