Un satélite de la NASA medirá el CO2 en la
atmósfera
La agencia espacial de Estados Unidos, la NASA, lanzará un satélite que pueda
seguir el rastro del dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera. El llamado
Observatorio Orbitador de Carbono (OCO), mostrará los principales sitios en la
superficie de la Tierra donde se está emitiendo y absorbiendo CO2.
Se cree que el dióxido de carbono producido por la actividad humana está
ocasionando el cambio climático, pero hay factores importantes sobre su
movimiento a través de la atmósfera que siguen siendo desconocidos, informó la
BBC.
La NASA cree que la tecnología de OCO podrá resolver algunos de estos misterios.
"Ésta es la primer nave espacial de la NASA dedicada específicamente a mapear el
CO2", declaró el principal investigador del Laboratorio de Propulsión Jet de la
NASA David Crisp.
"El objetivo de la misión OCO es tomar medidas suficientemente precisas para
poder utilizarlas para analizar las "fuentes" y "pozos" del CO2", agregó el
científico, que está presentando los detalles de la misión en la Conferencia de
la Unión Geofísica Estadounidense en San Francisco.
Instrumentos de estudio
Tal como anunció, el lanzamiento del OCO a bordo del cohete Taurus XL está
programado para el próximo 23 de febrero desde la Base de la Fuerza Aérea de
Vandenberg en California. La NASA ya cuenta con un instrumento de detección de
CO2 en su satélite Aqua, pero éste se encarga de analizar los gases de efecto
invernadero a entre 5 y 10 kilómetros sobre la superficie.
El OCO, sin embargo, detallará la concentración de dióxido de carbono cerca de
la superficie, donde su efecto de calentamiento se siente más. En pocas
palabras, el observatorio hará la contabilidad del CO2.
Y sus mapas de la concentración global de carbono ayudarán al equipo de
científicos de la misión a analizar los sitios donde el gas está entrando en la
atmósfera y donde está siendo absorbido por plantas y océanos.
Los científicos calculan que la naturaleza circula unos 330.000 millones de
toneladas de CO2 al año. Las actividades humanas lanzan a la atmósfera unos
7.500 millones de toneladas. Es una cifra pequeña en comparación, dicen los
investigadores, pero suficiente para crear un desequilibrio en el sistema y
aumentar la temperatura promedio global de la superficie de la Tierra.
"Pozos" de CO2
"Sabemos de dónde provienen la mayoría de las emisiones de combustible fósil",
indicó el doctor Crisp. "Sabemos también en dónde se ubican las actividades que
producen grandes emisiones de CO2, como la producción de cemento". "Pero hay
otras cosas como la quema y deforestación de biomasa (bosques) y no tenemos una
buena cuantificación del CO2 que se libera en estos procesos", agregó el
científico.
"La idea es que OCO nos ayude a entender mejor todos estos", explicó. Los
"pozos" de CO2 -los lugares donde éste se absorbe- también están rodeados de
muchos misterios. Se cree que la Tierra absorbe cerca de 50 por ciento del CO2
que producimos, la mayoría va a los océanos.
Pero no se conoce mucho sobre los otros sitios donde se absorbe el gas, y debido
a esta falta de conocimiento los científicos tienen un entendimiento limitado de
cómo evolucionarán estos pozos de CO2 a medida que el clima cambie. Por eso,
dicen los científicos, OCO es esencial.
El observatorio transporta un solo instrumento, un espectrómetro que descompone
en sus colores constituyentes a la luz solar que refleja la superficie
terrestre. Y posteriormente analiza el espectro para determinar cuánto CO2 y
oxígeno molecular está presente.
Se espera que OCO produzca mapas mensuales del dióxido de carbono sobre 1.600
kilómetros cuadrados de la superficie de la Tierra. Pero para poder localizar
las fuentes y pozos de CO2, los científicos necesitarán combinar esa información
con modelos que calculen cómo se mueve y mezcla el gas a través del aire.
El próximo año habrá otro cazador de CO2 siguiendo a OCO: una misión de Japón
conocida como Satélite Observador de Gases Invernadero (GOSAT). Y Europa también
está considerando el lanzamiento de dos observatorios: el A-SCOPE (Observación
Espacial Avanzada de Carbono del Planeta Tierra) y una misión llamada BIOMASS,
que podría ser lanzada en 2016.
Publicado en Web Ambientum (19/12/08).