INFLUENCIA DEL INTERNET Y LAS REDES SOCIALES EN EL CONSUMIDOR

 

 

 

Por  Liliana Alvarado

 


Con la colaboración de: Ada Altamirano, Adriana de Piérola, Carolina Suárez, Arturo Iberico y Henry Lara (alumnos del Diplomado de Marketing Digital de la Escuela de Postgrado de la UPC).

Hace 10 años nuestra vida era distinta. Hoy navegamos, posteamos, tagueamos, comentamos, compramos on-line, colgamos videos, descargamos aplicaciones, personalizamos los productos que vamos a comprar, nos hacemos fans de algún productos, marca, campaña o idea, nos logueamos, mandamos mails, twitteamos, linkeamos, bloggeamos, entramos a Facebook, seguimos y nos dejamos seguir, calificamos los comentarios, las ofertas, las marcas... ¡nos conectamos!

Internet y, en especial, las redes sociales cambiaron nuestras relaciones interpersonales, nuestra mirada al mundo y nuestra forma de consumir.


En el Perú, de los 30 millones habitantes que somos, más de 8 millones tenemos acceso a Internet y 3,1 millones somos usuarios Facebook (1), la red de mayor crecimiento en nuestro país. En Lima hay una penetración de internet del 60% y en el NSE A y B es casi al 90%. En nuestra capital 2.1 millones de personas entre 8 y 70 años tienen cuentas en redes sociales.(2)


Desde hace algunos años comenzamos a recibir mails de empresas con ofertas exclusivas para nosotros, nuestros amigos nos reenviaban mails sobre productos, generando en nosotros diferentes reacciones de consumo, nuestra visita al banco comenzó a disminuir, porque ya podíamos hacer muchas transacciones por internet. Poco a poco fuiste dándonos cuenta que internet ya formaba parte de nuestra vida, que era un mundo nuevo que nos facilitaba las cosas, gracias a él, podíamos ahorrar tiempo, evitar trámites y hasta acortar barreras de tiempo y espacio.


Hoy descargamos en nuestro teléfono (Smartphone) las noticias de nuestro diario favorito y seguramente ya no compramos con tanta frecuencia la versión impresa; en nuestros ratos libres, escuchamos podcasts mientras manejamos para evitarnos leer un libro, o mientras corres, escuchando música, una aplicación de Nike nos cuenta cuántos metros estamos avanzando.

Como todo en Internet es en tiempo real, nos impacienta hacer cola en una librería, cuyos libros podemos comprar en Amazon y no entendemos cómo es posible que nuestra vecina pueda esperar dos días para que le resuelvan un problema con su nueva PC, cuando lo que hicimos fue mandar un mail y de inmediato nos contactaron por Skype y nos solucionaron el problema en no más de 15 minutos.

Ya no creemos en la publicidad, ni en lo que dicen las empresas de sí mismas. Si queremos comprarnos una cámara de fotos, preferimos consultar el blog de una persona experta que conozca este producto y otros similares, podemos leer los comentarios que otras personas han hecho en el blog y además podemos hacer preguntas y consultas, recibiendo la respuestas de manera inmediata o podemos comprar en "mercado libre" o "Kotear" pues sentimos más segura nuestra compra por qué podemos ver la calificación que otros le han dado al producto o a la persona que lo vende.


Ahora nosotros tenemos el poder y lo sabemos. Las empresas luchan incesantemente por conquistarnos, pero no solo nuestra mente, sino también nuestro corazón. Las empresas han cambiado el sentido y forma de comunicación con sus consumidores, ahora buscan interactuar con nosotros, convirtiéndose en nuestras mejores amigas (ahora también son amigas del Facebook), dándonos consejos, escuchándonos o nos invitan a formar parte del proceso creativo de sus productos.


Esto es un gran hito en la historia de las empresas: antes no permitían que nadie entrara a su interior, en cambio hoy, no solo son más transparentes, sino que nos consideran casi como colaboradores dentro de su empresa.


Para terminar, quiero dejarlos con un mensaje final:

Hoy sabemos que nuestra voz se escucha más que nunca en este mundo virtual, porque es un espacio libre de expresión, sin censuras; un espacio donde se inician diálogos que crecen por si solos y no terminan. En Internet, cualquier consumidor tiene un público cautivo que nos escucha, comenta y lo más importante nos cree, por eso cuidemos nuestros mensajes, hablemos en positivo y ayudemos a construir ese Perú, con el que todos soñamos: GRANDE, FUERTE y ADMIRADO ¡!

 

Fuente: www.gestion.pe