La lava y el vapor han comenzado a brotar por varias grietas en una zona residencial
El volcán Kilauea, situado en la más grande de las islas de Hawái, ha entrado este jueves en erupción, lo que ha llevado a las autoridades a ordenar la evacuación de unas 10.000 personas que viven en las inmediaciones del cráter y su lago. Grandes cantidades de lava y vapor han comenzado a emanar por varias grietas en la zona residencial de Leilani Estates, donde moran unas 1.500 personas, según el censo de 2010 que cita la agencia Efe. El gobernador de la isla ha decretado el estado de emergencia ante el avance de la lava por el distrito de Puna.
Imágenes de medios locales mostraban corrientes de lava que serpenteaban a través de los bosques, mientras la defensa civil del archipiélago informaba sobre "emisiones de vapor y lava de una grieta en la subdivisión Leilani en el área de Mohala Street", seguidas de explosiones.
Esta mañana se ha registrado, además, ha sido registrado un terremoto de magnitud 5 al sur del cono volcánico Puu Oo que generó desprendimientos y el potencial derrumbe dentro del cráter del volcán, según el servicio geológico de Estados Unidos (USGC, en sus siglas inglesas).
Un gran penacho de cenizas color rosado se ha elevado sobre la zona, al tiempo que las autoridades advertían de la llegada de lava (lo que provocará incendios y humo) y de que habrá nuevos seísmo
El gobernador David Ige ha movilizado a las tropas de la Guardia Nacional del archipiélago y ha advertido a los habitantes para que presten atención a las advertencias de la Defensa Civil. "Por favor estén en alerta y preparados para mantener a salvo a sus familias", escribió Ige en su cuenta de Twitter. El gobernador ha asegurado que el incidente es similar al ocurrido en 1960 con el volcán Kapoho, cuya erupción causó numerosos daños.
El Kilauea es uno de los volcanes activos más grandes del mundo, con un cráter de, aproximadamente, cinco kilómetros de largo y 3,2 de ancho. Su nombre significa "escupiendo o propagándose mucho" y su vida se calcula 300.000 y 600.000 años. Originalmente terminaba en una cumbre que con el tiempo dejó paso a una superficie plana donde ahora se ve un cráter de una profundidad de 152 metros.
Este volcán, en realidad, lleva ininterrumpidamente en erupción desde 1983, pero el aumento de la actividad de los últimos días ha hecho necesarias la toma de medidas, especialmente por la salida de lava por grietas y por la repetición de movimientos telúricos. En 2016, el Servicio Geológico de Estados Unidos grabó desde el interior del cráter una erupción. En 1955 otra erupción hizo que el volcán expulsara lava durante 88 días; en ese tiempo 15 kilómetros cuadrados de terreno quedaron destruidos.
Fuente: El País, 04 de mayo del 2018.