CAMBIO CLIMÁTICO Y TURISMO

 

Llegué hoy a Italia. La ola de calor es impresionante. Si continúa así, estos destinos no tendrán futuro. El cambio climático está destruyendo el sur de Europa". Este tuit del ministro de Salud de Alemania, Karl Lauterbach, no cayó muy bien en Italia. Su ministra de Turismo, Daniela Santanchè, le respondió que le agradecía haber elegido su país para vacacionar, que el Gobierno italiano está muy consciente del cambio climático y que la sostenibilidad es un elemento central de su estrategia para manejar el turismo.

Europa es el continente más visitado del planeta; el 2022 recibió a 585 millones de viajeros internacionales (de un total mundial de 900 millones), aparte que en la Unión Europea (UE), los vacacionistas internos superaron a los foráneos. El sector genera directamente el 5% del PBI del bloque y se estima que indirectamente, más del 10%. Algunos países dependen en gran medida de los ingresos generados por los viajeros, entre ellos Croacia (26% de su PBI), Grecia (18.5%), España (13.6%) e Italia (10%).

Los desequilibrios climatológicos podrían ser un duro golpe para el turismo. Este año, el sur de Europa está soportando un verano anormalmente turbulento. En julio, el calor extremo en Italia atizó incendios forestales en Sicilia, donde la temperatura trepó hasta 47°C. Al norte del país, las granizadas se cobraron varias vidas en Lombardía. En Grecia, incendios forestales obligaron a evacuar a decenas de miles de turistas de las islas de Rodas y Corfú. Y fuertes lluvias inundaron el sur de Austria, Croacia y Eslovenia.

Pese a la devastación, los veraneantes han retornado en masa tras las restricciones de la pandemia. Pocos han cancelado sus viajes, a pesar de los peligros que podrían esperarles. Incluso el número de turistas podría sobrepasar el récord establecido en el 2019, cuando 743 millones de visitantes arribaron a destinos europeos desde otros países. Según TUI Group, la mayor compañía turística del mundo (con sede en Alemania), el aumento de los precios no impidió que las reservas de viajes para el verano crecieran 6%, respecto del mismo periodo del 2022.

¿Podrá durar el rebote si los turistas temen los efectos del cambio climático? Harald Zeiss, experto en turismo sustentable de la Universidad Harz (Alemania), señala que el clima europeo se tor nará más caluroso y seco, y que los eventos extremos serán más probables. Además de las terribles consecuencias para la población atrapada en inundaciones o incendios, también es una amenaza para el sustento de quienes dependen del empleo y los ingresos del turismo en áreas que serían afectadas.

Zeiss predice que los paquetes "todo incluido" en las playas del Mediterráneo la tendrán difícil, y estima que un calor agobiante disuadirá a adultos mayores y a quienes tengan hijos pequeños. Torsten Kirstges, experto en turismo de la Universidad Jade (Alemania), piensa que si los incendios forestales son esporádicos, los turistas continuarán yendo al sur europeo, incluso en los calurosos meses del verano, al menos por los próximos cinco años. Agrega que, en especial, los jóvenes todavía buscan tostarse bajo el sol.

Probablemente, el atractivo del Mediterráneo dure mientras las alternativas no sean tan seductoras. Destinos del norte, como el mar Báltico, Alemania, Europa del Este y Escandinavia verían un aumento de la demanda en época veraniega. Pero no pueden reemplazar a los resorts sureños porque no están equipados para el turismo masivo (muchos tampoco quieren eso). Sin embargo, los viajes tienden a cambiar, aunque lentamente. En los años 50, el destino favorito de los alemanes era Austria. Recién a mediados de los 80, España tomó el relevo. Y los expertos están de acuerdo en que, en 30 años, el turismo en Europa será diferente.

El sector se ha sumado a las promesas de cumplir las metas del Acuerdo de París sobre el cambio climático y ser emisor cero de dióxido de carbono para el 2050. No obstante, tales esfuerzos por mitigar los efectos del calentamiento global tendrán un impacto general pequeño. Lo más relevante es que el turismo necesitará adaptarse.

En el corto plazo, será cuestión de medidas tales como un manejo estricto de recursos hídricos donde su escasez está aumentando, sistemas de alerta tem- prana para eventos climatológicos extremos y una ampliación de las temporadas vacacionales, señala Thomas Ellerbeck, gerente de Sostenibilidad del TUI. Por ejemplo, esta compañía está extendiendo hasta noviembre su temporada de reservas para Grecia. Por su parte, Kirstges cree que muchos más hoteles en el Mediterráneo instalarán aire acondicionado (con energía solar) y enfriadores de agua.

Para el largo plazo, será inevitable algún cambio de viajes, de las arenas del sur a las playas del Báltico. Hay un lado positivo para los turistas que opten por esa región o vayan al Mediterráneo en primavera u otoño: ayudará a reducir la saturación, que se ha convertido en un fastidio para residentes y visitantes ávidos de empaparse de la cultura de Barcelona, Dubrovnik o Venecia.

Autor: The Economist. Publicado por: Gestión - pag.23, 31 de agosto del 2023.