Entre enero y junio de este año esta actividad ilícita deforestó un área equivalente a 2.300 canchas de fútbol en la selva
Solo entre enero y junio de este año, la minería ilegal de oro depredó 1.725 hectáreas de bosque en la zona de amortiguamiento de la Reserva Nacional de Tambopata, en Madre de Dios. En su devastador avance, esta actividad ilícita ha convertido una zona que debería servir de protección para una de las reservas más biodiversas del mundo en un territorio con vegetación muerta alrededor de lagunas de fango contaminadas por mercurio y otros químicos.
Las imágenes cedidas a El Comercio por el proyecto MAAP –a cargo de la Asociación para la Conservación de la Cuenca Amazónica (ACCA) y la Amazon Conservation Association (ACA)– registran la forma en que se agrava la degradación de la selva de Madre de Dios. Los investigadores calculan que el área deforestada equivale a 2.300 campos de fútbol, una extensión similar a la de todo el distrito limeño de Independencia.
“La minería ilegal está avanzando en muchos frentes a través de una gran extensión frente a la reserva de Tambopata. Esto demuestra que las intervenciones esporádicas que han realizado las autoridades en la zona no han sido efectivas. Para resolver esta crisis, se requiere un esfuerzo estratégico, de gran escala y con abundantes recursos”, dijo a este Diario Matt Finner, investigador principal de la ACA y encargado del proyecto.
Finner detalló que la deforestación se ha concentrado en dos puntos críticos: la zona conocida como La Pampa y el alto Malinowski. El investigador precisó que, según sus reportes (que comparte constantemente con las autoridades peruanas), la deforestación por minería aurífera en la Amazonía peruana alcanza las 8.800 hectáreas desde el 2013.
Sin protección fija
Daniel Castillo, coordinador responsable del área de asistencia técnica del Programa Nacional de Conservación de Bosques del Ministerio del Ambiente (Minam), confirmó que la tasa de deforestación registrada en el 2018 en la región es una de las más aceleradas de los últimos dos o tres años.
“Las razones que explican este avance son diferentes. Las acciones de control no se mantienen en el tiempo. Las entidades responsables hacen el control en la zona pero, si bien tienen un efecto, no son sostenibles. Entonces, como no se mantiene una presencia en la zona, las actividades retornan”, explicó Castillo.
Las últimas operaciones de interdicción registradas han sido realizadas por las autoridades en el interior de la zona protegida de la Reserva Nacional de Tambopata, que está bajo el cuidado del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp). Esta entidad coordina acciones con la Policía Nacional, la Fiscalía Ambiental y la Marina de Guerra.
El resguardo de la zona de amortiguamiento de la reserva de Tambopata, el lugar donde se registra el mayor avance de la minería ilegal, está a cargo del Gobierno Regional de Madre de Dios, encabezado por Luis Otsuka. Este Diario solicitó la opinión de Otsuka respecto al tema, pero no hubo respuesta.
A fines de junio, el fiscal de la Nación, Pablo Sánchez, adelantó que el Ministerio Público trabaja en un protocolo que oriente la actuación de los fiscales en el uso de la tecnología satelital para perseguir los delitos ambientales como la minería ilegal. Sánchez reconoció que hasta el momento hay pocas sentencias condenatorias por minería ilegal debido a la falta de pruebas.
Publicado por: El Comercio, 14 de julio del 2018.