Singapur nunca duerme y se mantiene como la nación más contaminada del mundo, según un estudio del Insituto de Ciencia y Tecnología de la Contaminación Lumínica.
Quien mire al cielo nocturno en Singapur, no verá muchas estrellas. La contaminación lumínica, producida por las luces artificiales que permanecen encendidas las 24 horas del día, siete días a la semana en toda la ciudad moderna, invaden la oscuridad de la noche.
El progreso del país insular en los últimos cincuenta años ha sido ampliamente documentado. Su inigualable productividad lo ha convertido en uno de los principales centros financieros de Asia.
El mar de luces que se ve desde la ventana de un avión evidencia a la ciudad que nunca duerme. Los edificios de oficinas permanecen iluminados hasta altas horas de la noche y las áreas públicas mantienen las luces encendidas para la seguridad de los peatones. Cerca de 110,000 farolas se alinean en sus calles y autopistas.
Un estudio realizado en 2016 por el Instituto de Ciencia y Tecnología de la Contaminación Lumínica colocó a Singapur como la nación más contaminada del mundo, y aseguró que "no es posible observar la Galaxia de la Vía Láctea desde ningún lugar del país".
Como era de esperar, algunas de las principales fuentes de contaminación lumínica son sus puertos, el aeropuerto y el distrito financiero de Marina Bay, los centros de comercio, transporte y finanzas del país.
Aunque es fundamental para la infraestructura urbana, la contaminación lumínica tiene efectos perjudiciales para los seres humanos y el medio ambiente. Se sabe que la iluminación artificial afecta el ritmo circadiano natural de los seres humanos y la vida silvestre.
Los estudios sobre el impacto de la iluminación lumínica están buscando también sus vínculos con el desequilibrio hormonal y diversas enfermedades que podrían atribuirse a las fuentes de luz que se utilizan en la iluminación de las calles y en la publicidad.
La Asociación Internacional de Cielo Oscuro es una organización sin fines de lucro, cuyo interés es preservar las condiciones naturales de cielo oscuro y prevenir la contaminación lumínica, además de reducir el consumo de energía.
La asociación promueve la reducción de la contaminación lumínica apagando las luces cuando no son necesarias y recomienda utilizar luces LED cálidas en lugar de luces blancas brillantes, ya que tienen un impacto menos adverso en los seres humanos y la vida silvestre.
También recomienda mantener la oscuridad nocturna en casa apagando los dispositivos electrónicos una hora antes de acostarse y cerrando las cortinas para mantener el exterior lo más oscuro posible, lo que también ayuda a prevenir la muerte de aves.
En todo el mundo, la contaminación lumínica tiene un gran impacto en las aves, que a menudo chocan con edificios muy iluminados. También representa una amenaza para las tortugas marinas, pues cuando nacen en las playas, deben dirigirse al mar para sobrevivir, pero a veces confunden el brillo de la ciudad con el océano y millones mueren cada año al caminar en dirección equivocada.
Fuente: Gestión, 12 de junio del 2019.