Hace tres semanas, al inicio de la cumbre climática de las Naciones Unidas (COP28) de este año en Dubai, uno de los siete Emiratos Árabes Unidos (EAU), parecía poco probable que se lograran avances significativos. La guerra regresó al Medio Oriente y el orden geopolítico comenzó a colapsar. Además, la elección de uno de los mayores países productores de petróleo del mundo y de su presidente, Sultan Al Jaber, director general de la Emirates National Oil Company, como sede del evento conlleva el riesgo de convertirlo en una gigantesca campaña de limpieza de imagen.
Sin embargo, la COP28 ha desafiado a los pesimistas. Por primera vez, el mundo ha acordado eliminar progresivamente el carbón, el petróleo y el gas natural, las principales causas del calentamiento global. Los 198 miembros de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático han adoptado un documento que pide una transición "justa, ordenada y equitativa" lejos de los combustibles fósiles en los sistemas energéticos de clase". Algunos se sentirán decepcionados con los compromisos alcanzados. Los europeos esperaban aceptar una "eliminación gradual" de los combustibles fósiles, pero los países productores de combustible se han negado a aceptar esta demanda. Las pequeñas naciones insulares se quejan de que no se escuchan sus voces. El acuerdo estipula que sólo se eliminarán gradualmente las centrales eléctricas alimentadas con carbón que no reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), dejando la opción de seguir utilizando el combustible sucio mientras sus emisiones se capturen en otros lugares. Sin embargo, este documento es un logro importante y práctico.
Los llamados a eliminar gradualmente los combustibles fósiles son políticamente ingenuos y económicamente inviables. La cumbre de la COP se celebra por consenso, lo que significa que las principales naciones petroleras tienen derecho a veto sobre cualquier negociación. Además, es probable que los combustibles fósiles sigan formando parte de la combinación energética durante décadas. Incluso los pronósticos optimistas apuntan a un papel importante del petróleo y el gas, compensados por tecnologías que eliminan las emisiones de gases de efecto invernadero, en escenarios en los que el mundo alcance emisiones netas cero para 2050. Aunque la energía limpia ha logrado grandes avances, es difícil reemplazar completamente los combustibles fósiles. Hasta entonces, combustible. La diplomacia climática también resultó más eficaz de lo que esperaban los pesimistas. Al-Jaber está dispuesto a garantizar el éxito de su país en las negociaciones en lugar de distorsionar el proceso en favor de sus intereses económicos. El compromiso de 50 compañías petroleras, incluida la encabezada por Jaber, de reducir las emisiones de metano, un potente gas de efecto invernadero, muestra que los funcionarios petroleros a cargo de la cumbre han logrado una serie de beneficios.
Mientras tanto, un acuerdo previo al evento entre China y Estados Unidos ayudó a sentar las bases, ya que obligó a los dos mayores contaminadores y rivales geopolíticos a unirse para restaurar el lenguaje de los combustibles fósiles en el acuerdo final, permitiendo que se enviara a compañías petroleras recalcitrantes en El sudeste de Asia. Estados. Hasta las elecciones de la sede del próximo año, Bakú, la capital de Azerbaiyán, es un símbolo de acuerdo. Armenia apoya la candidatura ya que ambos países en conflicto aspiran a la paz. Pero un acuerdo global es sólo un pequeño paso. La tarea más grande y difícil será traducir lo que está escrito en acciones en el mundo real. De la misma manera, los países pobres necesitarán ayuda. La cumbre ignoró este delicado tema. Los países en desarrollo con reservas de combustibles fósiles argumentan que es injusto esperar que renuncien a una de sus pocas fuentes de ingresos sin ayuda. Según un grupo asesor de la Comisión de Transición Energética, una eliminación temprana de la energía a base de carbón requeriría que los países ricos gastaran entre 25.000 y 50.000 millones de dólares en subsidios y financiación preferencial para los países pobres durante el resto de esta década. Esta situación creó las condiciones para una guerra feroz.
Los proyectos en los países pobres son más caros que en los países ricos porque el sector privado exige una prima para compensar el riesgo inherente. En ese contexto, los países ricos intentarán reducir las obligaciones financieras con los países en desarrollo. La construcción de puentes más allá de la tumultuosa bienvenida diplomática de Dubai determinará si la era de los combustibles fósiles ha llegado a su fin.
Autor: The Economist. Fuente: Diario Gestión - pag.19, 19 de diciembre del 2023.