ADAPTACION A UN CLIMA CAMBIANTE EN LA AGENDA EMPRESARIAL

 

 

El cambio climático ha dejado de ser una amenaza potencial para convertirse en una realidad tangible. Incendios forestales, sequías e inundaciones son algunas de las consecuencias que tanto el Perú como el resto del mundo enfrentan cada vez con mayor frecuencia. Según el Centro Nacional de Planeamiento Estratégico (Ceplan, 2023), las emergencias derivadas de fenómenos climáticos y oceanográficos aumentaron en un 132% entre 2012 y 2022. En el ámbito global, los desastres relacionados con el clima se incrementaron 2.5 veces en el período comprendido entre 2013 y 2022, de acuerdo con datos de la Organización Mundial del Comercio.

A pesar de esta preocupante realidad, la mayoría de las empresas a nivel mundial no están priorizando su adaptación al cambio climático. Según el Global Corporate Sustainability Assessment (Standard & Poor’s, 2023), que evalúa anualmente las prácticas de sostenibilidad de 13,000 empresas globales, solo una de cada cinco compañías cuenta con un plan para enfrentar los riesgos climáticos. Ante esta situación, desde 2021, estándares internacionales de reporte y contabilidad como el Global Reporting Initiative (GRI) y el Sustainability Accounting Standards Board (SASB) han establecido la obligatoriedad de que las empresas identifiquen y divulguen su doble materialidad climática. Esto implica reportar tanto las emisiones generadas por sus operaciones como los efectos del cambio climático en sus actividades.

Además de ser una necesidad, gestionar la adaptación climática de los negocios puede generar oportunidades económicas. Por ejemplo, el desarrollo de productos innovadores como sistemas de riego inteligentes o edificaciones diseñadas para regular el calor representan nuevas áreas de crecimiento. También existe la posibilidad de acceder a mercados climáticamente regulados, como el de la Unión Europea. Un ejemplo es el Mecanismo de Ajuste Fronterizo del Carbono, que exige a las empresas reguladas gestionar sus emisiones a lo largo de toda la cadena de valor, independientemente del país en el que se encuentren sus proveedores. Las empresas que no gestionan adecuadamente sus emisiones corren el riesgo de ser excluidas de estos mercados internacionales.

El primer paso esencial para que las empresas gestionen su adaptación climática es realizar un análisis de riesgo climático y compartir esa información con sus grupos de interés mediante informes financieros integrados, reportes de sostenibilidad o plataformas como el CDP (anteriormente Climate Disclosure Project). Al hacerlo, las empresas estarán mejor preparadas para anticipar, gestionar y reportar el impacto del cambio climático en su desempeño financiero. Esto no solo contribuirá a la sostenibilidad de sus operaciones a largo plazo, sino también al bienestar general del planeta.


Autor: Pia Zevallos. Fuente: Diario Gestión - pag.10, 14 de noviembre del 2024.