Clínica trata a alcohólicos, ¡con alcohol!
Por Sandra Georg
Una clínica en Holanda ofrece terapias para controlar el alcoholismo. Los
médicos esperan que los pacientes puedan integrarse a la sociedad con un nivel
de alcohol bajo pero constante.
Janetta van Bruggen es una alcohólica de 51 años y sin hogar. Ella bebía hasta
dos litros de vino y tres litros de cerveza al día. Ahora toma todavía, pero de
manera controlada y como terapia. Van Bruggen es una de los 19 pacientes del
“Centro Maliebaan”, una clínica en Amersfoort, en Holanda, que es la primera que
aplica esta terapia desarrollada en Canadá.
La clínica abrió sus puertas en octubre del 2009. En ella, "los pacientes se
emborrachan de una manera controlada”, dice el psiquiatra Eugene Schouten. Cada
día, los pacientes pueden beber hasta cinco litros de cerveza, pero debe pasar
por lo menos una hora entre cada medio litro de cerveza.
Cada mes, la clínica compra casi 2000 litros de cerveza que ofrece a sus
pacientes a 40 céntimos el medio litro. “Nuestro objetivo es impedir que los
alcohólicos logren una embriaguez excesiva: ésto es mejor para ellos y para su
entorno", detalló Schouten.
La terapia es dirigida a alcohólicos que no tienen familia, ni trabajo u hogar.
“Empiezan a beber antes del desayuno. Hígado, cerebro y corazón están dañados
gravemente. Además roban, alborotan y pelean – así molestan a la sociedad”,
indica Eugene Schouten.
Cerveza como cura
En el Centro Maliebaan, los pacientes comienzan a beber a las 7:30 de la mañana
y la última copa es a las 21:30 horas. Schouten explica que con ésto, "su nivel
de alcohol es constante, pero bajo y de esta manera pueden superar cosas
cotidianas como ir al médico o ducharse”.
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pierde el control de su vida bajo las garras de alcoholismo.
La clínica ofrece tres comidas al día y para disminuir los síntomas de
abstinencia se preparan vitaminas y medicamentos. Sin embargo, enfermeras y un
médico están permanentemente a disposición de los pacientes.
Mientras beben sus cervezas, los alcohólicos pueden jugar al billar o a las
cartas o ver televisión. “La ansiedad por el alcohol les acompaña siempre, sin
embargo, las actividades, los medicamentos y la comida los distraen”, dice
Pieter Puijk, quien trabaja en el centro. “Aquí pueden descansar y nadie les
molesta”, concluye Puijk.
“Me siento muy segura aquí en la clínica”, explica Marjan Kryger. La mujer de 45
años, está contenta con la situación en el centro: “Puedo beber mi cerveza por
la mañana sin que alguien me insulte”.
Otro paciente, Bob van Deuveren, dice que no quiere quedarse en la clínica para
siempre: “Quiero una casa y un hijo”. Por esto intenta reducir su nivel de
alcohol cada vez más.
Quince hombres y cuatro mujeres, entre 20 y 50 años, son tratados actualmente en
el Centro Maliebaan y todos son adictos al alcohol desde hace más de diez años.
En esta clínica aprenden a beber menos licor y de manera muy estructurada, por
ello su estado de salud mejora día con día.
La mayor parte del financiamiento de la clínica proviene del gobierno local. El
psiquiatra Schouten está seguro que el dinero es bien invertido: “No llegarán a
ser ciudadanos ejemplares, pero por lo menos son más alegres, más sanos y no
molestan a los demás”.
Fuente:
www.dw-world.de/