INTENSAS CONVERSACIONES DURANTE LA CUMBRE COP29

 

En el marco del cierre de la COP29 en Bakú, la falta de propuestas concretas por parte de los países ricos sobre el financiamiento climático ha generado un ambiente de presión e incertidumbre. Hasta el momento, no se ha presentado ninguna cifra concreta que permita alcanzar el objetivo de un billón de dólares anuales, monto estimado como necesario por los economistas de la ONU para que los países en desarrollo enfrenten las consecuencias del cambio climático. Este estancamiento refleja tensiones geopolíticas, según expresó la ministra colombiana de Ambiente, Susana Muhamad, quien manifestó su preocupación por el lento progreso de las negociaciones. En su opinión, los países parecen estar jugando un juego estratégico, esperando que una de las partes dé el primer paso en comprometerse económicamente.

La ministra subrayó que se requiere al menos un billón de dólares al año para abordar la magnitud de este desafío global. Advirtió, además, que la falta de inversión incrementará los costos a largo plazo, ya que cada retraso en la acción intensifica los efectos del cambio climático y complica la posibilidad de mitigarlos. Adonia Ayebare, presidente del grupo G77+China, que representa a más de 130 países en desarrollo, también insistió en la necesidad de establecer una cifra clara, resaltando que este punto es crucial para avanzar en las negociaciones.

Por otro lado, Wopke Hoekstra, enviado de la Unión Europea para el clima, defendió la postura de no discutir públicamente una cifra hasta que se establezcan bases claras para su determinación. Esta falta de acuerdos sobre los aspectos financieros del cambio climático genera frustración, especialmente entre los países en desarrollo, quienes enfrentan dificultades para implementar estrategias de adaptación y mitigación con los recursos limitados que tienen a su disposición.

El viceministro de Ambiente de Guatemala, Edwin Castellanos, lamentó que las naciones más vulnerables carecen de un presupuesto adecuado para abordar los daños provocados por fenómenos meteorológicos extremos. Señaló que el impacto de eventos como huracanes puede ser tan devastador que, en algunos casos, detienen el crecimiento económico de su país durante un año entero. Por ello, los países en desarrollo demandan un apoyo financiero anual de 1.3 billones de dólares, cifra destinada a proyectos esenciales como la construcción de centrales solares, la mejora de sistemas de irrigación y la protección de las ciudades frente a las inundaciones. La falta de avances en este tema crucial pone en evidencia la brecha entre las necesidades de las naciones más vulnerables y la falta de compromiso de las economías más fuertes.

 


Fuente: Diario El Peruano- pag.15, 21 de noviembre del 2024.