Autora: Daniel Macera
El último 24 de abril, el Consejo Regional de Piura aprobó, por unanimidad, solicitar ante el Ministerio del Ambiente el estado de emergencia ambiental de la bahía de Paita. Esto a raíz de la alta cantidad de vertimientos de desagües y desechos industriales en el mar, una situación que se repite en numerosas partes del territorio marino nacional, afirma Elena Conterno, presidenta de la Sociedad Nacional de Pesquería.
Si bien el Estado Peruano, como parte del objetivo de desarrollo sostenible (ODS) 'Vida Submarina', firmó un compromiso internacional para prevenir y reducir significativamente la contaminación en el mar de todo tipo, Conterno señala que desde hace unos años no existe un control gubernamental lo suficientemente estricto que controle la contaminación.
De hecho, en una reciente entrevista con este diario, Sara Purca, oceanógrafa peruana, afirmó que no existe "ni un metro de mar peruano que no esté contaminado con plástico".
En paralelo, el ecosistema marino peruano también debe enfrentar a la pesca ilegal, una actividad que mueve cerca de US$ 360 millones anualmente en el país, de Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). La cifra aumenta a US$ 23 mil millones a nivel mundial.
"Una receta para combatir la pesca ilegal es armar un sistema de trazabilidad que permita saber de dónde viene el producto. Países como Estados Unidos ya lo exigen para pescados como el perico", explica Conterno.
En este contexto, en el 2017 el Perú se adhirió a una red de 76 países mediante la firma del Acuerdo sobre Estado Rector del Puerto, comprometiéndose a implementar medidas destinadas a prevenir, desalentar y eliminar la pesca ilegal no declarada y no reglamentada.
"Una tercera parte de los recursos pesqueros está sobreexplotada y uno de los motivos es la pesca ilegal. Más o menos 15% de los recursos mundiales son capturados a través de esta actividad", comenta a Día 1 María Elena Rojas, representante de FAO en el Perú.
De esta manera, la FAO ha desarrollado un programa de capacitación para las instituciones estatales a cargo de la producción, fiscalización y sanción de pesca. Esto permitirá un mejor control del sector, afirma.
Impulso Privado
Como parte de un esfuerzo por mejorar la situación, según informa la pesquera Tasa, las 48 embarcaciones que maneja mantiene una bitácora de pesca, donde se registra información sobre la faena diaria de pesca, los avistamientos de la fauna y las liberaciones de especies que accidentalmente quedan atrapadas en las redes de pesca.
"TASA fue la primera pesquera del país en generar sus propias autovedas", comenta Salvador Peraltilla, jefe de Oceanografía y Sostenibilidad Pesquera de Tasa.
En cuanto a la contaminación, Peraltilla explica que se ha invertido seis años en investigación a nivel internacional y US$ 24 millones en la innovación de sistemas de tratamientos de aguas industriales y efluentes.
"Fuimos los primeros en cumplir de forma anticipada con los límites máximos permisibles que rigieron desde el 2013 y seguimos en proceso de fortalecer nuestra gestión en ambiental", concluye.
Publicado por: El Comercio, 14 de mayo del 2018.