El desarrollo del turismo de negocios y de reuniones
Rocío Merino Loredo
Socia de Stimulus, consultores en eventos corporativos
Según la International Congress and Convention Association – ICCA, el Perú tiene el 0.45% de participación en el mercado global de eventos de alcance internacional, una industria que, según esta misma fuente, generó un gasto total estimado de US$ 56.4 billones en los últimos cinco años. Asia y Latinoamérica son las dos regiones que en el mismo periodo han mostrado mayor crecimiento con un 18% y 10%, respectivamente.
Según estadísticas del Mincetur, Lima recibe actualmente a 1.7 millones de turistas al año, lo que corresponde al 60.7% del turismo nacional. No obstante, con la futura apertura del aeropuerto de Chinchero, el turismo receptivo tradicional dejara de pasar necesariamente por Lima y realizará escala directa en Cusco, situación que obligara a la ciudad capital a fortalecer su oferta en nuevos segmentos, como el turismo de negocios y de reuniones, el mismo que hoy representa el 18% y el 3%, respectivamente, de motivo de viaje a nuestro país.
Rezagados respecto a destinos como Sao Paulo, Buenos Aires e incluso Santigo de Chile, hoy Lima busca posicionarse como destino de grandes acontecimientos de repercusión mundial. Un paso clave para alcanzar este objetivo será la organización de la Junta de Gobernadores del Grupo del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional y “COP 20, La Conferencia de las Partes”, un evento que reunirá a presidentes, ministros y representantes de la sociedad civil y del sector privado de 190 países y en el que se formulará, nada más ni nada menos, un nuevo acuerdo climático para el mundo.
Para estar a la altura, sin duda es necesario integrar las estrategias de desarrollo urbano y mejora en los servicios con acciones de promoción, pero también resulta imprescindible la creación de una plataforma de articulación que implique no solo a las entidades gubernamentales sino a todos los actores; políticos, empresarios y representantes del mundo cultural para atraer el turismo de reuniones a nuestro país y especialmente a la capital. Es cierto que los megaeventos generan un gran impacto económico y mediático. Pero si contamos con un esfuerzo articulado, también pueden ofrecer la mejor oportunidad para transformar un destino.
Publicado en Gestión el 27 de diciembre del 2013