FELIZMENTE, ¡NADIE SABE MENTIR BIEN!

 

Por Liliana Alvarado

 


Muchas veces el mirar detenidamente un rostro, nos trasmite más información que cualquier respuesta o comentario hecha explícitamente. A través de las palabras podemos facilitar información que no está necesariamente relacionada con lo que realmente pensamos o sentimos. Esto podría significar que engañamos?

Engañar, es un recurso que algunas personas utilizan. Según Paul Ekman, profesor de Psicología de California University "hay relaciones sociales que se siguen disfrutando gracias a que preservan determinados mitos, los padres les mienten a sus hijos con respecto a la vida sexual para evitarles saber cosas que, en opinión de aquéllos, los chicos no están preparados para saber; y sus hijos, cuando llegan a la adolescencia, les ocultan sus aventuras sexuales porque sus padres no las comprenderían. Van y vienen mentiras entre amigos (ni siquiera su mejor amigo le contaría a usted ciertas cosas), entre profesores y alumnos, entre médicos y pacientes, entre marido y mujer, entre testigos y jueces, entre abogados y clientes, entre vendedores y compradores".


Las personas muchas veces mencionan que son mentiras piadosas, pero este tipo de mentiras, nos podrían llevar a tomar decisiones equivocadas, si hablamos de decisiones de marketing, los resultados podrían ser desastrosos. Muchos investigadores podrían corroborar que en muchas ocasiones existe una brecha entre lo que la gente dice y lo qué piensa, siente y en realidad hace.


El polígrafo nos podría ayudar pero; no nos podríamos pasar la vida con uno de ellos, además qué sería de nuestras vidas si en todo momento estuviéramos expuestos al detector de mentiras?

Es importante mencionar que el solo hecho de someternos a la prueba del polígrafo puede bastar para provocarnos temor y emocionarnos ¿no?


Una de las herramientas más efectivas para detectar un engaño, es la interpretación de los gestos. Los gestos mostrados en el rostro son incapaces de falsear la realidad de un sentimiento, una emoción o una sensación.

Cuando testeamos un logo, una marca, un concepto de producto o simplemente captar el posible impacto de una pieza publicitaria podemos recurrir a la transparencia que nos aporta una reacción facial como método eficaz para valorar su pertinencia, un estado emocional se expresa mejor a través de un gesto que explicándolo mediante palabras.

"Las emociones desempeñan un papel vital en nuestra vida, nos unen como personas, determinan nuestra calidad de vida y están presentes en cualquier relación. Pueden salvarnos o causar verdadero daño". Paul Ekman.

Dan Hill, autor del libro Emotionomics y experto en Neuromarketing, afirma que: sentimos antes, que pensamos y que menos del 0,01% de nuestras reacciones son conscientes. Respondemos la mayor parte de veces, en menos de 3 segundos y la mayoría de las respuestas son el resultado de nuestras emociones. El proceso de nuestros actos se realiza de la siguiente manera: detectamos el estímulo, sentimos y luego actuamos, es decir; primero tenemos estimulación sensorial, luego la respuesta emocional, y finalmente la respuesta racional. El autor, ha investigado que la decodificación de los gestos faciales puede ayudarnos a entender las emociones de las personas.

"Mientras que nuestros pensamientos son totalmente privados, la mayoría de nuestras emociones se detectan por una señal distintiva que ayuda a los demás a comprender cómo nos sentimos", detalla Ekman.

Ekman afirma que las emociones juegan un papel muy importante en el descubrimiento del engaño. Se puede detectar una mentira a partir de la voz, los movimientos corporales y las palabras. Él indica que ponernos una máscara es la mejor forma de ocultar una emoción, y la mejor máscara es una emoción falsa que desconcierte y que actúe como careta. Actualmente, según Ekman la sonrisa es la "careta" más utilizada porque forma parte de los saludos convencionales, está "bien vista" y suele emplearse en la mayoría de las relaciones sociales.

Estilos de Sonrisa *
 



"Las mentiras que llevan consigo una emoción son las más fáciles de detectar, porque es precisamente la lucha interna entre lo que se siente realmente y la emoción falsa, lo que traiciona al mentiroso", afirma Ekman.

Cuando comencé a investigar acerca de este tema que me llamó muchísimo la atención, no sabía con qué me iba a encontrar, la cuestión es más complicada y eso lo hace más interesante, sin embargo; a pesar de no haber concluido, el gran número de ejemplos que ilustran la brecha entre la respuesta real y lo que se señaló en una investigación, hacía necesario compartir con ustedes este post, el cual considero nos brinda evidencia qué seguimos necesitando un conjunto diferente de herramientas para conocer realmente lo qué sucede en la mente de nuestros clientes.
 

 

Fuente: www.gestión.pe