Gotas de brío y sudor para la conservación: Un
esfuerzo que debemos apoyar
Por Enrique Angulo Pratolongo
El fundo se llama "Gotas de Agua" y es propiedad del emprendedor profesor jaeno
Luciano Troyes Rivera. En su terreno, ubicado a unos pocos kilómetros de Jaén,
se va gestando una importante iniciativa para conservar parte de los bosques
secos del Marañón. El lugar es un apacible recinto de más de 1800 hectáreas
resguardadas celosamente ante el inminente avance de la agricultura en la zona.
Posee un relieve de suaves colinas y un bosque seco maravilloso que se resiste a
desaparecer. Pernoctar en este lugar es una experiencia muy recomendable para
aquellos que, como yo, creen que aún podemos conservar y usar responsablemente
nuestros recursos naturales.
El fundo “Gotas de Agua” (GdA) se ubica en la región ecológica denominada Bosque
Seco del Marañón; y políticamente, en la provincia y distrito de Jaén. Limita
con el distrito de Bellavista. Está situado a una altitud entre 710 y 780 msnm y
en él se registra una temperatura que oscila en promedio entre los 22 y 25 °C.
GdA es un terreno que permite recorrer toda su extensión a pie, en bicicleta o
en moto para disfrutar de un ecosistema único que alberga a varias especies
biológicas endémicas circunscritas a un reducido espacio vital. Es decir,
algunas aves y árboles se encuentran únicamente en este lugar de nuestra
geografía y son exclusivas de la zona. Si desaparecen, no las volveremos a ver.
Acceder a GdA es relativamente fácil, ya que se encuentra muy cerca de Jaén (a 7
kilómetros); y para llegar a esta ciudad cajamarquina se puede tomar desde
Chiclayo la carretera que atraviesa el Abra Porcuya (el paso más bajo de los
Andes, ubicado en el departamento de Piura a 2137 msnm) en dirección a
Chachapoyas. El viaje dura alrededor de seis horas y la vía se encuentra en buen
estado. La otra posibilidad es llegar por la carretera Fernando Belaúnde Terry
que atraviesa Yurimaguas, Tarapoto, Moyobamba, Rioja, Chachapoyas y Bagua. Dada
la cercanía de este lugar con el departamento Amazonas (divididos en gran parte
por el río Marañón), existe una gran oferta de movilidad.
Gotas de sudor para sacar adelante un
gran esfuerzo
El objetivo principal de GdA es conservar la flora y fauna típica de esta
porción del bosque seco del Marañón y fomentar un ecoturismo responsable que
asegure el uso racional de la diversidad biológica de la zona. Para eso falta
recorrer un tramo engorroso y difícil marcado por el poco apoyo que el Estado
otorga, a través de instituciones paquidérmicas, como el Organismo de
Formalización de Propiedad Informal (COFOPRI). Pese a haber solicitado la
intervención de este organismo para la titulación y reconocimiento total de los
terrenos de GdA, lo cual es un paso esencial para buscar obtener la ansiada e
imprescindible categoría de Área de Conservación Privada (ACP), aún no hay una
respuesta concreta.
Al constituirse GdA en un ACP complementaría el espectro de conservación del
Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (SINANPE), en
especial en un ecosistema tan reducido y frágil como lo es el bosque seco del
Marañón en donde la representatividad del SINANPE es casi nula, sino, nula. Si
bien ya han desfilado por GdA algunas organizaciones que han ofrecido su ayuda
para obtener la ansiada categoría de ACP para estar en las ligas mayores de la
conservación en el país y fusionar la conservación con el buen uso de la
naturaleza, urge empujar la carreta con más fuerza e ahínco.
Es por eso que a través de estas líneas hago dos invocaciones. La primera, a los
que conocen este pujante proyecto, ayudemos a que se haga realidad. La segunda
invocación es para todos los que aún no conocen este hermoso lugar, para que lo
visiten y saquen sus propias conclusiones.
GdA es un lugar interesante para los observadores de aves, y es este un punto
importante por resaltar. Según la información que he podido obtener, se tiene
una cuota aceptable de aves para avistar en la zona. Y estando en el tema de
esta disciplina que aumenta día a día en el Perú, debo desmentir los
irresponsables comentarios lanzados por un birdwatcher extranjero que se
aventuró a escribir en un grupo de interés en la web que se sintió intimidado en
la zona porque algunos pobladores, “machete en mano”, lo miraron sorprendidos.
Para empezar, la mayoría de la gente local camina con su machete que es una de
sus herramientas de trabajo y eso no significa que tengan malas intenciones.
Además, los visitantes, como él, están en territorios ajenos, con costumbres
distintas a las suyas. Que no lo olvide el gringo. Lamentablemente, gracias a
este prescindible comentario, muchos "pajareros" han podido tal vez cambiar de
destino y dejar visitar GdA. Espero que no. El lugar es tranquilo, doy fe de
eso. Visítenlo.
Jaén, un lugar de fusiones
Tras visitar Jaén y sus alrededores me queda una sensación extraña, y es que
esta tierra fértil es un lugar donde se fusiona de alguna manera lo andino con
lo amazónico, sin ser ninguno de los dos conceptos a cabalidad. Es extraño, pero
a su vez fabuloso, deambular por este lugar único en el planeta y más si estamos
tan cerca del gran río Marañón. Su presencia se siente por doquier. El río,
hecho famoso por Ciro Alegría a través de su relato "La Serpiente de Oro",
publicado en 1935, es una fuerza natural imponente que inspira respeto.
Un fragmento del relato de Alegría lo certifica: "Entonces uno siente respeto
hacia la correntada y entiende su rugido como una advertencia personal.
Nosotros, los cholos del Marañón, escuchamos su voz con el oído atento. No
sabemos donde nace ni donde muere este río que nos mataría si quisiéramos
medirlo con nuestras balsas, pero ella nos habla claramente de su inmensidad". Y
en este contexto cercano tenemos a GdA y a esta interesante parte del país
buscando su destino.
Ante el inevitable avance de las crecientes necesidades humanas, limitadas si se
quiere a la obligación de llevar alimento a los suyos, los terrenos de cultivo
en el valle de Jaén crecen cada día más. Es por eso que las pocas zonas que aún
albergan superficies de bosques conservados están en constante amenaza, pues
ante el menor descuido pueden ser taladas para convertirse en terrenos agrícolas
que, después de un tiempo, quedarían totalmente improductivos.
En los alrededores de Jaén se aprecian diversas bolsas plásticas de color azul
sobre unas laderas que no hacen más que indicar las invasiones en la zona. Esos
"nuevos" habitantes están ávidos a conseguir terrenos de cultivos y no tardarán
mucho en seccionar y fragmentar más el bosque seco. Ante esta y otras amenazas
en la tierra de la serpiente de oro urge crear un mecanismo de defensa eficaz
como en GdA que demuestre que sí son conciliables la conservación y el
desarrollo. Es por eso que urge lograr la ansiada categoría de ACP como primer
paso.
Claro, eso no es lo único, pero sí lo primero. Inculcarle al poblador de la zona
la necesidad de conservar sus bosques solo se puede hacer mediante el ejemplo y
esta es una gran oportunidad. Además, por qué no aprovechar este hermoso lugar
como reivindicación con la naturaleza que nos alberga. ¿No tenemos derecho acaso
de "consumir" una belleza paisajística única? Claro que sí.
Finalmente, invoco nuevamente a los que puedan ayudar a dar este gran paso
(ellos saben a quienes me refiero) a que le den la mano a GdA.