EL OTRO NEGOCIO ILEGAL

 

 

El texto describe un grave problema relacionado con el tráfico ilegal de especies silvestres en América Latina, el cual está teniendo un impacto negativo en la biodiversidad de la región. América Latina alberga una gran parte de las especies del mundo, pero este recurso biológico está siendo explotado de manera ilegal, lo que pone en peligro la fauna local. El tráfico de animales se ha convertido en una de las fuentes más lucrativas para el crimen organizado, ocupando el cuarto lugar en términos de ingresos delictivos, detrás de actividades como el narcotráfico y la trata de personas. Este fenómeno está reduciendo drásticamente las poblaciones de especies, con una disminución promedio del 95% en la biodiversidad desde 1970.

El mercado ilícito de especies tiene una gran diversidad de demandas. Los animales son vendidos para ser mascotas, símbolos de estatus o ingredientes en medicinas tradicionales. Incluso en los puertos se han encontrado animales y partes de ellos ocultos en lugares insospechados. En este contexto, las mafias organizadas se benefician de la venta de animales exóticos y productos derivados, como colmillos de jaguar y extractos de ranas gigantes. El principal destino de muchas de estas especies es China, donde la demanda por estos productos sigue en aumento, lo que ha impulsado un crecimiento acelerado del tráfico en la última década.

A pesar de los esfuerzos de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), que busca regular el comercio transfronterizo de especies, la implementación de estas normas depende de la voluntad de los países miembros. Muchos no logran hacer cumplir las regulaciones, lo que facilita la expansión de este negocio ilegal. Las comunidades locales, atrapadas en situaciones de pobreza, contribuyen al problema al capturar animales y venderlos a traficantes que obtienen enormes beneficios, mientras que el sistema judicial rara vez procesa estos delitos, y cuando lo hace, las penas son mínimas.

La creciente implicación de grupos criminales organizados en el tráfico de especies ha llevado a un mayor enfoque en el tema por parte de las agencias de orden público. Algunos países han creado unidades especializadas para enfrentar este delito, y organizaciones como Earth League International están trabajando para exponer las conexiones del crimen organizado con el tráfico de fauna silvestre. Sin embargo, la lucha contra este crimen enfrenta múltiples desafíos, como la falta de recursos en las fuerzas policiales, la corrupción gubernamental y la falta de voluntad política en algunos países. La intervención por parte de gobiernos como el de Colombia, que ha establecido penas severas, muestra que es posible tomar medidas más estrictas, pero el control del tráfico ilegal sigue siendo un desafío complejo.


Autor: The EconomistFuente: Diario Gestión - pag.23, 17 de octubre del 2024.