ALBERTO ALESINA: LAS CLASES MEDIAS
PAGAN LA CRISIS
Por Alberto Alesina
Cuál ha sido el efecto de la crisis financiera y de la Gran Recesión
subsiguiente sobre la distribución de las rentas y la riqueza? ¿Quién ha pagado
más, los ricos o los pobres? La respuesta no es fácil. Hay dos formas de
examinar la distribución de la renta: a nivel global o en el seno de cada país.
En cierto sentido, el primer examen es más equitativo, si le damos el mismo peso
y consideración a cualquier ciudadano del mundo por encima de las fronteras
nacionales. Acojámonos, pues, a este punto de vista.
La crisis ha golpeado mucho más a los países ricos que a los pobres. China,
India, Latinoamérica y parte de África, tras una breve caída, volvieron a crecer
a ritmos elevados. Fueron precisamente los países emergentes los que sacaron al
mundo de la recesión. El año pasado, mientras el área OSCE permanecía estancada
o casi, China, India y Latinoamérica crecían entre el 5 y el 10 por ciento. Por
tanto, desde un punto de vista global, la desigualdad debería haber disminuido,
dado que los países pobres crecieron más que los ricos.
Las cosas se complican si miramos al interior de cada país o del área euro. En
primer lugar, los datos referidos a la distribución de la renta se publican con
cierto retraso respecto a otros, por ejemplo, a los del PIB. De ahí que sólo
podamos tener un cuadro claro dentro de unos años. Por ahora, sólo podemos
basarnos en lo que dice la Historia.
Diferente a la del 29
La Gran Depresión iniciada en 1929 implicó una profunda reducción de la
desigualdad en EEUU. Esta tendencia a la reducción continuó hasta los años 80,
para subir después. Por otra parte, no todas las crisis financieras son iguales
entre sí, y ésta podría tener un efecto diferente a la de 1929.
Aspectos relevantes de esta crisis (que la hacen diferente, al menos en parte,
de la del 29) son el salvamento de bancos y países, así como los déficits
públicos acumulados, iniciativas que generaron flujos de renta muy complejos.
Por ejemplo, los contribuyentes alemanes (relativamente ricos) terminarán en
cierto modo ayudando a los griegos y a los portugueses (más pobres).
Por otra parte, el contribuyente medio-bajo irlandés terminará avalando a todos
los acreedores de los bancos de su país, probablemente y en término medio, más
ricos que el ciudadano medio irlandés. Los contribuyentes americanos salvaron
varias instituciones financieras y a sus ricos accionistas, pero después el
Tesoro recuperó esos fondos, a menudo ganando más.
Peso sobre clases medias
Por último, con frecuencia durante las recesiones normales, es decir, las
cíclicas independientes de las crisis financieras, la desigualdad aumenta,
porque el paro golpea más a las clases menos pudientes. Obviamente, el subsidio
de desempleo y otras formas de bienestar público en Europa reducen, y mucho, los
costes sociales del paro, por lo menos en los países en los que el Estado social
funciona bien. Por tanto, los parados de hoy están mucho más protegidos que los
de la Gran Depresión.
En Italia, sin embargo, el Estado del Bienestar es ineficaz y está demasiado
basado en las pensiones en comparación, por ejemplo, con el de los países
nórdicos. Más aún, el alto nivel de nuestra deuda no permitió ampliar la
protección social. Todo esto, sumado a 15 años de crecimiento inferior a la
media europea, pesó sobre las clases medias italianas.
En definitiva, la respuesta que podemos dar a la pregunta planteada al comienzo
es que, en el ámbito mundial, la desigualdad probablemente haya bajado, mientras
que en el seno de cada país aún no lo sabemos (y en cualquier caso, se dan
situaciones muy variables), dada la complejidad de la medición de los flujos de
renta generados por la propia crisis.
Fuente: www.eleconomista.es