Calidad de la Educación en el Perú
Carlos Parodi
Sin lugar a dudas la noticia más importante de la semana ha sido el resultado obtenido por los estudiantes peruanos en la prueba PISA 2012 (Programme for International Student Assessment). La evaluación fue diseñada por la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) y fue realizada en 65 países, que conforman el 80% de la población del mundo. Las pruebas miden calidad de la educación de estudiantes entre 15 y 16 años de edad en matemáticas, comprensión de lectura y ciencias. Perú se ubicó en el último lugar: puesto 65 de 65 países evaluados.
Los siete primeros lugares corresponden a países asiáticos: Shanghai (China), Singapur, Hong Kong, Taiwán, Corea, Macao (China) y Japón. El latinoamericano mejor ubicado es Chile (51), seguido por México (53), Uruguay (55), Costa Rica (56), Brasil (58), Argentina (59) y Colombia (62). Ciertamente la región está mal, pero dentro de la misma Perú es el de menor rendimiento. El resultado solo deja algo claro: se requiere un cambio drástico en la educación en el Perú, pues lo que hay ahora, no funciona.
La educación de calidad es una inversión rentable no solo para la persona que estudia, sino para toda la sociedad. Los economistas han desarrollado el concepto de "capital humano", definido como el conjunto de habilidades potenciales que determinan que tan productivo es un individuo como recurso económico para la sociedad; los componentes más importantes son la educación, la salud, las aptitudes adquiridas en el seno familiar y los factores innatos (inteligencia, agilidad, ambición etc.). Una educación de calidad aumenta y mejora el stock de capital humano, por lo que sostiene el crecimiento económico futuro. Dicho de otro modo, sin una buena educación, un país no tiene futuro, así se simple. Lo que pase en el futuro depende de lo que se haga hoy.
¿Qué se sabe? En primer lugar, la educación no se puede dejar al libre mercado, pues si así fuera solo podrían educarse los que tienen los medios para hacerlo. Por eso todos los Estados del mundo ofrecen educación pública. Hasta ahí todo es claro. En segundo lugar, en algunos países la educación, en especial la pública, es mejor que en otros. En tercer lugar, en el Perú la gran mayoría de oferta educativa es pública. En cuarto lugar, existen diferentes maneras de proveer educación. En quinto lugar, el financiamiento de la educación pública proviene de los impuestos que pagamos todos los peruanos. ¿Cómo mantenemos un sistema educativo con esos resultados? Aquí todos somos responsables.
Es imposible hablar de inclusión social si se mantiene el nivel educativo que tenemos. Podemos preguntarnos muchas cosas como por ejemplo, ¿por qué no se reforma la educación? ¿Qué rol juegan los maestros y los padres de familia? ¿Cómo se designan los directores de las escuelas y cuánta autonomía tienen? ¿Qué rol juega el sindicato? ¿Todo se reduce a aumentar sueldos a los maestros? ¿Qué más hay que hacer? ¿Se asigna mucho o poco dinero desde el estado a la educación? La lista de preguntas, sin respuesta, es más larga, pero ahí tenemos un punto de partida. Pensemos más en cómo lograr una educación de calidad para todos. Vale la pena hacerlo, pues el futuro del país está en juego.
Publicado en Gestión el 6 de diciembre del 2013