El Perú se puso como meta al 2021 inciar su proceso de adhesión. En nuestro país el tema ambiental es el que muestra avances significativos.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)N agrupa actualmente a 36 miembros que representan al 80% de la economía global. Ellos buscan las mejores prácticas en política económica, social democracia y multilateralismo.
El Perú se puso como meta al 2021 iniciar su proceso de adhesión. Actualmente, esta meta parece estar aún lejana debido a las dificultades políticas e institucionales que atravesamos, además de las brechas que muestran los indicadores socioeconómicos. Sin embargo, hay noticias alentadoras, ya que tenemos instituciones del Estado que trabajan para concretar las recomendaciones de la OCDE.
En nuestro país, el tema ambiental es el que muestra avances significativos que nos hacen prever cambios en el mediano plazo, especialmente si se implementan las recomendaciones planteadas, que tendrán grandes repercusiones en la calidad de vida y salud de todos los peruanos.
En el campo ambiental, el Perú cuenta con el Ministerio del Ambiente como el ente responsable de promover la calidad ambiental y la conservación de la biodiversidad. Asimismo, contamos con organismos que tienen responsabilidades específicas, como la Autoridad Nacional del Agua, el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre, el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado, el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental y el servicio Nacional de Certificación Ambiental para las Inversiones sostenibles.
El OEFA, un organismo técnico especializado, es evaluado utilizando 12 criterios con los principios para una buena fiscalización y ejecución difundidos por la OCDE, entre los que se encuentran el criterio de supervisión, basado en la evidencia y los datos; el enfoque de fiscalización, basado en la reducción de riesgos y proporcionalidad; selectividad y promoción de la participación del sector privado, entre otros.
Lo que busca la incorporación es asegurar que se cumplan las normas y se preserve la calidad ambiental, dejando en el pasado el enfoque en el que únicamente luego de ocurrida la contaminación, el fiscalizador se dedicaba a la búsqueda del responsable como principal tarea.
Consideramos que las mejoras tendrán un pacto positivo en la calidad del medio ambiente, pero para eso, la tarea de implementación deberá seguir rigurosamente lo programado.
Solo así lograremos elevar nuestros estándares.
Fuente: El Comercio, 16 de junio del 2019.