CUANDO LA ETIQUETA “MADE IN CHINA”, PUEDE SER UN PROBLEMA

 

La falta de seguridad en sus productos, incluyendo los lácteos, ha sacudido la fe de los compradores, haciendo que desconfíen.

 

 

“Me sentí físicamente indignada cuando lo vi por televisión”, señaló Sally Villegas, una madre de dos niños en Australia, refiriéndose al escándalo por la leche para bebes contaminada con melamina que salió a la luz en setiembre ultimo.

 

“si estoy de compras y tomo un producto hecho en China, sí, lo regreso a su lugar”, agregó Villegas.

 

El escándalo de la melamina fue el último de una serie de recientes problemas de seguridad que incluyó pintura con plomo en autos de juguete y el anticoagulante heparina hecho en China contaminado, que fue responsabilizado por muertes en EE.UU. y Alemania y que dio lugar a su retiro internacional del mercado.

 

Después de cada escándalo, Beijing pareció tener la misma respuesta: lanzar una ofensiva, destruyendo productos adulterados por televisión, encarcelado a unos pocos funcionarios y diciendo que le “presta mucha atención” al problema.

 

El problema es que no obstante todos los esfuerzos y exhortaciones del Gobierno, los escándalos siguen ocurriendo, debido a una laxa aplicación de las reglas, industrias fragmentadas, la pobreza generalizada y el enorme tamaño de China, según analistas.

 

Chinos rechazados

Jin Biao, vicepresidente del grupo industrial Inner Mongolia Yili, uno de los mayores productores de lácteos de China, admitió que el problema de la melamina había afectado la ya destrozada reputación del país en el extranjero.

 

Yili fue nombrada como una de las 22 compañías que, se descubrió, producían leche bebible contaminada con melamina.

 

La melamina, un químico usado para hacer plasticos, fue agregada a la leche para bebes para engañar las pruebas de control de calidad en busca de niveles proteicos. El escándalo dio lugar a vedas en todo el mundo sobre alimentos que contenían productos lácteos chinos.

 

Estados Unidos emitió  una alerta a las importaciones de productos alimenticios hechos en China, pidiendo que sean retenidos en la frontera a menos que los importadores pudiesen certificar que están libres de elementos lácteos o libres de melamina.

 

“Creo que es evidente para los chinos que cuando hay un problema de calidad, perjudica a toda la marca ‘made in China’”, dijo el secretario de Salud de Estados Unidos, Mike Leavitt.

 

Ocultamientos

Los desafíos que presenta la pobreza de China se ven exacerbados por la corrupción y la autonomía de los gobiernos locales. Una cultura de ocultar las malas noticias, o de retrasar la difusión de problemas a los superiores, empeora el desafío.

 

El gobierno de la ciudad de Shijiazhuang, hogar de la compañía Sanlu que estuvo en el centro del escándalo de la melamina, inicialmente no difundió el problema, temiendo que tal vez pudiese echar por tierra la imagen feliz que se estaba ofreciendo por los Juegos Olímpicos.

 

Esta actitud esta cambiando, afirman observadores.

 

 Fuente: Gestión