La contaminación ambiental es uno de los principales problemas que deben resolver las autoridades para evitar que los daños al planeta continúen aumentando.
La limpieza del aire tiene un impacto relevante en diferentes aspectos de la vida de los ciudadanos. Es por ello, que reducir la emisión de gases de efecto invernadero es una tarea en la que deben estar involucrados todos los actores de la sociedad, entre ellos, las industrias.
Como se ha discutido por varios años en las reuniones de la COP (Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático), el uso intensivo de energía y recursos para la manufactura de diversos productos deben reducirse para evitar impactos ambientales en el futuro. No obstante, compañías industriales en América están cada vez más interesadas en acotar sus emisiones.
En el marco del Día Interamericano de la Calidad del Aire, Mauro Ogido, Engineering & Project Manager West South American Cluster de la multinacional suiza ABB, las empresas de la región han hecho inversiones en tecnología que facilitan varios avances.
“Uno de los focos de esas inversiones ha sido generar ahorro de energía y eficiencia energética. Han aumentado las inversiones en energías renovables y en combustibles menos contaminantes, especialmente en industrias como la cementera, la de generación eléctrica y la siderúrgica”, indicó Ogido.
“Es preocupante”, ya que “se puede deducir que otros ya han llegado al mar”, agregó la portavoz, quien subraya que las mascarillas de un solo uso, en polipropileno y “muy finas”, se “van a fragmentar rápidamente”.
Estos avances son particularmente relevantes, ya que la energía es una fuente importante de emisiones. Por ejemplo, Estados Unidos tiene un consumo energético siete veces mayor al peruano. Asimismo, el mayor crecimiento económico conduce a más emisión de gases de efecto invernadero (GEI), como resultado del incremento en la actividad económica.
Con el objetivo de ayudar a medir el exceso de oxígeno y dióxido de carbono, la empresa comercializa dispositivos con el que permiten a sus clientes industriales conocer la cantidad de aire que requieren para quemar combustible.
“Estas tecnologías ya se usan en industrias de países de Sudamérica, como Chile, Bolivia y Argentina”. En el Perú, Ogido explica que cementeras, refinerías y siderúrgicas están interesadas o ya han incorporado soluciones para la medición de la combustión.
Las industrias latinoamericanas que invierten en tecnologías que faciliten la reducción de emisiones perciben varios beneficios y la optimización de los procesos vuelve a las operaciones más amigables con el medio ambiente.
Para el ejecutivo de ABB, a ello se suma que hoy muchos clientes de las industrias no solo exigen productos de calidad, sino que hayan sido fabricados de forma sostenible. Sin duda, un terreno donde América Latina puede seguir registrando avances.
Fuente: La República, 16 de Agosto del 2020.
Las medidas de confinamiento impuestas en la región capitalina de Santiago de Chile han provocado que la calidad del aire de la principal urbe del país arroje sus mejores indicadores desde que en 1989 comenzaron a hacerse registros, informaron fuentes oficiales.
Según un informe del Ministerio de Medioambiente de Chile, el año 2020 está siendo en el que menos concentración de contaminantes hay en al aire de Santiago y en el que menos horas están durando los episodios críticos de emergencias ambientales por contaminación del aire que suelen darse en la capital, especialmente en invierno.
La mayor disminución se da en los óxidos de nitrógeno (NOx), cuya principal fuente de emisión es el transporte por la quema del combustible de los automóviles y que son gases precursores de otros dos contaminantes.
En comparación con 2019, entre el 1 de mayo y el 10 de agosto de 2020 se ha registrado una disminución del 44% en las concentraciones de NOx en el aire de la región Metropolitana, la más poblada del país y la que acoge a la capital, Santiago de Chile.
Cabe recordar que las tres fuentes de emisiones más importantes de la región Metropolitana, en un año normal, son el transporte (39 %), que se divide en maquinaria (20 %) y automóviles (19 %); la leña (38 %); y la industria (15 %).
Producto de las cuarentenas, tanto el transporte como la industria se encuentran fuertemente disminuidos, a diferencia del uso de leña, que ha aumentado debido a la mayor cantidad de horas de confinamiento en los hogares, según la información oficial.
“Por lejos este es el mejor año de calidad del aire en la historia de Chile desde que se tiene registro”, dijo el secretario regional ministerial de Medioambiente, Diego Riveraux, al diario local El Mercurio.
El funcionario indicó que de no haber sido por las protestas relativas a la discusión en el Congreso de la reforma para permitir que los chilenos pudieran retirar de manera anticipada el 10 % de sus fondos de pensiones "probablemente este invierno hubiese sido el primero de la historia sin una preemergencia ambiental".
Efecto rebote con el desconfinamiento
No obstante, dado que desde hace unas semanas comenzó a aplicarse el plan gubernamental de desconfinamiento y varios sectores de la capital salieron ya de la cuarentena y entraron una fase de “transición”, Riveraux advirtió que “probablemente” se va a ver “un aumento en los contaminantes que vienen del transporte”.
La opinión es compartida por el exministro de Medio Ambiente Marcelo Mena, quien en la actualidad es director del Centro de Acción Climática de la Universidad Católica de Chile y que en declaraciones al mismo rotativo indicó que “con el desconfinamiento habrá un efecto rebote”.
Chile se encuentra en estado de emergencia ante la COVID-19 desde el pasado 18 de marzo, con toques de queda, limitaciones a la movilidad y con la actividad económica y comercial semiparalizada.
Con la reducción en la cantidad de nuevos contagios, las autoridades iniciaron un plan basado en cinco etapas para volver a la normalidad.
En la actualidad, cerca de una veintena de las comunas (barrios o sectores de ciudades) de Chile que han salido de la cuarenta merced a este plan, de las más de 60 que siguen confinadas dentro de un total de 346 que hay en el país.
Fuente: El Comercio, 17 de Agosto del 2020.