INVERSORES JAPONESES MUESTRAN INTERES EN PROYECTOS ENERGETICOS Y PETROQUIMICOS

 

 

La relación diplomática entre Perú y Japón, con más de 150 años de historia, ha generado lazos sólidos que han promovido un flujo significativo de inversiones japonesas en el país sudamericano. Esta asociación no solo se ha limitado al ámbito cultural y social, sino que ha permitido una colaboración económica que se refleja en la presencia de importantes empresas japonesas como Toyota, Mitsubishi, y Mitsui Co. Estas compañías, entre otras, han encontrado en Perú un destino estratégico para diversificar y expandir sus operaciones, favoreciendo la economía peruana y aprovechando las oportunidades comerciales en el país.

Un estudio reciente sobre las intenciones de inversión japonesa revela un panorama alentador. Según Martín Pérez, presidente del Consejo Empresarial Peruano Japonés (Cepeja Perú), el 41.7% de las empresas japonesas planean ampliar sus inversiones en Perú, mientras que el 58.3% pretende mantener sus niveles actuales de inversión. Este dato resalta que, a pesar de los desafíos globales, Perú se mantiene como un destino atractivo y confiable para los empresarios japoneses. Este compromiso se destaca especialmente porque ninguna de las empresas encuestadas mostró intenciones de reducir sus inversiones, lo que es un signo positivo para la estabilidad económica del país.

La minería sigue siendo un sector clave para las inversiones japonesas, con particular interés en el cobre, un mineral fundamental para la electrificación global. Sin embargo, el enfoque no se limita solo a esta área, ya que Perú es un país rico en recursos polimetálicos como zinc, estaño, molibdeno y litio, lo que permite una diversificación de las inversiones. Más allá de la minería, Japón también ha mostrado interés en sectores emergentes como la energía solar, eólica, y geotérmica, así como en la petroquímica y la infraestructura, lo que señala un posible cambio hacia un portafolio de inversión más variado.

Un aspecto distintivo de los inversionistas japoneses es su estrategia de mantener posiciones accionarias minoritarias, generalmente entre el 25% y 30%, aunque en sectores como la petroquímica podrían alcanzar hasta el 45%. Este enfoque no solo representa una inversión económica sino también una transferencia de conocimiento, tecnología, y estándares de calidad que benefician al desarrollo del sector industrial peruano. La intención de acompañar estas inversiones con innovación y altos estándares productivos se traduce en una relación mutuamente beneficiosa.

Por último, se destaca un desafío en el ámbito turístico. El presidente del Cepeja señaló la necesidad de aumentar las frecuencias aéreas directas entre Perú y Japón. Actualmente, la falta de vuelos directos desde Japón hacia Perú, que obliga a los turistas a realizar escalas en Estados Unidos, desincentiva el turismo nipón. Para revertir esta situación, se sugiere una colaboración entre Promperú, el Ministerio de Transporte y Comunicaciones, y Lima Airport Partners, con el fin de atraer aerolíneas japonesas al país. Un impulso en este sector no solo fortalecería los lazos culturales, sino que también generaría un impacto económico positivo para el turismo peruano.


Fuente: Diario Gestión- pag.6, 18 de octubre del 2024.