¿A DONDE VA EL CONSUMO PRIVADO?
Por Claudio Herzka
La gran pregunta que cabe hacer es como reaccionará el consumidor al impacto de la crisis internacional. Mucho dependerá de su comportamiento en el pasado, y en eso si existen diferencias entre individuos. El país en donde más se ha extendido una cultura de consumo probablemente sea Estados Unidos. La apreciación de que siempre habrá un ingreso producto del trabajo está vigente dado el grado de flexibilidad del mercado laboral y un nivel de desempleo que estaba realmente bajo.
Con la crisis se revierten los temas. Hay riesgos de desempleo. Los valores de las casas caen. El uso de tarjetas de crédito se restringe. La bolsa cae, y los valores también. La lógica sucede. Se frena el consumo y las familias empiezan frenéticamente a ver donde pueden cortar consumo y empezar el ahorro para poder recomponer sus finanzas. Para muchos, simplemente les es imposible y tienen que declararse en bancarrota, o entregar sus casas a las entidades financieras para que dispongan de ellas, ya que su valor ha caído por debajo de lo adecuado.
El resultado es que el consumo privado en EE.UU. se ha reducido significativamente. Con ello, se ajustan los inventarios de los centros de venta, y luego aquello de las empresas productoras.
En Europa, el caso es algo diferente, aunque existen divergencias en la política social de los distintos países de la Comunidad Europea. Existe una mayor rigidez en el mercado laboral, lo que defiende el empleo. Hay sistema de seguro de desempleo que aminora el costo de no trabajar. La burbuja de vivienda no es de la magnitud de EE.UU., excepto en algunos países como España e Inglaterra.
Las bolsas cayeron, pero no al nivel de la de Nueva York. En general, el impacto sobre el consumo interno de la crisis es menor, y por ende la capacidad de recuperación será mas rápida aunque posiblemente mas lenta.
Japón siempre ha tenido un ahorro interno elevado, su crisis tiene mucho más relación con el sector externo. China tiene un mercado interno inmenso, de demandas insatisfechas, por lo cual puede promover el consumo con medidas anticíclicas, que , al parecer, están funcionando, aunque no se sabe por cuanto tiempo.
En el Perú, se ha frenado el crecimiento del empleo, pero no hay despidos masivos que repercuten en el ánimo de la gente. Si hay una mayor preocupación sobre el uso de tarjetas de crédito, y algunas empresas empiezan a limitar su uso. La SBS demuestra su preocupación sobre este tema. La actividad económica cae de su vertiginoso crecimiento, pero no hay una caída productiva significativa como en Chile, entre otros.
En EE.UU. la velocidad de la recuperación y el tiempo que tome dependerá de cómo reaccione el consumidor. En el Perú, sucederá lo mismo. Si las familias consideran que el peligro de una severa recesión se ha superado y que se puede retomar el crecimiento en el corto plazo, es probable que el consumo privado se recupere rápido, y con ello la demanda por productos, la acumulación de inventarios y el incremento de la producción industrial.
De ser así, y si los bancos acompañan la recuperación de la demanda con una ampliación del crédito al sector privado, el crecimiento del 2010 puede ser incluso superior al previsto por las autoridades.
Fuente: Diario Gestión (01/10/09)