FRANCIA
INVESTIGA LA PISTA CHINA EN EL CASO DE ESPIONAJE INDUSTRIAL EN RENAULT
Los servicios secretos creen que los tres
directivos despedidos por vender información del coche eléctrico habrían
beneficiado a un intermediario chino
Las investigaciones internas que lleva a cabo el grupo Renault y las que, por su
parte, acometen los servicios secretos franceses sobre el caso de espionaje
industrial del que ha sido objeto el grupo automovilístico francés apuntan a la
misma pista oriental: los tres altos cargos suspendidos el lunes de empleo y
sueldo han pasado información a intermediarios especializados que, a su vez, se
la han procurado a grupos chinos. Eso es lo que apunta hoy el periódico francés
Le Figaro y han confirmado desde El Elíseo a la agencia Reuters sobre este
sorprendente episodio, calificado como de un capítulo de una auténtica "guerra
económica" por el ministro de Industria francés, Eric Besson.
Renault investiga a tres altos cargos por espionaje con el coche eléctrico.
Los datos confidenciales de Renault que han pasado a manos ajenas, según el
periódico francés, dan cuenta de informaciones relevantes sobre el
funcionamiento de las baterías de los automóviles eléctricos de segunda
generación, esto es, de ninguno de los cuatro que sacará al mercado la marca
francesa este año o al año que viene, sino de los que aún se encuentran en fase
de estudio y que se comercializarán más allá de 2012. Los tres altos cargos, al
parecer, han entregado a esos intermediarios económicos varias patentes sin
declarar relativas a estos componentes eléctricos.
Renault, que cuenta entre sus empleados con ex policías y agentes del servicio
secreto para conjurar este tipo de amenazas, no ha revelado grandes detalles
sobre la fuga de información.
En el secreto y competitivo mundo de la investigación automovilística (vital
para mantener el volumen de ventas) los descubrimientos sobre el futuro coche
eléctrico son cruciales. De hecho, los principales depositarios de patentes
industriales en Francia son los dos principales grupos automovilísticos, PSA
Peugeot Citroën, por un lado, y Renault, por otro. El objetivo, un coche
eléctrico operativo y rentable.
Renault, junto con su aliado japonés Nissan, ha invertido en este programa cerca
de 4.000 millones de euros. A mediados de este año verá sus frutos: saldrán a la
calle el berlina familiar Fluence y el utilitario Kangoo express, ambos
alimentados completamente por electricidad. En dos años aparecerán también el
pequeño Twizy, construido en la planta española de Valladolid, y la pequeña
berlina Zoe. Renault calcula que en 2020 el 10% de su facturación provendrá de
este tipo de coches eléctricos.
Fuente: www.elpais.com