-El expresidente de Petroperú, Humberto Campodónico, plantea negociar el contrato del lote 58, para que el gas se quede en el país. Laub señala que lo ideal es que haya más competencia.
HUMBERTO CAMPODÓNICO
Docente de la Unmsm
El problema para llevar más gas al sur e industrializarlo es que en el Perú, el Estado no es dueño de la molécula de gas. En el caso del gas del lote 58 (de CNPC), los inversionistas pueden tener interés, ya sea en dirigirlo al sur (a través del Gasoducto Sur Peruano), o llevarlo a China, no sabemos. Según la legislación vigente, el licenciatario es el dueño de la molécula previo pago de una regalía, pero esa propiedad le confiere el decidir su destino.
Ese es el cuestionamiento, porque si Perú decide tener un plan energético de mediano y largo plazo, y la orientación de una cantidad de reservas de gas al sur, si ese no es buen negocio para la empresa, no se puede hacer. A lo que voy no es que el Estado sea el dueño, sino que pueda decidir el destino de la molécula, pagando el precio que se debe pagar. El punto es que el gas del lote 58 abastezca al GSP, directamente, no cambiando contrato con CNPC, hablar con ellos y decirles que, desde el punto de vista del Perú, necesitamos el gas para el sur, porque no hay GNV, no hay energía eléctrica, porque queremos una petroquímica, porque queremos LNG.
Habrá que sentarse con ellos a negociar el contrato, no es un problema, hay más de 200 contratos ley que han sido renegociados más de 200 veces.
ANTHONY LAUB
Socio de Laub&Quijandría
Estoy en desacuerdo con Humberto (Campodónico), en el tema de (transferir la propiedad de) la molécula, en el caso del lote 88, que es de propiedad del Consorcio Camisea, la primera gran masificación ya se produjo, el 50% de la energía eléctrica viene del gas natural. En Talara y Tacna se consume gas en forma de energía, eso permite tener la energía más barata de Sudamérica.
Otro elemento fue la planta de Perú LNG. El problema de poca transparencia no lo generó el privado, sino el Estado, y que lleva a que se traslade todos los riesgos del proyecto a los peruanos.
Esta discusión sobre la propiedad de la molécula es una discusión de los años 50, que se cierra con el primer contrato de Proaction Serving Agreement que firma una empresa que se llama Iatco, con el Gobierno de Indonesia, porque cuando nacionalizan su petróleo, o cuando era dueño de la molécula, las empresas petroleras no iban a ese país.
Esa nación, para liberar su problema doctrinario, sale con ese contrato, que viene del sector agrícola, y que le dio confort a esas empresas, para que vayan, pero ese contrato, donde el operador es contratista, y ya no licenciatario, ni siquiera en ese caso le imponen que el Estado tenga el control, sobre a dónde o a qué se limita el uso del petróleo.
Si hoy tenemos problemas con la molécula, es porque tenemos un monoproductor (de gas), lo ideal sería que mañana tengamos no uno, sino cuatro o cinco (consorcios) Camisea, que salgan a competir por llevar gas a los consumidores, así sí funciona bien el modelo.
OTRA VISIÓN SOBRE LA MOLÉCULA
Respecto a la discusión sobre quién debe ser el dueño de la molécula del gas, los dueños somos los peruanos, pero de miles de millones de moléculas que se quedan allí (en el subsuelo) por falta de desarrollo privado.
Una vez que ese gas natural tiene un dueño privado ( y es extraído) los peruanos podemos gozar de ese recurso.
Una manera de hacerlo es con gasoductos, el tema es cómo el costo de construirlos sea reducido, no tan grande.
Para el caso de Gasoductos Sur Peruano, además de asegurarnos demanda, y en el tema de la generación eléctrica, habría que analizar cuánto tomará hacer una interconexión para llevar electricidad a Chile, producida con el gas natural en el sur.
Publicado por: Diario Gestión (07 de Abril del 2016)