EL REGRESO DE LA ESPECIALIZACIÓN

 

La difícil situación de los metales está obligando a las mineras a reconsiderar los méritos de la diversificación.

 

Mientras Rio Tinto ha doblado su apuesta por el hierro, BHP también invirtió en petróleo y gas durante el boom del esquisito.

 

 

EDICIÓN IMPRESA - THE ECONOMIST

 

En la cima del negocio minero global se sitúan dos compañías angloaustralianas, BHP Billiton y Rio Tinto, que son al mineral de hierro lo que Arabia Saudita es al petróleo: las voces cantantes. Sus enormes minas en Pilbara (Australia Occidental) que presentan costos totales por debajo de US$ 30 por tonelada, todavía generan beneficios sustanciales pese a que el precio del metal ha pasado de US$ 192 la tonelada, en el 2011, a alrededor de US$ 44.

Aunque la demanda de China se ha ralentizado, han aumentado su producción, con lo que han puesto en aprietos a los productos a los productores con costos elevados. Pero mientras Rio Tinto han doblado su apuesta por el hierro, BHP también invirtió en petróleo y gas durante el boom del esquisito. Esta diferencia en sus estrategias es una buena prueba de los méritos de la diversificación.

El superciclo de los commodities, liderado por China, incentivó a muchas compañías a invertir en proyectos de alto costo y baja calidad, y hoy el sector está plagado de deudas y sobreoferta. El 16 de febrero, la sudafricana Anglo American, otrora la fuerza minera dominante, anunció que venderá US$ 3,000 millones en activos para pagar parte de su deuda, lo que a la larga significará su salida del carbón y hierro, en los que ha gastado una fortuna- solo se quedaría con cobre, diamantes y platino-.

Un día antes, Freeport - McMoRan, la mayor productora de cobre listada en bolsa, tuvo que vender una participación de US$ 1, 000 millones en una mina en Arizona a la japonesa Sumitono, a fin de reducir la deuda que acumuló cuando amplió sus operaciones a petróleo y gas. Los analistas sostienen que podrían seguir sus activos en energía- si es que hay compradores-

Las desventuras de BHP en el petróleo y gas en Estados Unidos han ubicado los precios de sus acciones por debajo de las de Rio Tinto por primera vez desde que se fusionó con Billiton en el 2001. Los analistas esperan que reduzca sus dividendos anuales, con lo que romperá su promesa de elevarlos todos los años. Aunque Rio Tinto puso fin a una politíca similar este mes, no redujo similar este mes, no redujo los pagos de dividendos del 2015.

La rentabilidad por dividendos de BHP comenzó a elevarse en relación con la de Rio Tinto a fines del 2014, de modo que una reducción de sus pagos no debería sorprender. Pero los accionistas, especialmente los de fondos de inversión que dependen de los retornos mineros, no estarán para nada contentos.

Pudieron haber diversificado sus portafolios, colocando más dinero en las grandes petroleras como Exxon Mobil, cuyos pagos de dividendos se consideran más seguros, en lugar de dejar que BHP se expusiera a los riesgos de incunrcionar en petróleo y gas. Paul Gait, de la investigadora Sanford C. Benrnstein, señala que debido a su débil posición en petróleo, BHP está sufriendo las mismas presiones de costos que está inflingiendo a sus competidores en hierro.

BHP argumenta que su estrategia mejoró los retornos a los accionistas durante los buenos tiempos y que nadie esperaba que los precios del petróleo y de los metales colapsaran con tal sincronía. Agrega que su mix de negocio no es distinto del de una compañía petrolera como Exxon Mobil, que está en el negocio de refinación y comercialización de productos petroleros, así como en la exploración y producción de crudo.

Su mediocre desempeño, en comparación con Rio Tinto, también ha sido el resultado de un accidente minero ocurrido en Brasil, en noviembre. A las agencias calidicadoras les preocupa que una multa significativa pondría mayor presión en sus estados financieros. "Tenemos que tener paciencia. Los ciclos son una parte inherente del negocio", señala un ejecutivo de la compañía.

La convicción que mantiene BHP es que al reforzar sus negocios de petróleo y cobre gozará de un ciclo más prolongado del que tendría si estuviese más expuesta al hierro y carbón. En China, por ejemplo, la demanda por acero y en consecuencia, por hierro y carbón, ha sido clave en el boom de la construcción; pero a medida que se incrementan los ingresos de su población, necesitará más cobre para el tendido de cableado eléctrico y gasolina para su creciente folta de autos.

Tales argumentos eran más convincentes cuando el crecimiento de China parecía imparable. Pero Konrad von Szczepanski, del Boston Consulting Group, dice que la etapa descendente del superciclo de los commodities ha socavado las posiciones a favor de la diversificación, obligando a las empresas a reconsiderar estrategias que fueron utilizadas por última vez en la década de 1990: enfocarse en un solo commodity, enfocarse en un solo commodity, en el cual posean los minerales más baratos y de mejor calidad.

Sea lo que sea que hagan, las compañías mineras tendrán que demostrar que los activos que poseen son de alta calidad y capaces de generar efectivo hasta en tiempo difíciles. El problema es que mientras intentan enfocarse, como lo está haciendo Anglo American, no hay garantía de que puedan vender sus activos secundarios a buenos precios. Como señala un analista, los compradores solo quieren la platería de la casa, no los utensilios.

 

Publicado en Gestión el 25 de febrero del 2015