AUTOR: BARBARA BRUCE
Consultora en temas de Hidrocarburos y Energía
Los hidrocarburos (petróleo, gas, etc.), su utilización, su beneficio y su posesión son un tema de discusión en la industria, en las reuniones sociales y entre los expertos y políticos. Representan un asunto que mueve pasiones, pero del que poco se conoce o sobre el que poco se razona.
La revolución industrial del siglo XIX abrió el camino al uso del petróleo y sus derivados, mientras que en las últimas décadas del siglo XX el gas se posicionó como el hidrocarburo más amigable con el ambiente.
En el Perú, se produce petróleo desde finales del siglo XIX en la costa norte y, 50 años más tarde, se unen a la producción de petróleo los campos de la selva. Con más de 100 años de industria petrolera, en el Perú aún no hemos encontrado todo el potencial que los eruditos de las ciencias de la tierra intuyen que está escondido en el subsuelo a varios kilómetros de profundidad desde la superficie.
El gas de Camisea tomó 20 años desde su descubrimiento para ser la fuente del cambio energético al inicio del siglo XXI, pero la masificación en el territorio nacional requiere más gas. El Perú va a seguir creciendo, marcando diferencias con los países vecinos y requiere energía. No puede quedarse quieto mientras los demás avanzan. La industria de los hidrocarburos está marcada por la pasión del momento, por el altísimo riesgo exploratorio y por las grandes inversiones que necesita. Hoy la búsqueda por hidrocarburos en el país está paralizada.
UNIR ESFUERZOS
En el mundo se han dado grandes batallas por la energía. Nuestro territorio es rico en agua que discurre por la superficie de los valles andinos y la planicie amazónica. Tenemos energía: hidráulica, geotermal, solar, eólica e hidrocarburos. El potencial es enorme, pero es solo potencial aún por descubrir. Potencial no explorado es petróleo o gas no hallado; hay mucho por hacer para crecer.
¿Por qué es tan difícil explorar por petróleo o gas en el país? El Perú es un país con riquezas envidiadas por el universo: culturas legendarias, fauna, flora, ríos, lagos, mares, recursos minerales, su gastronomía y su gente. Debemos utilizar toda esa riqueza en dar vida de calidad a todos los peruanos. El Perú tiene los recursos, debemos usarlos. No detengamos la inversión por sobrerregulación, desconocimiento de tecnología y, sobre todo, por falta de comunicación.
El gas trae mitos y pasiones. Se le visualiza como un mejor futuro, pero –no lo olvidemos– también es un recurso natural no renovable, como los muchos otros recursos naturales que tiene nuestro rico Perú. Grandes proyectos de infraestructura para uso y transformación de petróleo y gas se plasman alrededor del potencial de ese recurso que aún está por ser hallado. ¿Por qué no unimos esa fuerza de pasiones en reclamar mejores leyes, regulaciones que atraigan inversión para crecer, para erradicar la pobreza, profesionales que planifiquen un futuro sostenible y real para nuestras generaciones futuras? ¿Por qué siempre nos conformamos con el corto plazo y no miramos el horizonte?
Siempre hay espacio para mejorar y para cambiar. Lo que no se puede cambiar es el tiempo perdido en esa búsqueda del recurso no realizada. Los seres humanos somos egoístas, pero no lo seamos con el Perú.
Publicado por: El Comercio (12 de Junio del 2016)