LA INNOVACIÓN, FACTOR CLAVE PARA LA COMPETITIVIDAD

 

Para desarrollar cualquier estrategia competitiva, es fundamental impulsar una política de inversión en ciencia y tecnología. Así lo sostiene la Sociedad Nacional de Industrias

 

 

La globalización es una realidad que impacta sobre todas nuestras actividades y que nos impone nuevas condiciones, lo que ha generado en la actividad empresarial una hipercompetencia global, tanto a nivel local como internacional. Esta situación ha obligado a que las organizaciones realicen cambios fundamentales en sus estrategias en los que el benchmarking en la actualidad es internacional. Es decir, debemos compararnos con otras realidades, para buscar ser eficientes.

 

Esa comparación con nuevas realidades nos enseña que en otros países la mejora de la competitividad de las empresas es un trabajo coordinado entre el sector publico y privado en el que cada uno se compromete a realizar la parte que le corresponde. Una primera conclusión, en este sentido, es que no se puede lograr crecimiento sostenido  sin competitividad. Por ello es imprescindible impulsar políticas activas que la promuevan.

 

Un segundo aspecto a tomar en cuenta es que para desarrollar cualquier estrategia competitiva, es fundamental impulsar una política de inversión en ciencia y tecnología. Por ejemplo, Finlandia, que es un pequeño país de Europa, es el numero uno en competitividad, y cuenta con un plan de inversión en investigación  y desarrollo que ha permitido que el 43% del total de sus empresas realice practicas de innovación.

 

Si se quiere impulsar un proceso sostenido de desarrollo económico, es necesario que se comience a revertir esta situación. Por ejemplo, en Corea, un país que en la década del sesenta tenia indicadores macroeconómicos inferiores al nuestro y que en la actualidad es una de las economías mas prosperas del mundo, la I&D asumida como una política de Estado se incremento de 0.39% de su Producto Nacional en 1970 a niveles superiores al 5% desde sus inicios de este siglo.

 

“Es necesario que se produzca un cambio de visión en nuestros operadores de política para que promuevan mecanismos que incentiven a las empresas a invertir en innovación, con lo que se elevara la competitividad y el desarrollo humano del país”

 

Innovación

 

En una economía globalizada, los rápidos cambios en la tecnología crean una mayor demanda de recursos de inversión, que necesariamente debe tener correlación con los niveles de ventas. De hecho, las ventas de los productos con tecnología moderna tienen que crecer para poder sustentar el avance tecnológico que se retroalimenta del conocimiento y la innovación.

 

Es importante esclarecer que en el caso de la industria peruana la modernización del aparato productivo se ha producido básicamente en las empresas de mayor dimensión. Es decir, en la grande y mediana industria, quedando rezagada la pequeña y microempresa por las limitaciones de acceso al mercado de capitales. Ello quiere decir que aun queda un vasto sector por modernizar. Necesariamente, deberá evaluarse los costos de la inversión y de financiamiento, para hacer extensivo este proceso.

 

Una alternativa a seguir para ingresar a un proceso de industrialización es la innovación tecnológica, que consiste en mejorar o adaptar la tecnología o conocimiento existente en productos, procesos y modelos organizacionales. No obstante, se requiere mayormente determinados niveles de inversión en ciencia y tecnología y plazos largos para observar resultados concretos, sobre todo en materia de educación.

 

Sistema de innovación

Debemos concebir a la innovación como un proceso interactivo, que se sustenta en la acumulación de conocimiento, así como en la capacidad de interacción de los diferentes actores económicos.

 

Así un sistema de innovación puede ser entendido como el conjunto de agentes, instituciones y normas para la generación, adaptación, adquisición y difusión de conocimientos tecnológicos en todas las actividades productivas. Una estrategia de innovación se puede desarrollar a través de la creación de nuevo conocimiento o a través de la difusión del conocimiento generado en el exterior.

 

 

 

Inversión en ciencia y tecnología

 

En la mayoría de países de América Latina, los formuladotes de políticas públicas vienen considerando de manera creciente en las agendas de política a la innovación. Para algunos especialistas, esto se debe a que las limitadas tasas de crecimiento económico alcanzadas en la región como consecuencia de los procesos de reforma estructural de los años noventa se deben a nuestra baja productividad por el escaso “progreso tecnológico” respecto a otras zonas del mundo. Asimismo, en la actualidad la discusión por la competitividad esta vinculada con el incremento de los niveles de productividad, que tienen una fuerte ligazón con la innovación.

 

Debemos entender que la investigación y desarrollo en ciencia y tecnología debe ser considerada una inversión y no como muchas veces se hace, de manera equivocada, como un gasto. Diferentes estudios concluyen que la rentabilidad en la inversión en estas actividades es mucho más alta que las rentabilidades promedio en cualquier actividad productiva formal. Así la OCDE considera que la rentabilidad promedio supera el 10%, mientras que otros estudios han estimado que en Chile por cada dólar que invierte el Estado, la recuperación vía impuestos es de cinco dólares.

 

Por ello, es necesario que se produzca un cambio de visión en nuestros operadores de política para que promuevan mecanismos que incentiven a las empresas a invertir en innovación, con lo que se elevara la competitividad y el desarrollo humano del país.

 

La experiencia internacional nos muestra que en los países  que han logrado el desarrollo económico en las últimas décadas, se han producido agresivos procesos de innovación en sus actividades productivas. La estrategia común en países como Finlandia, Irlanda, Nueva Zelanda y Australia, por citar algunos casos, han sido la de las asociaciones entre el sector publico y privado. Por tanto, el camino esta señalado, solo falta que como país decidamos ejecutarla.

 

Fuente: Gestión