CONSECUENCIAS ECONOMICAS DE UN CLIMA CAPRICHOSO

 

 

El verano de 2023 en Perú es todo menos normal. Enero comienza con temperaturas extremadamente bajas, mucha lluvia y un clima más fresco que supera las expectativas de los viajeros. Sin embargo, las condiciones mejoran en febrero con días soleados. Pocos de nosotros nos damos cuenta de que este calentamiento puede significar algo más que buen tiempo. Cuando llega marzo, todos los peruanos están atentos a El Niño costero.


Las lecciones que nos deja el Niño costero de 2023 son diversas. El primero es nuestra vulnerabilidad a los fenómenos naturales recurrentes. Las semanas de fuertes lluvias del tifón Yaku nos recuerdan las devastadoras temporadas de 2017, 1997-1998 y 1982-1983. Más de cuatro décadas después, la preparación integral para El Niño sigue siendo un desafío constante.
La segunda lección son las altas temperaturas durante todo el año, la temperatura media es 4°C más alta de lo normal. Las generaciones más jóvenes recordarán este año como "el año sin invierno". Este aumento de temperaturas no sólo nos dará cielos despejados y motivación para ir a la playa en julio o agosto, sino que también afectará a la industria (minorista) de la confección, donde abrigos, suéteres y chaquetas están listos para la venta. Un buen ejemplo es el centro comercial Gamarra, que produce prendas de talla grande que aún no se venden. Aunque algunos comerciantes intentaron minimizar las pérdidas trasladando algunos de sus productos a zonas más frías, principalmente al sur de los Andes, la mayoría encontró serias dificultades. La tercera lección es la grave sequía en los Andes del sur, que devasta la agricultura y los modos de vida tradicionales. El nivel del agua del lago Titicaca, esencial para la vida en las tierras altas, ha caído a niveles críticamente bajos, provocando efectos adversos no sólo en los recursos hídricos sino también en el turismo de la zona. Nos estamos preparando para un final desafiante de 2023 con esfuerzos significativos pero insuficientes por parte del gobierno y el sector privado que han anticipado los costos asociados con la potencial pérdida de parte o de la totalidad de nuestras operaciones. Las previsiones climáticas no son halagüeñas y apuntan a un verano de 2024 muy inusual. Sin embargo, octubre ha llegado trayendo consigo vientos fríos inesperados.


El Niño ocurre debido a una combinación de factores, incluido el debilitamiento de los vientos más fríos del sur. Son causadas principalmente por la Meseta del Pacífico Sur (APS), que también es el motor de la Corriente de Humboldt del Perú, que baña nuestras costas con agua fría. En octubre de 2023, el debilitamiento de las gacelas permitió que emergieran ondas Kelvin cálidas, lo que provocó el desarrollo de fenómenos costeros y globales de El Niño. Afortunadamente, a medida que las antipartículas se fortalecen a principios de octubre, el mar peruano se enfría, lo que reduce la probabilidad de lluvias extremas en el norte del Perú y modera la intensidad de El Niño costero.


Cuando llega el verano de 2024, regresan las altas temperaturas. En enero, la temperatura en las costas central y norte es de unos 30°C, pero no llueve en el norte. Febrero comienza con un calor intenso que golpea a una población no acostumbrada a él. Una cosa es 32°C en Sullan y otra, 32°C en la capital, Lima. Las estadísticas muestran que febrero de 2024 fue uno de los meses más cálidos de nuestra historia. En enero y febrero de este año, el consumo de todo tipo de bebidas, así como las ventas de ventiladores, aumentaron significativamente y los equipos de aire acondicionado esenciales casi desaparecieron de los estantes de los grandes almacenes, necesarios para reducir la congestión humana. población.

El destino de El Niño costero ya está decidido. Dado que el ABL mejorado continúa enfriando las aguas costeras, el cambio de estaciones del verano al otoño, pero sobre todo la llegada de olas frías Kelvin que golpean nuestras costas, el combustible ya no vuelve a ser abundante. La ola de frío es un buen augurio para el sector pesquero que quiere recuperar fuerzas tras un año complicado. Además, las frías aguas del otoño predicen un regreso a las estaciones típicas, y los modelos climáticos sugieren un invierno "más frío de lo normal" en 2024, lo que podría ofrecer una segunda oportunidad para la industria textil y de la confección. Llegó el momento de desempolvar los jerseys y preparar las mantas; será necesario.


Autor: Patricio Valderrama Murillo. Fuente: Gestión - pag.11, 5 de marzo del 2023.