Acaba Foro de Estambul sin reconocer el acceso al
agua como un derecho humano
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Durante toda la semana, unos 25.000
participantes -entre líderes políticos, expertos, empresas y ONGs- debatieron
las cuestiones más candentes en torno a este recurso, como las sequías, el
reciclaje de las aguas residuales, el reparto o la gestión del preciado líquido.
Al mismo tiempo, ONGs y asociaciones críticas con el hecho de que el foro sea
organizado por el Consejo Mundial del Agua (CMA), una institución de carácter
privado, se dieron cita en diversas actividades paralelas de protesta, de las
que algunas fueron reprimidas por la Policía.
Al menos diecisiete activistas turcos fueron detenidos en la protesta del primer
día y dos miembros de la ONG International Rivers fueron deportadas por el
Gobierno turco por desplegar una pancarta durante el acto inaugural en la que se
leía: "No a los embalses peligrosos".
La declaración final, firmada por las delegaciones de los 150 países
participantes (70 de ellos representados a nivel ministerial), fue presentada
hoy con ocasión del Día Mundial del Agua.
En ella, los Estados firmantes advierten de la "necesidad de conseguir seguridad
en el sector del agua en un mundo que se enfrenta a cambios globales rápidos y
sin precedentes", incluidos el crecimiento de la población, las migraciones, la
urbanización, el cambio climático y la desertificación, entre otros.
Por ello, se comprometen a "intensificar" los esfuerzos para llevar a buen
término los Objetivos del Milenio de las Naciones Unidas, aunque la declaración
no es vinculante para los países firmantes.
Sin derecho al agua
Sin embargo, el tema que más debate suscitó durante las negociaciones finales
fue el derecho al agua, para cuya redacción los países participantes no
alcanzaron un consenso, explicó el sábado la presidenta del proceso político,
Sumru Noyan.
Así, en la Declaración Ministerial de Estambul no se llegó a decretar el agua un
derecho humano, como exigían los movimientos sociales y ecologistas y varios
países latinoamericanos.
"Admitimos las discusiones en el seno del sistema de las Naciones Unidas sobre
los derechos humanos y el acceso al agua potable y el saneamiento. Reconocemos
que el acceso al agua potable y al saneamiento es una necesidad humana básica",
se lee en el documento final, que países como Venezuela se negaron a firmar.
Los organizadores afirmaron que existe consenso entre los Estados respecto al
"derecho al agua", aunque no sobre cómo expresarlo, pues las diferentes
redacciones tienen diversas consecuencias político-jurídicas. "En ningún
documento vinculante de la ONU aparece el agua como derecho humano", justificó
Noyan.
Durante varios días, las delegaciones sudamericanas encabezadas por Uruguay y
Bolivia intentaron presionar para que se introdujese el derecho humano en la
declaración y otros países ofrecieron una redacción intermedia que hablaría del
agua como un "derecho básico".
Pero fue en vano, ya que países como Estados Unidos, Brasil y Egipto bloquearon
el intento de volver a debatir los documentos que habían llegado a Turquía tras
las sesiones preparatorias que comenzaron en septiembre de 2008.
Finalmente, un grupo de veinticinco países críticos decidió suscribir una
declaración alternativa en la que, como primer punto, se reconoce "el acceso al
agua y al saneamiento como un derecho humano" y los firmantes se comprometen "a
realizar las acciones necesarias para la implementación progresiva de este
derecho".
Postura de España
España, junto con la mayoría de los Estados latinoamericanos, firmó esta
declaración, así como varias naciones africanas y asiátias. Suiza mostró también
su intención de trasmitir la declaración a su Gobierno para la correspondiente
firma.
La declaración complementaria tiene un segundo punto, que firmaron 16 países
latinoamericanos, asiáticos y africanos, en el que se llama a la comunidad
internacional a "desarrollar un espacio de debate global del agua en el marco de
las Naciones Unidas", en lugar del actual foro organizado por el CMA.
En declaraciones a los medios, la ministra española de Medio Ambiente, Elena
Espinosa, explicó que el contenido de esta declaración complementaria podría
tratarse en un Consejo de Ministros de la Unión Europea, con el objetivo de
sumar a los países comunitarios al documento.
Como Gobierno de España podemos sentirnos orgullosos de defender un derecho que
a lo mejor los españoles no lo apreciamos tanto, pero para personas que viven en
otros países es hoy algo prácticamente inalcanzable", subrayó Espinosa.
Miembros de los movimientos sociales se mostraron satisfechos de que el debate
sobre el derecho humano al acceso al agua "se haya instalado en el foro", ya que
en la anterior cita, en México en 2006, sólo cuatro países (Uruguay, Venezuela,
Bolivia y Cuba) apoyaron ese reconocimiento.
Publicado por Web Ecodes (23/03/09).