Los tiánicos esfuerzos por rebajar las tensiones entre Rusia y Occidente en torno a Ucrania parecen tener el efecto contrario. Pese a que esta seamana se multiplicaron las advertencias y visitas diplomáticas para llamar a la calma, el presente de EE.UU.., Joe Biden, lanzó su amenaza más contundente contra el nuevo gasoducto Nord Stream 2, que une a Rusia con Alemania y que ha ganado peso como moneda de cambio ante una crisis que avanza.
"Si Rusia invade (Ucrania), eso significa tanques o tropas cruzando la frontera de Ucrania nuevamente, entonces ya no habrá más un Nord Stream 2. Le pondremos fin", aseguró Biden, cuyo gobierno afirma que la agresión rusa a Ucrania es inminente.
La tubería submarina se contruyó para enviar gas natural ruso directamente a Europa a través de Alemania por debajo del Mar Báltico.
En la prácticael funcionamiento del gasoducto, que aún no entra en operaciones, significará ganancias millonarias para Moscú y garantizará el preciado combustible a Berlín, pero también privara a Ucrania de su rol de conector entre Rusia y la Unión Europea (UR) y de los importantes ingresos que venían con ello.
Lo importante de Nord Stream 2 para las partes involucradas es evidente: Rusia es el principal proveedor de gas natural de la UE y de algunos países del bloque como Alemania. Sin embargo, su mera existencia provoca temor en EE.UU. y otros alidados de la OTAN.
"Este gasoductor y también los más antiguos, muchos de los cuales pasan por Ucrania, son un arma económica que Rusia puede usar contra la OTAN. Ahora es invierno en Europa y ese continente depende bastante del gas ruso. Si estalla un conflicto y Rusia decide cortar el gas, Europa tendría muchas dificultades para reemplazarlo", dice a El Comercio el analista internacional Roberto Heimovits.
Aliado silencioso
El Nord Stream 2 es un tema delicado incluso dentro de la OTAN. El canciller alemán Olaf Sholz se ha resistido a amenazar Moscú con una cancelación definitiva de los permisos. Tampoco quiso hacerlo el lunes en la Casa Blanca, pese a las críticas que ha recibio por su falta de claridad sobre el futuro de Nord Stream 2 si RUsia invade Ucrania.
No obstante, Scholz, que tiene previsto visitar Moscú la semana que viene, afirmó que mantendrá una posición de unidad con Biden.
Si bien Alemania importa de RUsia entre el 45% y el 65% del gas que consume, los expertos coinciden en que esta dependencia no es definitiva
En cuando a la amenaza lanzada por Biden surgen muchas dudas sobre cómo podría evitar que el gasoducto entre en operaciones.
Para Boersner existen dos escenarios posibles, y no excluyentes para impedir la activación de Nord Stream 2.
El primero es si Rusia decide no suministrar el gas natural a través del gasoducto coo represalia a posibles avances alemanes contra Rusia, y el segundo, si Alemania decide no certificarrlo y sancionar a Rusia.
Fuente: El Comercio, 13 de febrero del 2022.