FUENTES DOCUMENTALES: ¿INTERNET O
BIBLIOTECAS?
Por Marta Vazquez-Reina
Internet ha sustituido a gran parte de la labor documental académica que hasta
hace una década prestaban casi de modo exclusivo las bibliotecas universitarias.
Pero a pesar de que los estudiantes se consideran hábiles y capacitados para
buscar información con fines académicos a través de la Red, distintos estudios
demuestran que sus destrezas en la búsqueda y selección de fuentes documentales
son limitadas. Para evitar errores y dotar de fiabilidad a los trabajos que
realizan, los expertos recomiendan la alfabetización informacional de los
alumnos y la complementariedad de los recursos de Internet con los que
proporcionan los nuevos modelos de bibliotecas.
Internet se ha convertido hoy en día en el principal elemento de consulta de los
estudiantes universitarios cuando tienen que buscar fuentes documentales para
llevar a cabo sus tareas académicas. Tal como afirman Jaume Sureda y Rubén
Comas, del departamento de Pedagogía Aplicada y Psicología de la Educación de la
Universidad de las Islas Baleares, la Red ha modificado "la forma de acceder,
consultar y emplear la información en el ámbito educativo y académico". Así lo
refleja el estudio realizado por estos especialistas sobre el uso de Internet
como fuente de documentación académica entre los universitarios, que concluye
que más del 84% de los estudiantes usan regularmente Internet con estos fines,
sobre todo, para elaborar trabajos de la carrera.
El alumnado hace un uso muy escaso de los fondos bibliográficos de las
bibliotecas
Este auge de la Red como fuente de información ha provocado un detrimento en el
uso de otros recursos documentales, en especial de las bibliotecas. Según los
datos de la investigación de Sureda y Comas, similares a los resultados de otros
estudios internacionales, el alumnado hace un uso muy escaso de los fondos
bibliográficos de las bibliotecas.
¿Afecta este cambio a la calidad del trabajo académico de los estudiantes?
"Nosotros defendemos la complementariedad de las dos fuentes", señalan los
investigadores. No obstante, el alumnado debe disponer "de directrices claras
que le permitan determinar la fiabilidad de los documentos que utiliza de la
Red", matizan.
Aprender a usar Internet
Internet elimina barreras espacio-temporales, es fácil y cómodo de usar y
permite acceder a un incontable número de recursos. Pero todas estas ventajas
pueden dejar de serlo si los estudiantes no tienen una estrategia adecuada para
buscar y seleccionar la información que contiene. "Buscar en Internet es, en
principio, una tarea difícil", así lo afirma María José Hernández, de la
Facultad de Educación de la Universidad de Salamanca. En su ponencia 'Uso de
Internet como fuente de información para trabajos académicos', Hernández señala
que "para navegar en la Red -y llegar a buen puerto con ciertas garantías- es
imprescindible desarrollar determinadas destrezas de búsqueda".
La alfabetización informacional es una de las competencias claves que deben
adquirir los estudiantes universitarios
Estas destrezas forman parte de la llamada alfabetización informacional,
considerada hoy en día por la mayoría de organismos e instituciones educativas
como una de las competencias claves que deben adquirir los estudiantes
universitarios. Hernández apunta que un buscador eficaz es alguien que es "capaz
de planificar la búsqueda y de seleccionar los sistemas de búsqueda más
apropiados en función de su objetivo", pero además, es necesario que sepa
discriminar de forma crítica la información que encuentra y "elegir la de más
calidad y comprensibilidad", añade.
Sin embargo, tal como señalan Sureda y Comas, para los universitarios "existe
poca vida en el universo Internet más allá de Google". Distintos estudios
evidencian el desconocimiento que los estudiantes tienen de otros recursos de
información académica adicionales a los buscadores, como las bases de datos
especializadas o las listas de distribución. A esta estrategia de búsqueda
simple y poco depurada se une la falta de destrezas adecuadas para seleccionar
la información. María José Hernández admite que son pocos los estudiantes que
"analizan la relevancia de los resultados obtenidos en sus búsquedas". La
selección, apunta esta especialista, se basa más en "los criterios que propone
el buscador que en los propios".
Las nuevas bibliotecas universitarias
El impulso de las nuevas tecnologías, sumado al nuevo concepto de enseñanza que
propugna el Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), ha modificado la
tradicional concepción de la biblioteca universitaria como lugar de estudio o de
consulta y préstamo de obras. El plan estratégico de la Red de Bibliotecas
Universitarias (REBIUN) de nuestro país propone una transformación de estos
servicios académicos en un nuevo modelo -que ya ha sido adoptado por muchas
universidades- denominado Centros de Recursos para el Aprendizaje y la
Investigación (CRAI).
Tal como define REBIUN, un CRAI es "un entorno dinámico en el que se integran
todos los recursos que dan soporte al aprendizaje y la investigación en la
universidad". Esto incluye, además de los servicios y recursos bibliotecarios,
tecnológicos y audiovisuales que hasta ahora prestaban las bibliotecas, otros
adicionales como reprografía, producción de materiales digitales, gestión de
bases de datos informatizadas o formación de usuarios, entre otros. El informe
'De las bibliotecas universitarias a los Centros de Recursos para el Aprendizaje
y la Investigación', publicado por la Conferencia de Rectores de Universidades
Españolas (CRUE), resume algunas de las principales aportaciones de los CRAI al
ámbito académico:
•Posibilita el acceso a toda la información y documentación que el usuario
necesite de la universidad de una forma fácil, rápida y organizada.
•Se ocupa de la expansión de las colecciones bibliográficas y de la integración
de otros materiales y colecciones en soporte papel y digital.
•Organiza actividades curriculares y extracurriculares de los distintos usuarios
que integran el campus y diseña e implementa actividades académicas.
•Dispone de servicios adaptados y personalizados según las necesidades de los
usuarios.
•Coordina y optimiza los recursos y servicios que tiene dispersos la
universidad, que son útiles para el desarrollo de las tareas de docencia,
aprendizaje e investigación.
•Hace uso de las tecnologías para permitir la accesibilidad a la información y
la organización de esta para los usuarios.
Fuente: www.consumer.es