CHINA ENSEÑA
CAPITALISMO
Por José Reinoso
Cuando en 2010
China superó a Japón y se convirtió en la segunda mayor economía del mundo, no
solo dejó atrás a su rival histórico en Asia, con el que mantiene una difícil
relación debido a sus conflictos armados en el pasado, sino que dio un paso de
gigante en el anhelado objetivo de adelantar algún día a Estados Unidos y
convertirse en la primera potencia del mundo. No es una meta declarada -más bien
todo lo contrario-, especialmente porque en renta per cápita China está aún muy
lejos del grupo de cabeza, ya que ocupa alrededor del puesto 90 en la
clasificación mundial. Pero el continuo ascenso económico y político del país
más poblado del planeta ha dejado claro a gobernantes extranjeros y analistas
que el equilibrio geopolítico del mundo se ha desplazado de forma inexorable
hacia Asia, donde el papel de China es protagonista.
La decisión de la agencia Standard & Poor's de rebajar la deuda soberana
estadounidense ha provocado la indignación de Pekín, que ha reaccionado con gran
dureza, y sus comentarios, realizados por medio de la prensa oficial, suenan
como una lección de capitalismo a su rival y socio.
China pidió el sábado a Washington que se apriete el cinturón y ponga fin a su
"adicción a la deuda" porque "comerse en abril el grano de mayo nunca será una
solución permanente para un problema", según afirmó la agencia de noticias
Xinhua. "El Gobierno estadounidense tiene que aceptar el hecho doloroso de que
los buenos viejos tiempos en los que podía simplemente pedir prestado para salir
de los líos en los que se había metido se han ido para no volver".
Xinhua advirtió que la rebaja de S&P podría ser seguida de nuevos recortes
"devastadores" de la clasificación de riesgo y turbulencias financieras globales
si EE UU no aprende a "vivir en la medida de sus medios". "China, el mayor
acreedor de la única gran potencia del mundo, tiene todo el derecho a pedir a
Estados Unidos que afronte sus problemas estructurales de deuda y garantice la
seguridad de los activos chinos en dólares", aseguró.
Pekín golpeó directamente en el corazón de la política estadounidense. Dijo que
el mundo necesita una nueva divisa de reserva global estable para "prevenir una
catástrofe causada por un único país" y urgió a Washington a que aplique
recortes de los "hinchados costes de protección social" y de su "gigantesco
gasto militar".
El mes pasado, el general de más alto rango del país, Chen Bingde, también
relacionó las dificultades financieras norteamericanas con su presupuesto
militar y se preguntó si disminuir el gasto de defensa no sería lo mejor para
los contribuyentes estadounidenses.
Tales comentarios reflejan el deseo de Pekín de que Washington reduzca su
presencia militar en Asia. Estados Unidos critica regularmente a China por el
continuo reforzamiento de su ejército, a lo que las autoridades de este país
suelen responder que su partida en defensa representa alrededor del 1,4% del PIB
(producto interior bruto), mientras la de Estados Unidos es de alrededor del 4%,
y las de India, Reino Unido o Francia, más del 2%.
Muchos políticos en Washington y otros países han trasladado su preocupación por
el ascenso chino y el verbo cada vez más acerado de sus altos funcionarios,
quienes, según aseguran fuentes diplomáticas europeas en Pekín, en los últimos
años han adoptado una posición más dura e incluso "altiva" con sus
interlocutores occidentales. Los líderes chinos se muestran cada vez más seguros
de sí mismos, y la rapidez con que su país comenzó a salir de la crisis global
mientras la incertidumbre barría Europa y Estados Unidos ha reforzado esta
actitud. China ha pasado de recibir recomendaciones y consejos sobre capitalismo
a darlos.
Pekín pretende en primer lugar defender sus intereses financieros. Tiene unas
reservas de divisas extranjeras de 3,2 billones de dólares, de las cuales dos
tercios son en el billete verde. De estos, 1,2 billones de dólares están
invertidos en deuda del Tesoro. Por otro lado, utiliza la ventaja económica en
su beneficio político y, al mismo tiempo, aprovecha para sacar pecho ante sus
ciudadanos. "La deuda creciente y luchas políticas ridículas en Washington han
dañado la imagen de América en el extranjero", afirmó Xinhua.
El Diario del Pueblo -el órgano oficial del Partido Comunista Chino (PCCh)-
redobló ayer las críticas a Estados Unidos. Dijo que la rebaja de la deuda
estadounidense por parte de S&P "ha hecho sonar las campanas de alarma sobre el
sistema de divisas internacionales dominado por el dólar" y advirtió de que los
principales afectados por la decisión de la agencia de calificación de riesgo
podrían ser las economías exportadoras de productos elaborados, como es el caso
de China, o las que venden recursos naturales, como algunas latinoamericanas.
Fuente: www.elpais.com