Los
parapentes también mueven barcos
Un sistema de propulsión eólica, que reduce hasta 50 por ciento el uso de
combustible, puede ser usado incluso en embarcaciones de gran calado.
Consiste en una suerte de parapente unido al barco por medio de cuerdas, de
acción dinámica según la dirección e intensidad de los vientos, y que se activa
automáticamente, guiado por una computadora a bordo.
Así, un parapente de 160 metros cuadrados llega a desarrollar con la ayuda del
viento una fuerza de tracción de hasta ocho toneladas, casi igual al empuje
producido por un motor de un avión Airbus A318.
Dotados con este sistema, los barcos pueden reducir entre 10 y 35 por ciento su
uso anual de combustible, llegando a 50 por ciento en situaciones óptimas de
viento.
De alguna manera es una vuelta a los orígenes en los que, previo al desarrollo
de las máquinas a vapor y los motores diésel, la navegación a vela dominaba los
mares.
Ahora, en lugar de un mástil con velas estáticas, se emplaza este parapente,
cual "paracaídas gigante", de movilidad en todas las direcciones. Su
funcionamiento no sustituye sino que complementa al de los motores.
Su creador es el joven Stephan Wrage, nacido en la septentrional ciudad
portuaria de Hamburgo, ingeniero y amante de la navegación a vela y el
aladeltismo.
"La idea se me ocurrió a los 15 años. Estaba practicando aladeltismo en la playa
y me pregunté si esa enorme fuerza de arrastre no podría utilizarse también para
los barcos", dijo Wrage.
En 2001 vio la luz la empresa SkySails, fundada con el objetivo de fabricar este
parapente para embarcaciones. En 2007 comenzó su prueba piloto en rutas
internacionales a bordo de dos buques de carga.
"Es el ingreso a la tecnología moderna de la utilización del viento como impulso
para la navegación", declaró Peter Schenzle, experto en la materia y asesor de
la Estación Experimental para la Construcción de Barcos de Hamburgo.
Una de las principales características alentadoras del proyecto consiste en no
ser contaminante: el viento es la fuente de energía más limpia en alta mar.
Las ventajas de su utilización masiva podrían ser enormes, ya que cerca de 90
por ciento de los bienes comercializados en el mundo son llevados en barco por
lo menos un trecho de su camino de productor a consumidor.
Actualmente, más de 100.000 barcos navegan por el mundo. Y se calcula que la
flota global aumentará 75 por ciento para 2020. El consumo de combustible
promedio de un barco con una potencia de 100.000 caballos de fuerza es de entre
12 y 15 toneladas por hora.
Por lo tanto, en conjunto, y según estimaciones del sector, el tráfico marítimo
mundial sería responsable de la emisión de más de 800 millones de toneladas de
dióxido de carbono por año.
En ese marco, y si bien el transporte marítimo es comparativamente menos
contaminante que el resto, en un futuro cercano se prevé implementar nuevas
reglas para controlar y limitar las emisiones de gases invernadero.
De hecho, la Organización Marítima Internacional, dependiente de la Organización
de las Naciones Unidas, elabora normas para reducir las emisiones de dióxido de
carbono por parte de barcos, tras haber hecho lo propio en 2008 respecto de las
emisiones de dióxido de azufre.
Pero además, una de las cuestiones más tentadoras de esta novedad consiste en
reducir los costos de funcionamiento del barco, 90 por ciento de los cuales
corresponden al combustible.
"Decidimos adoptar el sistema SkySails para preservar al ambiente, ahorrar
recursos y, a largo plazo con precios del gas y petróleo en alza, seguir siendo
competitivos", dijo Gerd Wessels, director de la compañía naviera Wessels y
propietario de uno de los cargueros que ya cuentan con esta innovación.
Dependiendo de las dimensiones, el precio del sistema oscila entre 500.000 y
casi 3,5 millones de dólares. Según SkySails, la inversión se amortiza en tres a
cinco años.
En el segundo semestre de 2009, la empresa iniciará la fabricación en serie del
producto. Con pedidos por adelantado de Alemania, Noruega y otros países
europeos, ya ha colmado su capacidad de producción para los primeros 12 meses.
Publicado en Web Tierramerica (26/01/09).