De la libreta de ahorros a la banca móvil, el rápido giro en las operaciones financieras
Especial 25 años de Gestión. Es del tamaño de un pasaporte y con cubierta azul marino. En la portada, figuran la silueta del mapa del Perú y el nombre de una institución financiera. En sus páginas se imprimieron los datos de todas las operaciones bancarias realizadas por mi madre entre 1981 y 1993.
Los menores de 25 años difícilmente podrán recordar la libreta de ahorros; hoy usan los celulares para transferir dinero.
Guillermo Westreicher
gwestreicher@diariogestion.com.pe
Este documento se llama libreta de ahorros. Las personas con menos de 25 años difícilmente podrían reconocerlo, pues ha sido sustituido hoy en su totalidad por la tarjeta de débito .
En 1990 el país se recuperaba de la hiperinflación. El sistema financiero era poco sofisticado y con un alto componente estatal. Interbank y el Banco Continental eran instituciones bajo control del Estado.
“Antes de los 90, conseguir un crédito hipotecario era impensable”, refiere Paul Lira, Director Académico de la UPC.
Importantes cambios se suscitaron a nivel normativo. En 1991, con el Decreto Legislativo N°637 se modificó por primera vez la ley del sistema financiero que se emitió en 1931.
Luego, en 1993, se publicó el Decreto N°760, la nueva ley del sistema financiero, que incluyó a las edpymes y cajas de ahorro y crédito en el ámbito de supervisión de la SBS .
“A inicios de los 90, las cajas municipales y rurales solo podían operar en la circunscripción territorial a la cual pertenecían. Por ejemplo, Caja Ica solo atendía en Ica. Luego, poco a poco, se les ha permitido abrir agencias en cualquier lugar del país, impulsando la competencia”, destaca Rolando Castellares, socio del Estudio Castellares Abogados.
“Uno de los principales cambios en la legislación de 1993 fue el fortalecimiento de la SBS como la única entidad autorizada a permitir la intermediación financiera”, subraya Javier Ibáñez, catedrático de ESAN.
En 1994 aparecen los fondos mutuos, una alternativa a los ahorros tradicionales. Más tarde, en 1996, se crea la Ley N°26702, que incorpora como entidades sujetas a supervisión del regulador a las instituciones especializadas en productos financieros como el leasing y el factoring. A su vez, esta nueva normativa establece requerimientos de capital para la cobertura de riesgos en los bancos y se plantean, por primera vez, lineamientos para la prevención del lavado de activos, que luego toman forma en 1998 con un reglamento.
El crecimiento económico que experimentó el país a partir de 1992 permitió además que la banca peruana, dirigida principalmente a las empresas, cambie de rumbo, orientándose también a las personas.
Con la llegada del Banco de Trabajo (hoy transformado en Crediscotia), Banco Solventa, Serbanco y el Banco del País, la banca de consumo deja de ser tan elitista, aunque esa incursión no estuvo libre de tropiezos (se liquidaron bancos). Se empiezan a desarrollar productos más personalizados para los clientes, como préstamos para estudios, y las tarjetas de crédito se vuelven populares.
A finales de los 90, se extiende el uso del cajero automático. Así empezó a crecer el nivel de bancarización, pese a que la economía del país fue golpeada en 1998 por un fuerte fenómeno de El Niño y por la crisis financiera asiática de ese mismo año. Fueron tiempos difíciles para la banca.
A partir del 2000, con la estabilidad económica, crece la demanda por créditos de las mypes. Los bancos vieron en este segmento una oportunidad para seguir expandiendo su negocio, y empezaron a competir con las microfinancieras.
La aparición de los cajeros corresponsales permitió seguir elevando la inclusión financiera. La banca empezó a llegar a los lugares más alejados del país.
Los peruanos comenzamos a confiar en nuestra moneda y el nivel de dolarización del sistema financiero bajó de 80% a 40% en los últimos 15 años. En el 2000 era difícil, por ejemplo, que un crédito hipotecario se otorgara en soles.
En la década pasada se dio otro punto de quiebre en la banca: Internet. Esta herramienta no solo significó un ahorro de tiempo para los usuarios, sino también permitió reducir costos a las instituciones financieras.
Aunque existían plataformas virtuales de los bancos desde fines de los 90, las operaciones bancarias online recién comenzaron a ganar participación significativa en el mercado peruano a partir del año 2010.
En este contexto, y con la rápida expansión de los teléfonos celulares, surge la banca móvil. Las entidades ya permiten que sus clientes realicen transacciones a través de los smartphones, sin embargo el nivel de penetración de Internet y de los celulares en las operaciones financieras aún es bajo en el país, principalmente porque persiste la desconfianza de la mayoría de usuarios.
Estamos a años luz de la banca peruana de hace 25 años -casi exclusiva para las empresas y con un nivel de profundidad de 4%-, pero aún falta un largo camino por recorrer.
Publicado en Gestión el 1 de abril del 2015