EL CONTROVERSIAL MERCADEO DE LAS LECHES INFANTILES

Una campaña de marketing asociada a un aumento en la mortalidad infantil y mensajes engañosos se ocultan detrás de este tipo de productos.



Dos recientes estudios se han enfocado en analizar el controversial mercadeo de las leches infantiles.

El primeo, publicado en marzo de este año (documento 24452 del Buró Nacional de Investigación Económica de EE.UU) por investigadores de la Universidad de San Francisco, cuantifica el número de muertes causadas por la criticada compaña de comercialización de leche en polvo que hizo Nestlé em países pobres en los años 70.

El segundo, publicado por investigadores de la Universidad de Nuevo York, llama la atención sobre las engañosas campañas de márketing de las leches que se venden para los niños en crecimiento, y en las que falsamente se asegura que esos caros productos son mejores que la simple leche de vaca.

- El fiasco de Nestlé-

Luego de que activistas de salud pública notaran que miles de niños de países pobres morían de diarreas por tomar leche en polvo preparada con agua contaminada dos publicaciones llamaron la atención sobre ese hecho.

La primera, "Babies Mean Business" -publicada por "The New Internationalist" en 1973-, expuso las prácticas de Nestlé. La otra, titulada "The Baby Killer", y publicada por la organización británica Want on War, fue la que desató la crisis.

Las publicaciones denunciaban que -en su afán de vender sus productos- Nestlé contrataba vendedoras que visitaban las casas de mujeres pobres en países desarrollados y las convencían de que la leche en polvo era igual o mejor que la leche materna. La compañía financiaba además la construcción de pabellones pediátricos en hospitales a cambio de que se distribuyeran sus leches en polvo en las cunas de recién nacidos.

Pagaba también costos viajes y conferencias a médicos y enfermeras. La táctica de ventas estaba basada en tres pilares fundamentales: crear necesidad donde no lo había, convencer a las madres de que el producto era esencial para el desarrollo del bebe y repartir muestras gratis de la leche.

Un artículo de "The New York Times" expuso el caso de una mujer pobre de Jamaica que, al no poder comprar la cantidad de leche en polvo que necesitaba su bebe, diluía tres veces la fórmula para dársela, lo que causa una severa desnutrición.

El escándalo fue enorme.

El senado norteamericano condujo audiencias sobre el tema, se organizaron boicots mundiales contra los productos de Nestlé. Finalmente, en 1981, la 34° reunión anual de la Organización Mundial de la Salud (OMS) adoptó la Resolución WHA34.22, y publicó el Código Internacional de Mercadeo de Sustitutos de Leche Materna.

El código estipula que las compañías no deben promocionar leche en polvo en hospitales, ni hacer propagandas para el público general, tampoco dar muestras gratis y regalos a las madres, ni dar obsequios a los trabajadores de salud; deben también evitar hacer falsa propaganda. Como nota curiosa, el Perú se convirtió en el primer país del mundo en adoptar el código de la OMS en 1982.

Tristemente, solo 37 de 199 países lo han adoptado.

El estudio de la Universidad de San Francisco, antes citado, encontró que en países pobres, entre 1970 y el 2011, la disponibilidad de leche en polvo aumentó la mortalidad infantil en 9,4 por cada 1.000 bebes nacidos en hogares sin acceso a agua limpia.

- El engaño de las leches de niños mayores-

La OMS recomienda que el bebe debe lactar obligatoriamente hasta los 6 meses y que es recomendable que lo haga hasta el primer año. Alienta también a que la madre siga con la lactancia hasta los 2 años. Después de esa edad, si ella decide dar leche al niño, debe darle leche de vaca.

El problema es que muchas compañías han inventado el término "leche de crecimiento", las cuales estan dirigidas a niños preescolares y escolares. Los anuncios son numerosos y se basan en los pilares creados por las compañías en los años 70: crean una necesidad donde no existe y apelan al instinto maternal para convencer a las madres de que el producto es esencial para que los bebés se desarrollen bien, propiciando un sentimiento de culpa si no lo hacen.

En el número de abril del 2018 de "Preventive Medicine", investigadores de la Universidad de Nueva York analizan interesantes hechos acerca de este tipo de leches.

En primer lugar, resaltan que ni la Academia Americana del Médicos Familiares ni la OMS avalan el uso de leches infantiles.

La OMS las considera "innecesarias e inadecuadas". En segundo lugar, encuentra que los envases y etiquetas de esos productos siguen el mismo tema y diseño de las leches en polvo, como queriendo dar la impresión de que son una continuación de esos productos. En tercer lugar, denuncian que las propagandas hacen afirmaciones engañosas usando datos científicos de una manera ambigua.

Por ejemplo, en la propaganda de una leche infantil en el Perú, un vocero afirma que su consumo es necesario porque el 85% del desarrollo del cerebro se hace durante los primeros cinco años de vida. Sin embargo, un texto ilegible aclara en el anuncio que ese número se refiere al cambio de crecimientos del cerebro del niño en relación con el del adulto, estudiado por la curva de Scammon de 1930.

En otras palabras, ese 85% no tiene que ver con el desarrollo intelectual del cerebro, sino con su crecimiento en volumen. Pero el anuncio es evidentemente ambiguo porque induce a que las madres asociacien equivocadamente ese 85% de desarrollo cerebral con función e inteligencia, cuando en realidad solo se refiere al tamaño del cerebro.

-Corolario-

En el caso de las leches infantiles, lo simple es lo mejor.

Promover la lactancia materna según la recomendaciones de la OMS, propiciar una alimentación saludable y usar la humilde de leche de vaca en niños mayores es probablemente lo más sensato, tanto para el menor como para el bolsillo.

Publicado en El Comercio, 16 de abril del 2018