Smartphones: la revolución local del consumo en telefonía móvil
Tener un smartphone ya no es un lujo. Se prevé que el 60% de móviles importados este año sean celulares inteligentes
(Foto: Reuters)
Marcela Mendoza Riofrío
Periodista
@mameri9
Hiperconectado, no se acuesta ni se levanta sin mirar antes su teléfono, que es también su despertador, reloj, radio, cámara de fotos, guía de calles y más. Y no hablamos solo de la minoría del segmento A que corrió a comprarse el último iPhone 6 o ya está en la lista para recibir el sexto Galaxy. Hablamos del 80% de la población urbana entre 12 y 70 años que, según el último estudio de Ipsos, no solo usa un celular, sino que lo tiene en el top de sus prioridades, sea o no smartphone, y pagar su recibo es tan importante como pagar el recibo de luz.
La revolución en este segmento de consumo empezó el año pasado, aun cuando el 63% sea prepaguero y el 52% utilice Internet en el aparato. De hecho, tres de cada diez, incluso en el segmento E, se regresan a sus casas si se dan cuenta de que salieron sin el celular y, aunque el 91% lo usa preferentemente para hacer llamadas, el plan es renovarlo cada año por uno de mejores prestaciones y más funciones dentro de los presupuestos que maneja. “Es como tu pareja o tu mejor amigo: algo imprescindible. Y no, ya no es, para nada, un lujo”, categoriza Javier Álvarez, gerente de estudios multiclientes de Ipsos Perú.
¿Qué pasó? Al Perú ha llegado una tendencia que va más allá de democratizar el smartphone con precios bajos: se trata de una tendencia al mayor consumo móvil, en especial del consumo de datos (Internet), asegura Carlo Dávila La Rosa, analista de IDC Latinoamérica.
“El celular cada vez se usa menos para llamar y más para estar conectado a redes sociales, buscar noticias, entretenerse y guiarse en las calles. El 90% de los usuarios de los smartphone se conecta mínimo una vez al día a las redes sociales por su dispositivo móvil. Y 6 de cada 10 lo usan para ver videos. Antes, esperaban llegar a una computadora”, precisa Andrea Flórez, gerenta de ventas de móviles de Lenovo Perú.
Los cambios en los hábitos de consumo, según Dávila, empezaron a ser evidentes en el 2012, cuando junto a una oferta más moderna a precios más asequibles se observó un crecimiento en el consumo de datos, ya sea bajo la modalidad pospago o “colgándose” gratis de una red Wi Fi. En paralelo se fue acortando la distancia entre la penetración de los teléfonos simples y los smartphone: si en el 2012 los celulares inteligentes eran cerca del 20% de las importaciones, en dos años se pasó al 50% y para el 2015 todo indica que superaremos el 60%.
A los operadores, vista la tendencia, no les quedó otra que ir modificando su oferta para hacerla más inclusiva y con la llegada de dos operadores más se amplió la segmentación y variedad de equipos disponibles.
Prueba de ello es que, según GFK, el año pasado en el ‘retail’ ingresaron diez marcas nuevas, lo que permitió tener una oferta de 45, cada una con más de cuatro modelos que tienen como prioridad una pantalla plana grande (4,5 pulgadas al menos) y una buena cámara de fotos (más de 5 megapíxeles). “El usuario ya no es el mismo. Sus hábitos de consumo y preferencias audiovisuales han evolucionado y lo llevan a buscar productos más sofisticados”, advierte Luis del Solar, gerente para móviles en GFK.
Acelerados
¿Alguien mencionó la palabra desaceleración? Bueno, en términos del PBI es factible, pero en el universo de los teléfonos inteligentes (o no) la historia es otra. Aquí las proyecciones de crecimiento de los diferentes analistas no bajan del 75% y si bien es un mismo círculo exclusivo el que usa y renueva los smartphones de gama alta, el negocio es próspero para toda marca y categoría, porque existe un nuevo consumidor con nuevas necesidades.
César Urteaga, gerente para móviles de Samsung, explica que para los usuarios del segmento A y B el teléfono “es un medio de bajo costo para traer lujo a sus vidas” y por eso la marca debe traer diseños y funcionalidades exclusivas para ese segmento, pero sin descuidar la gama de ofertas para los segmentos C y D, que ven al equipo como un medio de comunicación indispensable. Ellos ya no solo se fijan en el precio como prioridad al comprar (56%), sino que buscan marca, calidad, garantía. De hecho, añade, las ventas de smartphones de gama media y de entrada son las que lideran el crecimiento, pues es justamente esos segmentos en donde están los usuarios de celulares básicos (55%) que añoran con migrar, ni bien les sea accesible, a su primer teléfono inteligente.
Al fin y al cabo, los usuarios, al margen de lo que puedan invertir, aspiran a lo mismo que el resto y “tienen necesidades muy similares: comunicación, esparcimiento, autonomía de batería, durabilidad, diseño, rendimiento y rapidez del producto” recalca Guillermo Zegarra, gerente de producto de Motorola.
Tarea pendiente
El consumidor ha cambiado, no cabe duda, y seguirá evolucionando con sorpresas como las que nos dieron en otras categorías el segmento C y D cuando se produjo la explosión del “retail” en los conos, pero está lejos aún del nivel de consumo logrado en países vecinos. Además, aclara Javier Álvarez, nos falta mucho para sacarle el máximo provecho a la tecnología, lo cual se logra impulsando la creación y uso de apps y venciendo las dos grandes barreras que padece la población: desconocimiento y desconfianza.
Un ejemplo de este problema es que solo el 5% compra desde un a app en su móvil, añade Álvarez, y la culpa es de la desconfianza (51%) y el desconocimiento (30%) confirma Alexander Chiu Werner, director ejecutivo de Future Lab. El comercio electrónico móvil es incipiente, reitera Liliana Ruiz, directora de Alterna Perú, y no despertara sin el adecuado impulso de los gremios empresariales. La verdad es que en esos aspectos el estado es embrionario y faltan políticas públicas de educación digital para lograr que la población goce de ese bienestar que los móviles le pueden brindar, añade Carlos Huamán, director de DN Consultores.
Álvarez considera que en realidad se necesita que todas las marcas implicadas – desde bancos hasta operadores- se comprometan en esta labor de enseñarle a la gente a descubrir todo lo que puede llegar a hacer con el celular y como este servirá para solucionar varios problemas que ya posee. Al final, por más que los productos se diseñen atendiendo a los deseos de los clientes, es quien oferta el que impulsara la demanda masiva a los niveles que ya hay en otras latitudes. La tarea es de todos.
Publicado en El Comercio el 6 de abril del 2015