Cada año 229.000 toneladas de plástico acaban en el Mediterráneo. Es una de las conclusiones más contundentes del informe de síntesis que ha elaborado la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) a partir de la literatura científica existente sobre un tipo de contaminación marina que va en aumento. Esta organización advierte de que esa cantidad se puede duplicar en los próximos 20 años si no se ponen medidas ya, como la prohibición de determinados productos plásticos y la mejora del tratamiento de las basuras.
El estudio presentado este martes desglosa las estimaciones de vertidos de plásticos de 33 países de la cuenca mediterránea, entre los que figura España. Y concluye que tres de ellos, Egipto, Italia y Turquía, son responsables de más de la mitad del plástico que cada año llega a este mar desde tierra. Esto se debe, apunta la UICN, a que en estos países existen "grandes cantidades de residuos mal administrados", además de "grandes poblaciones costeras".
El problema más voluminoso está en los llamados macroplásticos (como botelllas o bolsas), que representan el 94% de las entradas de este contaminante al Mediterráneo. El 6% del plástico restante vertido entra dentro de la categoría de microplásticos primarios (las piezas de menos de cinco milímetros que se emplean, por ejemplo, en cosméticos y productos textiles). Los vestidos de macroplásticos estan vinculados fundamentalmente al deficiente tratamiento de las basuras. Según la UICN, el 67% de los residuos de la cuenca del Metropolitano estan "mal gestionadas". Y la vía de "transporte" más común para que lleguen hasta este mar, son los ríos, explica Julien Boucher, uno de los autores del informe. Según este análisis, el Nilo es responsable de alrededor del 25% de todos los plásticos que entran en el Mediterráneo.
Los ríos arrastran las basuras de las localidades tierra adentro. Pero desde las poblaciones costeras también se generan importantes vertidos. “Las zonas costeras son responsables del 30% y el 35% de las fugas de microplásticos y macroplásticos, respectivamente”. Los autores del informe han realizado una clasificación de las 100 ciudades de la cuenca que más macroplásticos vierten. Ese listado lo encabeza Muntazah, en Alejandría (Egipto), seguida de Roma y Podgorica, las capitales de Italia y Montenegro, respectivamente. La clasificación del centenar de urbes más contaminantes, en la que no figura ninguna ciudad española, está copada por Egipto. “Los países con los niveles más bajos de tratamiento de basuras son los grandes contribuyentes de los vertidos”, abunda Guillaume Billard, autor también del estudio.
Si solo se tiene en cuenta el volumen total de fugas, Egipto, Turquía, Italia, Argelia y Túnez son los que más aportan a la contaminación por plástico del Mediterráneo. Pero si se analizan los vertidos por cápita, el listado lo encabezan Montenegro, Macedonia del Norte, Albania, Boznia y Herzegovina y Bulgaria. En ambas clasificaciones España ocupa los últimos puestos de los 33 países examinados.
Microplásticos:
El estudio analiza además los microplásticos primarios, esas piezas de menos de cinco milímetros que también se vierten al Mediterráneo. Del total de estas fugas, el polvo de neumáticos es la principal fuente de vertido (un 53%) y las microperlas en los cosméticos (12%). Los tres países que más contribuyen son Italia, Egipto y Uganda, que se incluye en el informe como, otros países africanos, por estar en la cuenca del nilo. El listado de las 10 ciudades que más contaminan el mar con microplásticos lo encabezan Roma, Milán y Turín. También aparecen entre esos 10 primeros lugares Valencia, Zaragoza Y Málaga.
Minna Epps, directora del programa mundial marino y polar la UICN, ha incidido este martes en el gran "potencial para la reducción de los vertidos" de la mejora en la gestión de las basuras. El informe también recomienda extender los vetos a los productos plásticos: "Una prohibición completa de plástico en la cuenca reduciría las fugas en un 23%. Además, el informe apuesta por frenar la entrada al mar de los vertidos desde los ríos.
Fuente: El País, 27 de Octubre del 2020.