ESPAÑA
PIERDE LA BATALLA POR LA PATENTES DE LA UE
La Unión Europea ha decidido hoy dejar atrás a
España e Italia para poder avanzar en un sistema de patentes unificado, que
permita mejorar la protección de las invenciones europeas, al abaratar los
costes de registro y traducción.
La Unión Europea ha decidido hoy dejar atrás a España e Italia para poder
avanzar en un sistema de patentes unificado, que permita mejorar la protección
de las invenciones europeas, al abaratar los costes de registro y traducción.
Las encendidas intervenciones de los representantes español e italiano en
defensa de sus lenguas vernáculas, que consideran discriminadas respecto al
francés, el alemán y el inglés en el sistema propuesto, de poco han servido para
convencer a sus socios europeos.
Zapatero y Berlusconi se implican en la patente comunitaria
Con Alemania, Francia y Reino Unido a la cabeza, y espoleada por el comisario de
Mercado Interior, el francés Michel Barnier, la UE ha acordado iniciar los
procedimientos necesarios para emplear el instrumento de la "cooperación
reforzada", que permitirá aprobar una medida en los países partidarios de la
misma, cuando se haya constatado la imposibilidad de alcanzar un acuerdo con el
resto.
"La competitividad de nuestras empresas no puede esperar a la creación de la
patente europea. Llevamos diez años discutiendo este asunto", ha asegurado el
ministro francés de Industria, Eric Besson. "El Consejo se ha visto ante una
situación de bloqueo, de manera que no se podía alcanzar esa patente europea en
un plazo razonable", ha explicado, por su parte, el comisario francés Michel
Barnier.
Según datos de la Comisión, una patente europea validada en trece países puede
costar hasta 20.000 euros, de los cuales casi 14.000 euros corresponden a las
traducciones. Así, una patente en la UE es diez veces más costosa que una
patente en Estados Unidos, cuyo precio aproximado asciende a 1.850 euros. España
e Italia pidieron en vano a sus socios que continúen las negociaciones para
acordar un sistema que satisfaga a todos.
"Después de tantos años, creo que no deberíamos culminar todos esos esfuerzos en
un fracaso que significaría sacar adelante una propuesta que divide a la Unión",
ha dicho el secretario de Estado español para la Unión Europea, Diego López
Garrido. El representante español ha acusado al comisario francés Michel Barnier
de querer imponer un sistema que favorece al francés, el inglés y el alemán, a
costa de discriminar a la lengua de Cervantes.
Fuente: www.elpais.com