TOMANDOLE LA TEMPERATURA AL FUTURO

 

Estamos ante una ola de calor que está afectando nuestra vida cotidiana y tiene a las autoridades preocupadas por su potencial impacto en la salud y la economía de los peruanos. Si bien el aumento de las temperaturas no es un problema exclusivo del Perú, es importante ser conscientes de nuestra vulnerabilidad ante los fenómenos climáticos y tomar medidas cuando sea posible, ya que muchas de las tareas que hemos realizado pueden llevar a tener que calcular qué impacto tendrá el cambio climático. tener sobre ellos. Estará ahí para nosotros El Perú es vulnerable a los desastres naturales y al cambio climático debido a la alta variabilidad del clima, la importancia de los recursos naturales para las principales actividades económicas como la minería y la agricultura, y la incertidumbre en infraestructura y servicios básicos afecta a todos, incluidos los más pobres. y los más pobres son los más pobres. indefensos, entre otros. Un estudio del Banco Central de 2021 encontró que si las temperaturas continúan fluctuando como lo han hecho en los últimos 30 años, el ingreso per cápita disminuirá aproximadamente un 9 % en 2050 y un 22 % en 2100.

El desempeño del sector agrícola en 2023 demuestra claramente la fragilidad de la industria ante los fenómenos climáticos. Las fuertes lluvias en el Norte, la sequía en el Sur y las altas temperaturas que afectan la productividad de algunos cultivos han contribuido a la crisis de los fertilizantes y a la elevada inflación. Como resultado, el PIB agrícola cayó un 4,1%, la peor caída desde 1992. La vulnerabilidad del sector ha ocultado oportunidades claras y urgentes de mejora frente al cambio climático. Aunque el 80% del agua disponible se utiliza para la agricultura, los sistemas de riego en Perú tienen sólo un 35% de eficiencia.

Esto significa que la mayor parte del agua utilizada en la agricultura se pierde debido a sistemas de riego ineficientes. A medida que aumenta la escasez de agua, se vuelve cada vez menos sostenible. Necesitamos una mejor infraestructura de riego. Las altas temperaturas también están ejerciendo presión sobre los servicios de salud y afectando la productividad de los trabajadores, especialmente aquellos que trabajan al aire libre y corren mayor riesgo de sufrir un golpe de calor y deshidratación. Hay estudios globales que muestran claras pérdidas de tiempo de trabajo y productividad en condiciones de calor. También está la incidencia del dengue, cuyo número de casos en 2023 ya superará la crisis de El Niño Costero debido a las altas temperaturas. Un factor agravante es que aún queda mucho trabajo por hacer para proporcionar servicios de agua y saneamiento para evitar mayores daños a la salud. Por ejemplo, en Piura, que tiene el mayor número de casos de dengue reportados, el 87% de los hogares tiene acceso al agua, pero solo el 14% tiene acceso al agua las 24 horas del día, lo que los obliga a acaparar agua y aumenta el riesgo de enfermedades. enfermedad desde allí.

Otro problema es que, como ocurre con la inflación, la pita se resquebraja en el lado más débil. Los impactos del cambio climático afectan más duramente a las personas más pobres y vulnerables por muchas razones. En primer lugar, porque los medios de vida dependen más de los recursos naturales y pueden surgir complicaciones debido a la reducción de la producción agrícola y la pérdida de activos debido a desastres naturales. En segundo lugar, estas granjas suelen estar ubicadas en lugares que son más vulnerables a los desastres naturales y también tienen menos acceso a servicios básicos y a atención médica de calidad. Los hogares pobres y vulnerables tienen menos capacidad de adaptarse a los impactos del cambio climático. Además, estas viviendas pueden concentrarse en zonas conocidas como islas de calor, donde predomina el asfalto y están más expuestas a las altas temperaturas. Hay algunos ejemplos de acciones encaminadas a abordar este problema en las ciudades, como la plantación de árboles. Pero hay que darles la importancia que merecen.

Si bien resolver un fenómeno global como el cambio climático puede parecer lejano, es importante actuar sobre lo que podemos controlar, especialmente para minimizar los impactos y ayudar a nuestros electores. La ciudad se vuelve más resiliente. Hay muchas maneras de lograr este objetivo y requieren tanto voluntad política como autoexpresión.

Las acciones para combatir y mitigar el cambio climático a menudo quedan fuera de la agenda pública debido a las emergencias cotidianas. Para enfatizar este punto, a menudo hablamos del tipo de mundo que queremos dejar a las generaciones futuras. Sin embargo, el aumento de las temperaturas y nuestra incertidumbre sobre ellas deberían hacernos pensar en cuán lejos en el futuro mirarán las generaciones de las que estamos hablando. ¿Quizás nuestra gente empiece a pagar esta factura?

 

Autor: Paola Del Carpio. Fuente: Diario Gestión - pag.12, 15 de febrero del 2024.