Desde 2019, la Unión Europea ha estado implementando el "Pacto Verde Europeo", un plan destinado a descarbonizar su economía para 2050, reformar el sistema energético de la región y reforzar los esfuerzos contra el cambio climático. Este programa se basa en el Acuerdo de París y en la cooperación internacional para enfrentar la crisis climática global. Sin embargo, ¿qué podría tener de negativo este "plan de salvación" que pretende servir de modelo para otros?
Aunque el Pacto forma parte de la política exterior de la UE, en nuestro mundo interconectado, la transición energética planteada tendrá profundas repercusiones geopolíticas y efectos secundarios impredecibles en los mercados, los patrones comerciales globales y las economías de los países asociados. Analicemos esto más a fondo.
Un componente clave del programa ecológico es el Mecanismo de Corrección de Carbono en Frontera (BCCM). A partir de 2026, los importadores en la UE de ciertos productos intensivos en carbono (como hierro, acero, cemento, aluminio y fertilizantes, con posibilidad de ampliación en el futuro) deberán adquirir certificados correspondientes al volumen de emisiones de su producción.
En el sector de la aviación, se han decidido nuevas normas sobre combustibles, como un aumento gradual en la proporción de combustible sostenible (según los criterios de la UE) en los aeropuertos europeos. Esta medida podría limitar el acceso de las aerolíneas extranjeras al mercado europeo debido al incumplimiento de los nuevos requisitos, beneficiando así a los productores de combustible "verde" de la UE.
Además, desde diciembre de 2024, se impondrán restricciones para combatir la deforestación, limitando la importación de bienes asociados con la tala de bosques, como madera, cacao, café, aceite de palma y soja.
Cabe destacar que incluso dentro de la UE, algunos representantes de industrias de alto consumo energético se muestran escépticos respecto a la implementación del Pacto Verde Europeo dentro del plazo establecido por Bruselas.
Al asumir el papel de "marcador de tendencias", la Unión Europea, al analizar la esencia de su programa "verde", parece más enfocada en proteger a sus productores que en considerar el impacto de sus acciones en otros países, incluyendo a potenciales exportadores de Asia, África y América Latina.
La imposición de estrictas normas ambientales y políticas verdes extraterritoriales sin igualdad de condiciones parece una estrategia para asegurar el dominio tecnológico y el crecimiento económico de Europa, a pesar de su falta de recursos naturales propios.
Lo más importante es que una transición de carbono exclusivamente en la UE no tendrá un impacto significativo en la mitigación del calentamiento global, ya que el Pacto Verde simplemente trasladará las emisiones de gases de efecto invernadero a sus socios.
Creemos que la cooperación entre países debería basarse en principios de apertura, voluntariedad e inclusión, considerando las necesidades de todas las economías y facilitando la coordinación de medidas que efectivamente reduzcan las emisiones.
Autor: Igor Romanchenko. Fuente: Diario Expreso - pag.23, 05 de julio del 2024.