Cómo el plazo de entrega afecta la elección del consumidor.
Por: Katherine Milkman.
Investigaciones recientes sobre el patrón de compras en línea han demostrado que cuanto mayor es la espera entre el pedido hecho a un supermercado online y la entrega programada, menos gasta el consumidor y mayor es el porcentaje de productos saludables. En cambio, cuando la entrega es inmediata, el cliente consume más. Estos estudios fueron inspirados por el aumento de las compras por Internet que antes estaban en el último lugar, pero en 2006 ya se habían convertido en una industria de us$ 100.000 millones anuales.
Los datos que se obtienen por las compras online pueden ayudar a conocer los hábitos de los consumidores y las diferentes variables sobre las decisiones de los mismos. Los investigadores se interesaron más en las compras de supermercado online, ya que los clientes deben programar la entrega de los productos para una fecha posterior. Los resultados arrojaron evidencias de que las personas actúan de manera más impulsiva, cuando sus decisiones implican entregas inmediatas.
Cuando se analizaron los pedidos de dos días frente a otros de cinco días, los investigadores observaron que el porcentaje de productos “superfluos” (los de muchas calorías como los chocolates) caía de manera significativa, en comparación con los productos “necesarios” (frutas, verduras, carnes), cuya demanda subía constantemente. Sin embargo, aún no se conocen las causas de este tipo de comportamiento. Pero entender estos hábitos puede ayudar a una previsión de demanda.
Los minoristas que desean tener mayores beneficios deben lograr que sus clientes realicen más pedidos para el futuro inmediato, porque el gasto de consumo será más elevado. Aquellos que deseen desarrollar un motor de recomendación pueden sugerir una lista de productos según la expectativa de entrega del cliente. De acuerdo con estas investigaciones, tomar decisiones con un tiempo de antelación puede dar como resultado elecciones saludables con consecuencias importantes en el estilo de vida y la salud de los consumidores.
Fuente: Revista Knowledge@Wharton