AUN QUEDA UN LARGO CAMINO POR RECORRER: EL DESAFIO DE PRESERVAR LA ANCHOVETA PERUANA

 

Los peruanos debemos sentir un gran orgullo al hablar de la biodiversidad marina que poseemos. El mar peruano se encuentra entre los más productivos a nivel mundial, consolidando al país como líder en la actividad pesquera. Desde que ingresé al sector, he quedado impresionado por la forma en que la naturaleza nos comunica, revelando los retos que enfrentan los ecosistemas marinos. Un tema crucial para quienes trabajamos en este ámbito es garantizar, ante todo, la sostenibilidad de nuestra biodiversidad marina.

La pesca ha sido una fuente económica fundamental durante miles de años para millones de familias peruanas, ya sea directa o indirectamente vinculadas a este sector. Además, juega un papel central en nuestra gastronomía, economía, políticas públicas, y en proyectos sociales que benefician a las comunidades costeras. Con el tiempo, las técnicas de pesca han evolucionado y la regulación se ha fortalecido, enfocándose en la conservación de especies clave como la anchoveta, la más relevante a nivel nacional e internacionalmente reconocida.

A pesar de los avances, aún hay desafíos importantes por enfrentar, siendo esencial abordar las amenazas que enfrenta nuestro mar. Un aspecto fundamental para la preservación de la anchoveta son las vedas, medidas de manejo que protegen su proceso reproductivo y evitan la sobreexplotación. En el sector industrial, se deja de pescar anchoveta por al menos seis meses al año para permitir su reproducción, pero no todos los pescadores siguen esta norma. Es imprescindible que las vedas se apliquen de manera equitativa.

Otro tema de preocupación es que, desde 2019, la cuota de pesca de anchoveta destinada al consumo humano directo se ha mantenido en 150,000 toneladas, pero este recurso no aparece en los mercados. Según la FAO, Perú pierde más de 1,200 millones de soles anualmente debido a la pesca ilegal.

En el sector industrial, trabajamos para proteger nuestros recursos y promover la investigación científica, ya que las decisiones deben basarse en datos que nos permitan trazar el camino a seguir. La gobernanza de los recursos marinos es compleja y requiere de la coordinación constante entre el sector privado y el público. Además, es necesario acercar más a la población al sector pesquero. El reto es grande, pero seguiremos comprometidos con la sostenibilidad, priorizando siempre la conservación de las especies marinas.


 

Autor: Gonzalo de Romaña. Fuente: Diario Gestión- pag.13, 15 de julio del 2024.