EL INCENDIO EN LA AMAZONIA: UNA CATASTROFE CLIMATICA, SOCIAL Y ECONOMICA

 

Los incendios que devastan la Amazonía peruana en 2024 van más allá de un simple problema ambiental; representan una crisis compleja que afecta al clima, la salud pública y la economía del país. Con más de 50,000 focos detectados, este desastre es el resultado de una peligrosa interacción entre fenómenos naturales y acciones humanas. El fenómeno de El Niño, exacerbado por el cambio climático, ha provocado una sequía extrema, reduciendo las precipitaciones y aumentando las temperaturas. Estas condiciones han facilitado la propagación de incendios, agravados por actividades humanas como la quema de terrenos agrícolas y la deforestación, lo que ha reducido en un 18% la cobertura forestal de la Amazonía, según datos de WWF.

El humo que cubre ciudades como Iquitos y Tarapoto no solo crea un espectáculo visual con el sol rojizo, sino que también pone en riesgo la salud pública. Las partículas contaminantes liberadas empeoran los problemas respiratorios, especialmente entre los niños y ancianos, incrementando la demanda de atención médica y sobrecargando un sistema de salud ya al límite.

En cuanto al impacto económico, las pérdidas en tierras agrícolas y recursos forestales ascienden a más de 200 millones de soles entre enero y agosto de 2024, según Medio Ambiente Perú. Los cultivos clave para la exportación, como el cacao y el café, han sufrido daños graves, afectando tanto a pequeños agricultores como a grandes cadenas de suministro. El turismo también ha sido golpeado, ya que los incendios destruyen tanto la biodiversidad como los paisajes naturales que atraen a miles de turistas cada año. Las restricciones en áreas protegidas y la pérdida del paisaje han reducido significativamente los ingresos turísticos, profundizando la crisis económica. El aumento en la frecuencia e intensidad de los incendios refleja un problema estructural más profundo: la deforestación y el uso insostenible de la tierra. El modelo de desarrollo en la Amazonía, centrado en la expansión agrícola y ganadera, está causando una destrucción irreversible de los bosques, fundamentales para la regulación climática global. Los incendios no solo liberan grandes cantidades de CO2, acelerando el cambio climático, sino que también destruyen la capacidad de la selva para mantener su propio ciclo de lluvias, perpetuando la sequía y el calor.

El futuro de la Amazonía depende de una acción conjunta entre los sectores público y privado. Es necesario invertir en la conservación y reforestación de los bosques, además de adoptar prácticas agrícolas más sostenibles. La comunidad internacional también debe participar, ya que la Amazonía es un recurso global, y su deterioro impacta no solo a Perú, sino a todo el planeta. Ignorar esta crisis no es una opción, ya que las pérdidas económicas y ambientales seguirán aumentando, y el costo de no actuar será incalculable.

En resumen, los incendios en la Amazonía no solo son una catástrofe ambiental, sino también un desastre económico y social. La pérdida de biodiversidad, el aumento de enfermedades respiratorias y la disminución de la productividad agrícola y turística son algunas de sus graves consecuencias. Si no se toman medidas urgentes y coordinadas, las repercusiones para la economía peruana y el bienestar global serán devastadoras.


 

Autor: Patricio Valderrama., Fuente: Diario Gestión - pag.17. 10 de setiembre del 2024.