La Municipalidad de Lima advirtió que al menos 1,200 viviendas construidas en la ribera de los ríos Rímac, Lurín y Chillón, en la capital, se encuentran en riesgo inminente por el incremento de sus caudales, ocasionados por las fuertes lluvias que están cayendo en la sierra del país.
Tal situación pone en riesgo grave la seguridad de más de un millar de familias que habitan dichas construcciones. Un eventual desborde las inundaría y, en el peor de los casos, ocasionaría su colapso, convirtiéndolas en trampas mortales para sus habitantes.
Este problema no es nuevo. Año tras año se advierte el peligro que se cierne sobre las edificaciones levantadas sin criterios técnicos en zonas no aptas para viviendas por su cercanía con los ríos o con quebradas por donde transcurren los huaicos generados por las lluvias en las regiones altoandinas.
Y este peligro no se presenta solo en nuestra capital, sino que abarca a varias ciudades del país. Por ejemplo, el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) ha advertido del incremento del caudal de los ríos en diversos puntos como consecuencia de las fuertes lluvias que se vienen registrando en 14 regiones en los últimos días.
Las autoridades reportan desbordes en Junín, mientras que en Ica y en Lima los caudales están llegando a un nivel crítico que haría inminente las inundaciones de continuar el aumento de las aguas.
Lamentablemente, las condiciones socioeconómicas obligan a muchas familias peruanas a construir sus viviendas en terrenos que no deberían ser habitables por la alta vulnerabilidad frente a fenómenos naturales, como inundaciones o deslizamientos de tierra.
Tal contexto torna urgente la intervención de las autoridades pertinentes mediante acciones perentorias que reduzcan el riesgo sobre las familias ubicadas en las zonas vulnerables.
En el caso de la capital, la Municipalidad de Lima informó que ha coordinado medidas con los alcaldes de los distritos por donde transcurren los ríos con la finalidad de ejecutar trabajos de descolmatación de los cauces, a fin de reducir el riesgo de desbordes.
Acciones de ese tipo deben repetirse sin dilación en todo el país, especialmente en aquellas zonas proclives a sufrir inundaciones por el incremento del caudal de los ríos. Asimismo, las personas con mayor exposición al peligro tendrían que ser evacuadas si la situación se agrava, con el fin de evitar cualquier tragedia.
A todo ello, es necesario seguir exhortando a la población a no establecerse en terrenos vulnerables frente a fenómenos naturales, pues tal decisión implica un peligro notable para su seguridad, mientras que las autoridades están en la obligación de desplegar campañas de información para advertir a las familias de lo inseguro que representa asentarse en zonas proclives a sufrir inundaciones, huaicos u otras contingencias de riesgo.
Autor: Editorial Opinión. Fuente: El Peruano, 21 de febrero del 2023.