Dos millones de personas mueren al año de forma prematura por la contaminación atmosférica
 

La jornada, a la que se ha unido el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino (MARM) y la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), se celebra bajo el tema “El tiempo, el clima y el aire que respiramos”. La recuperación de datos, las investigaciones y los pronósticos relacionados con la calidad del aire que realizan los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales de los 188 miembros de la OMM son esenciales para predecir los efectos en la salud humana.

“Los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales colaboran para recopilar y evaluar datos sobre la calidad del aire y reforzar las capacidades de modelización que son esenciales para predecir la contaminación atmosférica y, al mismo tiempo, para proteger a las personas de las consecuencias de esa contaminación en la salud y la economía”, ha explicado el Secretario General de la OMM, Michel Jarraud.

Los datos de los científicos demuestran cada vez mejor la estrecha relación entre la calidad del aire y las condiciones meteorológicas y climáticas. La OMM señala que el transporte y la longevidad de los contaminantes del planeta dependen de variables meteorológicas: “cuanto mejor se conozca el funcionamiento del tiempo y del clima, mejor podrán los científicos predecir la distribución de las partículas y gases atmosféricos potencialmente nocivos”.

Contaminación en los núcleos urbanos

Ante este panorama, la Organización Mundial de la Salud ha estimado que un promedio de dos millones de personas muere prematuramente todos los años debido a la contaminación atmosférica. Si los meteorólogos tienen en cuenta la composición de la atmósfera, podrán hacer mejores predicciones meteorológicas a corto plazo y mejores predicciones climáticas a largo plazo.

Jarraud ha añadido que “la OMM ha participado de forma activa en las iniciativas internacionales destinadas a evaluar los cambios que se producen en el contenido de contaminantes en la atmósfera, tales como el ozono troposférico, el smog, la materia particulada, el dióxido de sulfuro, y el monóxido y el dióxido de carbono, que en su mayoría resultan directamente de la combustión industrial, urbana y automóvil de los combustibles fósiles”.

Según la AEMET, el aire que respiramos cambia constantemente y tanto el desarrollo urbano como la modificación de la superficie de la tierra y el cambio climático (fenómenos derivados de la explosión demográfica mundial) alteran la composición del aire y esos cambios pueden afectar drásticamente al tiempo, al clima y por consiguiente, a la salud humana y a la de los ecosistemas.

Para predecir mejor los cambios del futuro, los científicos incorporan cada vez más los gases y partículas resultantes de actividades humanas a los modelos climáticos. Según ha indicado el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), copatrocinado por la OMM y el Programa de la Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la temperatura media mundial del aire en superficie ha aumentado aproximadamente en 0,74º C entre 1905 y 2005.

Los expertos señalan que el calentamiento climático puede exacerbar la contaminación atmosférica. Se prevé que, como consecuencia del cambio climático y del uso de la tierra, la desertificación alcance mayores proporciones en todo el mundo y, con ello, aumente el riesgo de las tormentas de arena y de polvo. Los modelos del cambio climático indican que con la subida de las temperaturas mundiales los incendios, durante los cuales se generan partículas, aumentarán tanto en frecuencia como en intensidad, y también el riesgo de sequía, que es una fuente posible de incendios.

Recopilación de datos para una mejor predicción

Los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales utilizan los datos recopilados por las estaciones de la red de Vigilancia de la Atmósfera Global (VAG) sobre los gases de efecto invernadero (dióxido de carbono y metano), los aerosoles, y los gases reactivos (ozono, óxidos de nitrógeno o dióxido de azufre).

Con esta información elaboran productos de predicción de la calidad del aire, como los índices de la calidad del aire que indican las concentraciones de varios contaminantes. El principal objetivo es que tanto la VAG como el Programa Mundial de Investigación Meteorológica de la OMM entiendan mejor los efectos de la contaminación atmosférica en diferentes entornos y amplíen el conjunto de servicios relacionados con la calidad del aire, disponibles en la actualidad.


Publicado por Web Ecodes (23/03/09).