AUTOR: Luis E. Ramírez Patrón
Habiendo transcurrido ya ocho años de la aprobación de la Ley Forestal y de Fauna Silvestre, Ley 29763, debe mirarse hacia atrás y analizar cómo se vienen trabajando los ejes principales que ameritaron su promulgación con la finalidad de que en el 2011 se empezara una reforma integral en el sector forestal.
En materia de zonificación y gestión integral del territorio forestal, que contiene diversas etapas, donde el jugador principal son los gobiernos regionales, a la fecha los resultados no son del todo favorables en la medida en que es la región de San Martín la única que ha podido culminar su zonificación al cien por ciento. Es importante que se tenga mayor articulación entre las entidades involucradas y destinar los fondos adecuados para poder atender esta prioridad.
Otro factor primordial es la adecuada reglamentación y supervisión de la trazabilidad de la madera, mediante el uso de elementos tecnológicos novedosos, dejando de lado el sistema físico y manual que se ha prestado para un uso indebido de las concesiones o permisos forestales. Establecer este sistema servirá para erradicar la informalidad en este sector, existiendo casos de éxito como los implementados en el sector hidrocarburos mediante el uso de sistemas de geolocalización en los medios de transporte utilizados para trasladar la madera para transformación y comercialización, así como utilización de satélites, voz automática de aprobación de pedidos, etcétera.
En materia de fiscalización, en este caso la entidad fiscalizadoa, Osinfor, ha declarado caducidad de las concesiones foretales en los casos en que se hayan determinado vulneraciones a la ley y su reglamento, principalmente por cambio de uso o situación de explotación ilegal de mayor gravedad, lo que implica que el área concesionada caduca deba revertir al Estado. Sin embargo, esta ejecución de la reversión no se viene realizando por parte de los gobiernos regionales, para que sean nuevamente orotgadas y que también formen parte de la zonificación bajo un uso diferenciado.
De otro lado, la supervisión debe ser implacable para evidenciar y determinar incumplimientos a la legislación forestal, conociendo las particularidades de este sector en materia de deforestación y explotación ilícita, por lo que debe mantenerse la política de sanciones bajo criterios de razonabilidad, habiendo transcurrido ya un periodo considerable desde la creación del marco regulatorio para imponeracciones preventivas, sin dejar de lado la capacitación continua hacia los agentes.
Finalmente, es positivo seguir manteniendo la promoción del manejo en la gestión, a través de los bosques secundarios, sistemas agroforestales, los servicios ecosistemas, así como apoyar a los pequeños productores y a las comunidades nativas e indígenas, con la finalidad de permitir mayor acceso y aprovechamiento de los productos forestales, todo ello para contribuir a la diversificación y competitividad de este sector.
Fuente: Gestión, 30 de julio del 2019.