¿Innovando? Pues, mírense al espejo…

 

Jorge Pancorvo

 

Conversando sobre innovación, muchos opinan que en su empresa sí se vienen dando actividades y esfuerzos serios. Recientes encuestas también recogen una respuesta favorable con un reconocimiento explícito. Sin embargo, cuando uno revisa la posición peruana en rankings internacionales nos encontramos a la zaga. ¿Qué pasa?, ¿será que cada quien interpreta la innovación a su manera y que resulta relativo dependiendo de cómo se evalúe?

Un buen punto de partida es precisar la dinámica de innovar. La tasa de innovación de productos o servicios tiende a ser mayor durante la fase inicial de una industria o etapa formativa de una categoría –se da experimentación e interaciones al diseñar. Gradualmente esta fase primaria va cediendo y toma fuerza la innovación en procesos –, se privilegian economías de escala, ingeniería, organización del trabajo y uso de activos. Finalmente, llega la etapa de madurez, en la que la innovación decrece tanto para productos y procesos, dando paso a un mayor énfasis en capacidad, costos, control y presupuestos. Naturalmente, no todos siguen esta secuencia a rajatabla.

Saber innovar es tener la maestría para mover oportunamente a la organización en la dirección que exigen los cambios. Por ende, para ser exitoso se requiere un manejo atildado de las discontinuidades por cambios radicales como de las constantes demandas competitivas y de mercado para mejoras incrementales. Pero, ahí radica el problema básico; la gran mayoría opta por destinar sus principales esfuerzos y compromisos a lo viejo y conocido hasta llegar a la cúspide de su desarrollo expuestos a la amenaza mortal de estar rezagados ante lo nuevo.

Aunque buen liderazgo en innovación y hacer negocio exige de persistencia y mejora permanente, afrontar cambios más radicales pone en evidencia que la mayoría de empresas persisten en defender productos y servicios ya establecidos y sus formas de hacerlos, aun cuando las semillas de alternativas mucho más efectivas y promisorias están ahí “germinando”.

Obsérvense bien en el espejo, no vaya ser que los esfuerzos de cambio imperantes son más de sostenimiento y poco de innovación para incursionar en nuevos espacios con diferenciación.

 

Publicado en Gestión el 25 de agosto del 2014